México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
El clavadista pretende coronarse campeón
olímpico en Atenas 2004
Fernando Platas anhela adornar su carrera con una medalla
de oro
El ofrecimiento millonario, gran motivación para
quienes apenas se inician, expresó
JORGE SEPULVEDA MARIN
Clasificado solamente en el trampolín de tres metros
en los que serán sus cuartos Juegos Olímpicos, Fernando Platas
trabaja con ahínco para mejorar el subcampeonato obtenido en Sydney
2000, y coronar su carrera deportiva con una medalla de oro.
El
competidor que prácticamente ha ganado todo lo que puede lograr
un clavadista, ve su trayectoria como un gran pastel, al que sólo
le falta el adorno final, por lo que espera obtener la medalla de oro,
o cuando menos repetir el segundo sitio olímpico de 2000.
Aunque lo más importante será "hacer la
competencia como a mí me gusta, terminar contento y luego sólo
voltear a ver en la pantalla lo que pude hacer. Espero ver allí
la cereza dorada de mi pastel".
Fernando está confiado en tener una buena actuación,
porque al conocer la sede donde se efectuará la prueba, lo cual
"es un detalle que poca gente conoce, pero los especialistas explican que
te ayuda a imaginar lo que va a pasar exactamente, porque ya conoces el
trampolín donde te vas a tirar, el color de las tribunas, de qué
lado va a estar tu entrenador y todo eso te da mucha seguridad en tu trabajo,
te ayuda a visualizarte y a hacerlo bien".
Anticipa una final olímpica con el nerviosismo
a flor de piel de todos los competidores -es lo que caracteriza este tipo
de pruebas-, todos con la idea de lograr su mejor papel, pero "la verdad
es que es algo que disfruto a plenitud; ese estrés, esa adrenalina
y por eso nos entregamos así. Creo que será una competencia
tan reñida que será un gran honor estar en ella".
Será el 22 de agosto siguiente cuando Platas se
enfrente a los mejores del orbe, una vez más, entre ellos su viejo
amigo ruso Dimitri Sautin, aunque lo hará con serenidad "porque
sobre mí ya no hay ninguna presión por demostrar nada, sin
que eso signifique que voy por lo que sea, sino para finalizar una carrera
en la cima de unos Juegos Olímpicos".
Sobre el millonario ofrecimiento a quienes obtengan medallas
en Atenas 2004, apunta que "es algo que debe aplaudirse, porque es difícil
conjuntar gente que quiera el deporte, pero sobre todo creo que va a ser
una motivación no sólo para quienes ya tienen los Juegos
Olímpicos enfrente, sino para los niños que están
iniciando cualquier deporte y que piensen 'yo también quiero llegar
a eso'".
Agregó que siempre será "mejor que la gente
diga 'híjole, ya se fue' a que piense 'híjole ya era hora
de que se fuera', porque hay mucha diferencia entre ambos dichos, y ahora
que se me presenta esta oportunidad de irme, la debo aprovechar".
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