México D.F. Miércoles 2 de junio de 2004
Estudiantes de la UNAM anuncian movilizaciones
Protestas frente a la representación jalisciense
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
La representación del gobierno de Jalisco en el Distrito Federal fue objeto de protestas de jóvenes que exigieron la libertad incondicional de sus 44 compañeros detenidos por participar en las protestas de la cumbre de Guadalajara (el pasado fin de semana) y espacio donde ampliaron testimonios sobre las prácticas de tortura a las que aseguraron haber sido sometidos por parte de policías de esa entidad.
También denunciaron que los juzgados de Jalisco están imponiendo a sus compañeros, una de ellas internada en el Hospital Civil de Guadalajara, fianzas que van de 50 mil a 200 mil pesos, y que les está resultando imposible acceder al servicio de afianzadoras, porque éstas exigen tener tres propiedades en Jalisco y un plazo de una semana para corroborar sus datos.
Después de una hora de que los jóvenes iniciaron la manifestación, el representante del gobierno jalisciense, Gabriel Quesada, prometió recibir el documento que llevaban y darles respuesta. Pero poco antes de las 13 horas esta persona abordó un automóvil BMW dorado, según describieron los muchachos, y no regresó para atenderlos.
Norma Martínez, estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), anunció que ante la falta de respuesta, el próximo viernes van a marchar del Angel de la Independencia a la Secretaría de Gobernación y a presentar una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, para que investigue los actos de tortura cometidos por la policía estatal.
En una carta dirigida al presidente Vicente Fox y al gobernador de Jalisco, Francisco Ramírez Acuña, exponen las "brutales violaciones a los derechos humanos" de las han sido víctimas integrantes de distintas organizaciones sociales y población civil durante las manifestaciones en el contexto de la cumbre de la Unión Europea y América Latina y el Caribe.
"Todos los arrestos se dieron de manera arbitraria y con uso de violencia excesiva, a pesar de que los detenidos durante la manifestación no opusieron resistencia, y de que los participantes se retiraban de manera pacífica. Además se aplicaron redadas para la detención de toda persona joven y con vestimenta diferente, violando así su derecho de libre tránsito, a la libertad expresión y a la manifestación.
"Asimismo, denunciamos que una vez consumadas las detenciones ilegales, ya que no se detuvo en flagrancia a persona alguna, los manifestantes fueron remitidos a la Secretaría de Seguridad Pública del estado en medio de constantes golpes por parte de los elementos policiacos. Durante un periodo de 24 horas las autoridades policiacas mantuvieron desaparecidos a los detenidos, al negarles toda comunicación con persona alguna de su confianza y al negar sistemáticamente que los tenían en su custodia."
Norma Martínez, quien también estuvo recluida en el sótano de la Secretaría de Seguridad Pública de Jalisco, narró que las mujeres fueron obligadas a desnudarse y a hacer sentadillas en presencia de policías vestidos de negro que las amenazaban con violarlas.
Dijo que a otros jóvenes los obligaron a firmar declaraciones en las cuales se declaraban culpables de los delitos de vandalismo, motín, lesiones, ataques a las vías generales de comunicación y resistencia al arresto, entre otros.
Ya detenidos, a los jóvenes no se les suministró agua ni alimento, se ha negado información a sus familiares, no se ha permitido el trabajo de los abogados defensores y tampoco se ha proporcionado atención médica adecuada a las personas lesionadas.
La manifestación fue pacífica y no hubo pintas en la paredes. Los universitarios optaron por desplegar enormes mantas escritas con la palabra "šLibertad!" y pegar trozos de cinta adhesiva con leyendas contra el gobierno de Jalisco.
"Danger (peligro, en español). Gobierno de Jalisco", "Panistas cerdos", "El gobierno del cambio cree que democracia es represión", fueron los carteles que colocaron en la casa del número 11 de la calle Campos Eliseos, sede del gobierno jalisciense.
Al mediodía, finalmente se les prometió que Quesada platicaría con ellos. El funcionario salió, pero sólo para decir que en diez minutos regresaría, porque iba por información. Entonces las consignas en demanda de la libertad de los jóvenes fueron sustituidas por gritos para que el representante del gobierno de Jalisco los atendiera: "šQuesada, que salga!", exclamaron los muchachos.
Pero transcurrieron los minutos hasta que poco antes de las dos de la tarde un policía del edificio los desengañó y les dijo que el funcionario de no iba a regresar mientras ellos estuvieran en el lugar.
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