México D.F. Miércoles 9 de junio de 2004
Comenzó el homenaje al escritor, crítico
literario y académico en la UNAM
Xirau, hombre poliédrico y fiel a su vocación
poética: Sánchez Vázquez
Reflexiona, argumenta y prueba, pero desdeña
construir ''catedrales conceptuales''
Juliana González, Luis Villoro y Alvaro Matute
también participaron en ese acto
ANGEL VARGAS
A diferencia de otros pensadores y poetas, hablar de poesía
y filosofía en Ramón Xirau es referirse a lo mismo, sostuvo
ayer el filósofo Adolfo Sánchez Vázquez, durante el
primero de dos días de homenaje que la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) rinde al primero por aniversario 80.
Para
sustentar su aseveración, Sánchez Vázquez recurrió
al aforismo de un teórico militar que señala que la guerra
es la continuación de la política con otros medios.
''Yo diría, evocando ese aforismo en referencia
con Xirau, que en él la filosofía es la continuación
de la poesía con otros medios.
''¿Cuáles?, pues los medios propios de la
filosofía: reflexionar, argumentar, probar, etcétera, desechando,
claro está, los medios propios de otras filosofías, como
los análisis aburridos, la articulación sistemática
para construir grandes catedrales conceptuales", precisó.
''De la poesía (en la filosofía de Xirau)
permanece su soplo vital y su dominio del lenguaje, el humanismo religioso
que le entraña. Pero la filosofía no es aquí lo otro
de la poesía, sino una continuidad con las exigencias que ésta
impone con su medios propios.
''No estamos por ello ni ante una poesía filosófica
ni ante una filosofía poética, sino ante la poesía
que, sin dejar nunca de serlo, la encontramos por ella continuada en la
propia filosofía."
Posición humanista
Maestro emérito de la UNAM, así como compañero
de exilio y amigo del homenajeado, Sánchez Vázquez recordó
lo dicho por el Nobel Octavio Paz acerca de que Ramón Xirau es ''un
hombre puente" entre la poesía y la filosofía.
Precisó que el término puente en este caso
debe ser entendido no sólo como lo que une lo diferente o lo que
permite el paso de lo uno o lo otro, en cuanto objetos diferentes.
También debe entendérsele, subrayó,
como algo que ''asegura, ciertamente entre dos cosas diferentes, la continuidad
de lo mismo, en este caso la continuidad de la poesía".
Como parte de un emotivo y lúcido discurso, intitulado
Ramón
Xirau y yo, el pensador de origen español subrayó las
coincidencias y las divergencias que mantiene con su colega y amigo, entre
las cuales, explicó, aparece como hilo conductor un humanismo teórico
y práctico.
Indicó que mientras el humanismo de Xirau tiene
evidentemente una carga religiosa que lo vuelve incompatible con otro tipo
de humanismo que endiosa al hombre, el suyo reivindica al hombre en cuanto
tal, al hombre por y como es.
''En un sentido u otro, ya sea inmanente o trascendente,
Ramón y yo compartimos en definitiva una posición humanista
que, repito, está lejos de los antihumanismos en boga hasta hace
poco tiempo."
Figura en Iberoamérica
Otro de los aspectos abordados por Sánchez Vázquez
fue la relación vital que lo une con aquel filósofo y poeta,
figura capital del pensamiento y la literatura en Iberoamérica,
al que definió como ''hombre poliédrico", debido a su variedad
de facetas.
Al respecto, rememoró el momento de la llegada
de ambos a México, exiliados de España tras la derrota de
la República, siendo ''él un adolescente y yo un joven".
Mencionó que, antes de conocer a Ramón Xirau,
conoció al padre de éste, de nombre Joaquín, filósofo
también, inclusive tomó algunas clases con éste. Y
aclaró que fue hasta que ambos cursaban estudios en Mascarones,
la antigua sede de la Facultad de Filosofía y Letras, donde tuvieron
sus primeros acercamientos.
En aquellos años, principios de la década
de los 40, ambos compartían la común vocación por
poesía y filosofía, dijo, ''juvenil en mí y permanente
en Ramón".
Abundó: ''La poesía precedía en nosotros
a la filosofía, pero hubo una diferencia que el tiempo se encargó
de remachar: en tanto él permaneció fiel a esa vocación
poética, no obstante su dedicación posterior a la filosofía,
mi quehacer poético llegó a su fin en la década de
los 50, para dedicarme por entero a la filosofía".
Fue a partir de esa parte de su discurso cuando Adolfo
Sánchez Vázquez encaminó sus palabras para subrayar
la sinergia que existe entre las concepciones y los quehaceres poético
y filosóficos en Ramón Xirau, ''dos modos de expresión
y comunicación que en él están en estrecha relación".
Subrayó que a diferencia de otros filósofos
que han hecho de la poesía parte medular de su trabajo, como la
también española María Zambrano, Xirau se ha distinguido
por entrar a la poesía desde la filosofía, ''no como un objeto
exterior, sino como parte indisoluble de ella".
Actividades para hoy
Para cerrar su intervención, Sánchez Vázquez
-quien recibirá en estos días el doctorado honoris causa
de la Universidad de Guadalajara- recalcó que haberse detenido en
''esas dos facetas esenciales" de la vida de Ramón Xirau, la poesía
y la filosofía, no significa que desdeñe otras como la crítica
literaria, la docencia, la investigación y la animación cultural.
Aunque rubricó: ''No podemos olvidar sobre todo
aquella faceta que tanto resaltaba, por difícil de encontrar, el
admirado poeta Antonio Machado: la de ser, entre todos sus compañeros,
amigos y conciudadanos, en general una buena persona o sea un buen hombre".
Además de Adolfo Sánchez Vázquez,
la primera mesa redonda de las seis que en total comprende el homenaje,
en la que se trató el aspecto humanista de Ramón Xirau, contó
con la participación de los también filósofos Juliana
González y Luis Villoro, así como el historiador Alvaro Matute.
Las actividades para este miércoles consideran
un par de mesas más, a partir de las 10 horas, en las que se abordará
el aspecto personal del homenajeado, entre otros por José María
Perez Gay, Federico Reyes Heroles e Ignacio Solares.
También incluyen la proyección de material
fotográfico y un segmento musical en la que el flautista Horacio
Franco interpretará, entre otras obras, Presencias, compuesta
por la mexicana Marcela Rodríguez en homenaje a Xirau.
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