México D.F. Miércoles 2 de junio de 2004
Antes lo había hecho Gabo para
desmentir un poema apócrifo, expresa el jurista
Cuevas ejerció el derecho a repudiar obras que
no son de su autoría: Obón
MERRY MAC MASTERS
La acción legal emprendida en contra de José
Luis Cuevas por haber rayado cinco obras presuntamente de su autoría,
pero que encontró falsas, podría sentar un precedente en
relación con la defensa de la obra plástica.
Entrevistado por La Jornada, Juan Ramón
Obón León, especialista en derechos de autor, explica que
con base en el artículo 21, fracción VI de la Ley Federal
del Derecho de Autor, el artista posee una facultad que es el derecho moral
y, por tanto, podrá en todo tiempo ''oponerse" a que se le atribuya
una obra que ''no es de su creación".
Hace tiempo, recuerda Obón, circuló en Internet
un poema atribuido a Gabriel García Márquez, una especie
de carta de despedida ante el supuesto deterioro de salud del Premio Nobel
de Literatura 1982. García Márquez desmintió su autoría
y dijo que era apócrifo. Salvo el caso del escritor colombiano,
con esta acción de Cuevas ''es la primera vez que se invoca esta
fracción, este derecho de repudio que tiene todo autor".
Mecanismos de defensa en la ley
En cuanto a la acción de Cuevas de macular una
obra, Obón señala: ''Parece que es una práctica bastante
común entre los pintores cuando encuentran una obra apócrifa,
que no es de su autoría, tachar su firma o descalificarla, porque
eso evita el fraude en perjuicio del público".
Además,
''¿quién está más autorizado que el propio
autor para declarar la falsedad de una obra? Cuevas actuó en el
ejercicio de un derecho", expresa el entrevistado.
La ley no especifica qué hacer con una obra falsa.
Sin embargo, Obón anota que el autor ''ya tiene la facultad de demandar
una reparación de daño material y/o moral, según lo
determina la ley, que es sobre 40 por ciento del precio de primera venta
del ejemplar o del beneficio que se obtenga". Entonces, ''sí hay
mecanismos de defensa para los autores".
En 1997 entró en vigor la nueva y muy compleja
Ley Federal del Derecho de Autor, que ha tenido reformas posteriores. Para
Obón una legislación de este tipo requiere de ''una constante
revisión y adecuación" debido a los problemas tecnológicos
enfrentados en la actualidad.
Aunque en el caso de las obras específicas ''de
un pintor o de un literato, tenemos muchos más elementos de precisión
para aplicar la ley como ocurre en el caso de José Luis Cuevas".
Con frecuencia se comenta que el mercado de arte, y no
sólo en el país, está lleno de falsos.
De acuerdo con Obón al autor ''vivo" le corresponde
legitimar su obra para evitar casos como el presente surgido en torno de
tres dibujos a tinta china y dos a tinta china acuarelada, porque ''no
sólo redundan en perjuicio a la reputación o la calidad del
artista, sino del público consumidor".
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