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México D.F. Lunes 7 de junio de 2004
Muy pocos creadores viven en el campo; "van
allí cuando ya son grandes", afirma
La sociedad es la musa del artista contemporáneo:
Agueda Lozano
Su muestra Elocuencia del silencio será
inaugurada mañana; presentarán libro que la homenajea
MERRY MAC MASTERS
La tan invocada musa del artista contemporáneo
es la sociedad, asegura la pintora Agueda Lozano (Chihuahua, 1944). Los
creadores en general "somos de ciudad. Es raro el artista que vive en el
campo. Allí van cuando ya son grandes y se quieren retirar, porque
cuando uno está en el campo todo lo de allí es noble: el
cielo, las ramas, las flores, los animales. Pero son los centros, a veces
los más dinámicos, a donde los artistas tendemos a migrar
porque allí sí hay muchas cosas que ennoblecer. Porque lo
humano genera todo: la mierda, lo mediocre, la mentira, lo bello, lo terrible".
Lozano
salió cuando aún era adolescente de su "pueblito", ciudad
Cuauhtémoc, y desde 1971 radica en París, Francia. Su estado
natal, sin embargo, está muy presente en sus cuadros por medio del
espacio, una de sus preocupaciones principales. Otra es la luz, lo que
la hace decir: "con la luz creo espacios otros". También
eso de no concretizar un espacio "viene de allá".
Explica: "Chihuahua es el estado más grande y menos
poblado. Tenemos todo el espacio para mirar por todos lados. Fuera de las
urbes casi no hay contaminación publicitaria. Como estamos en zonas
altas tenemos un cielo, una bóveda celeste, de una transparencia
como en pocos lugares".
Aunque Lozano ha mantenido contacto "regular" con México,
la exposición Elocuencia del silencio, de 15 pinturas de
gran formato, que será inaugurada mañana a las 19 horas en
la Galería Metropolitana (Medellín 28, colonia Roma), es
su primera muestra aquí en ocho años.
Retróspectiva crítica
En paralelo se presenta el libro Agueda Lozano. Un
homenaje, que incluye textos de Carlos Montemayor, Luis Ignacio Sáinz
y Andrés de Luna, así como una "retrospectiva crítica",
editado por la Universidad Autónoma Metropolitana en su 30 aniversario.
En 1999 Lozano ganó el concurso ante el Comité
Permanente de Estatuas de París para ornar La Place de México
en la ciudad luz. La escultura Tierra de México en tierra de
Francia, de acero inoxidable, de 4.50 metros de altura, será
inaugurada entre los meses de septiembre y octubre del presente año.
Se trata de "dos formas aladas en ruptura, pero unidas en un punto, una
alegoría al futuro, a la continuidad".
Otra escultura monumental de Lozano, Hacia el tiempo,
fue donada en 1997 a la ciudad de México y colocada en la glorieta
de San Jerónimo. Ese gran pájaro que, con sus alas abiertas
mide siete por siete metros, fue desmontado con motivo de los trabajos
viales en esa zona y será reubicado, aunque todavía no se
sabe dónde.
Si Lozano se marchó a Europa fue por la necesidad
de ver, aparte de obras "originales", la producción de los artistas
de "su" generación. Al año le invitaron a exponer en la galería
Haut Pavé, responsable de lanzar a "un grupo de abstractos, entre
ellos Vasarely". Y adquirió una de sus obras el Museo de Arte Moderno
de la Villa de París. La pintora reanudó su relación
con México en 1976, cuando Fernando Gamboa la invitó a exhibir
en el Museo de Arte Moderno.
En Europa le llamaron la atención los artistas
catalanes, en especial "los matéricos, como Tapies". También
le atrajo la obra de Vieyra da Silva, con quien se identificó por
su discurso sobre la ciudad. Aunque su obra no es del todo abstracta, la
entrevistada no trabaja la figura humana porque, afirma, la "limitaría".
Es "más amplio" el tema que quiere tratar. Esto tampoco significa
que el rastro humano está ausente.
Sin embargo, al ver sus "concentraciones", es decir, esas
materias que aluden a lo humano, pero que también semejan "nacimientos
de ciudades", su geometría se torna "mucho más severa".
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