México D.F. Miércoles 2 de junio de 2004
Guillermo Sheridan, autor de Poeta en el
paisaje
Octavio Paz hizo de la poesía una zona de reconciliación
Su manera de exponer unió historia e individuo,
dice
ARTURO GARCIA HERNANDEZ
''Octavio Paz encarna como nadie el siglo XX mexicano".
En esta frase Guillermo Sheridan resume la convicción que anima
su libro más reciente, Poeta con paisaje. Ensayos sobre la vida
de Octavio Paz, en el cual explora con detalle y amplitud la relación
entre la poesía y cierta parte de la vida del Nobel mexicano, así
como la inserción de ambas en la historia contemporánea del
país.
Publicado por Ediciones Era y concebido por su autor como
''la respuesta a la lectura de Paz que comencé hace muchos años",
Poeta con paisaje... abarca -en palabras de los editores- ''desde
la infancia en Mixcoac de un niño solitario hasta ese gesto de comunión
con miles de mexicanos que fue su renuncia a la embajada en la India en
1968 (...)"
La vida de Octavio Paz ''corre pareja al nacimiento, el
esplendor y el ocaso de la Revolución mexicana y de sus mitologías.
Nace con ella en 1914 y muere en 1998 en la víspera del agotamiento
electoral de su ciclo histórico".
La marca de episodios nítidos
-A
lo largo de su quehacer literario Octavio Paz dejó claves explícitas
o implícitas para entender su vida, su obra; su vida en relación
con su obra. ¿Qué aporta el libro que ahora usted publica?
-No creo que haya dejado claves. Paz siempre asumió
que su poesía era empeñosamente autobiográfica; es
una especie de diario, de crónica minuciosa de lo que sentía
y de lo que pensaba, de lo que padecía y de lo que soñaba.
''Su poesía se puede leer muy claramente en ese
sentido. Incluso sus poemas de apariencia más abstracta tienen un
trasfondo de experiencia personal que rezuma entre las líneas de
los versos.
''El libro que hice trataría de acompañar
esos poemas y precisar o perfilar, con ciertos recursos de investigación
histórica o de interpretación poética, el trasfondo
histórico de esas evocaciones; si el poema da el sentido de la experiencia,
yo trato de precisar los márgenes históricos en que ese sentido
aflora."
-Dice usted que Paz encarna como nadie el siglo XX mexicano.
¿Ya existen el tiempo y la distancia necesarios para hacer una afirmación
tan inapelable, tan categórica?
-Lo que pasa es que su vida fue extraordinariamente larga,
80 años marcados por episodios muy nítidos. Si Octavio Paz
hubiera dejado de escribir o hubiera muerto en 1939, ya hubiera sido un
pequeño clásico de las letras y de la mitología literaria
mexicana. Ya había publicado tres o cuatro poemas importantes. Si
hubiera muerto después de 1944, igual. No hay desperdicio en cada
etapa de su vida. En 80 por ciento del libro narro episodios que sucedieron
en sus primeros 30 años. Es increíble la cantidad de situaciones
y experiencias que a esa edad ya había vivido. Experiencias y circunstancias
que desde luego ya se convirtieron en poesía de enorme valor.
El sentido de la frase -reconoce el profesor e investigador
del Centro de Estudios Literarios de la Universidad Nacional Autónoma
de México- ''puede tener un aspecto tonante, que sentencia algo
con una seguridad que se presta a la duda.
''El sentido en que quise decirlo es, sobre todo, poético,
entendiendo la poesía no sólo como la creación y redacción
de versos y poemas correctos, hermosos, inteligentes, sino en el sentido
que él le daba a la exposición poética: una zona de
reconciliación entre la historia y el individuo; entre la experiencia
de vida y el sentido que se le da a esa vida.''
Crucial, apresurar el cambio democrático
Guillermo Sheridan duda de que aparte del autor de Libertad
bajo palabra ''alguien más haya recorrido el siglo XX de esa
manera y al mismo tiempo lo haya reflexionado como él lo hizo continuamente.
No hay ninguna figura que pueda competir con él en eso. Por dos
circunstancias: el azar de su vida longeva y el hecho de que esta vida
fue de reflexión sobre un entorno social, intelectual, creativo,
artístico mexicano que acompañó a esa vida. Desde
ese punto de vista, digo que es una encarnación mucho muy intensa
del siglo XX mexicano''.
-Y justo detiene usted el libro en un momento crucial
de la vida de Paz y del país: el 68. ¿Por qué?
-Por varias razones. Una de ellas es que después
de la renuncia de Paz por la matanza de Tlatelolco y del pequeño
intermedio en París e Inglaterra, regresó a México
en 1971. Tenía 54 años. Inició entonces el tercer
acto de su vida, una etapa básicamente de reflexión moral
sobre lo que ya había vivido.
''No es que hubiese dejado a un lado la acción.
De hecho, al regresar piensa en la posibilidad de colaborar en la creación
de un partido político. En tanto, funda la revista Plural
y se incorpora al proyecto de Julio Scherer para, por medio de la prensa
y de la reflexión escrita, propiciar o apresurar el cambio democrático
que para él era crucial."
Todo eso ''me llevó a calcular que quiza sería
apresurado tratar de enfrentarse a esos 30 años de vida que son
enormemente ricos y complicados.
''Creo que se necesita un poco de tiempo, una zona de
amortiguamiento intelectual para poder estudiar cabalmente lo que sucedió
entonces.''
Por eso ''decidí detenerme ahí. Las complejidades,
sobre todo de tipo político e ideológico que vive durante
sus últimos 30 años, pertenecen a una zona que, confieso,
me resultaría mucho muy difícil analizar. No me siento capaz
de hacerlo".
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