México D.F. Sábado 5 de junio de 2004
Gustavo Leal F. *
Casi nada para los que trabajarán
Julia Kristeva ha observado con agudeza que en el mundo moderno pesan decisivamente sobre los jóvenes cuatro situaciones morbosas: aburrimiento, dificultad de relación y disfunciones sexuales, síntomas somáticos e imposibilidad de expresarse. Esta última enfermedad "del alma", subraya, manifiesta un profundo malestar engendrado por un lenguaje que termina por resentirse de su propia artificialidad y vacío (Sobre la nuevas enfermedades del alma, Cátedra, 1995).
El sombrío mundo en que sobreviven los jóvenes es, sin duda, un tipo de sociedad que ha llegado muy lejos en su declive: les niega casi todo. Por doquier escuchan la amenaza de que se califiquen para "participar" de un competido mercado laboral que se encuentra virtualmente tapiado y, aunque todos ellos advierten magras expectativas de desarrollo -el estrés que destruye cada vez más la vida interior-, invariablemente se les convoca al sacrificio.
Ciertamente, el discurso "futurista" de los gobiernos también aporta su opaca dosis. Baste considerar que la reciente ampliación de la Unión Europea a 25 miembros ha enfriado el sentimiento europeísta en el continente: las próximas elecciones del Parlamento Europeo (13 de junio), llevan camino de convertirse en una ducha de agua fría después de que los comicios de 1999 fueron los primeros en que no se alcanzó 50 por ciento de participación, siendo muy probable que tampoco en esta oportunidad se supere ese umbral. Y es que, según datos del Eurobarómetro de esta primavera, sólo uno de cada tres europeos están dispuestos a votar (El País, 8 de mayo).
ƑQué sucede? Algo muy evidente: se llama pesimismo. Nunca, durante los pasados cinco años, se habían alcanzado tales niveles de depresión. El Eurobarómetro revela que hasta 31 por ciento de los ciudadanos del centro y este de Europa aguardaba un empobrecimiento de la vida en general, y 52 por ciento daba por hecho que la situación económica de sus países iría a peor.
La realidad mexicana es asaz inquietante. Un obcecado tecnócrata zedillista, Santiago Levy, despeñado desde las turbias filas de la Secretaría de Hacienda e increíblemente designado por Vicente Fox director "financiero" del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), se ha distinguido por intentar enterrar, de tajo, las conquistas laborales de las generaciones que ya trabajaron y virtualmente cancelar, de paso, las de los jóvenes que deberán trabajar mañana.
Acerca de los que ya trabajaron, Levy estima que el financiamiento de los gastos médicos de š2 millones de pensionados! es un problema a mediano plazo que puede convertirse en riesgo a futuro, "en función de la evolución de los costos de la atención médica". Para hablar en su tecnocrático lenguaje, se trata de un "pasivo contingente". Como si los jubilados y pensionados no tuvieran derecho a la atención médica correspondiente a su edad, šaunque sea "costosa"! ƑPara qué, si no, están diseñadas las instituciones públicas de salud? ƑPara "ahorrar" a costa de sus enfermedades?
Y no sólo ellos. En el evangelio Levy, también hay que "ahorrar" a costa de los médicos, enfermeras y profesiones afines que sostienen con su trabajo al IMSS. El pasado 21 de abril, ante el Senado, Levy afirmó que el "principal" problema institucional es el Régimen de Jubilaciones y Pensiones (RJP), aunque éste sea un pasivo "devengado", según su tecnocrático lenguaje.
Y, peor aún, refiriéndose a las generaciones futuras, al generoso tecnócrata "ahorrador", también le pareció fácil informar al Senado que todos los jóvenes, si tienen la fortuna de encontrar algún empleo, pagarán más por su retiro: "los futuros trabajadores aportarían 1 por ciento de forma anual hasta alcanzar 15 por ciento, y al jubilarse contribuirían con 10 por ciento de su pensión".šAunque no haya empleo! ƑCómo se bautizará a este nuevo "pasivo"?
Tal vez por ello, el primer resolutivo acordado por el 23 Congreso Extraordinario del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social el pasado 12 de marzo fue šauditoría externa al RJP!
Nadie podrá sorprenderse del nivel de participación electoral de los jóvenes mexicanos en 2006. Ya las elecciones intermedias de 2003 obsequiaron un anticipo: seis de cada 10 electores se abstuvieron y un millón anuló su voto en casilla. Y muchos de esos votos fueron los que instalaron a Vicente Fox en la Presidencia de la República.
ƑHabrá llegado el momento de cumplirles a los que ya trabajaron y abrirles oportunidades reales a los que pronto querrán trabajar? Sin duda, pero para ello hay que prescindir de la entera casta tecnocrática, al estilo Levy, Gil Díaz, Sojo y Fernando Elizondo (antiguo "titán" de la Convención Nacional Hacendaria) y šactual secretario de Energía!, entre muchos otros, si se quieren realmente mitigar las nuevas enfermedades del alma a que alude Julia Kristeva. * Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco
|