México D.F. Martes 1 de junio de 2004
El vicecoordinador de los diputados advierte
a Fox que nadie les impondrá candidatos
Critican en AN injusto trato a Calderón
mientras se solapan otras precampañas
Se perfila Bravo Mena para Energía; los panistas
históricos, fuera del primer círculo
ROSA ELVIRA VARGAS
En su reunión de ayer en Los Pinos, a las dos de
la tarde, el presidente Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa
utilizaron los 20 minutos de su diálogo sólo para formalizar
lo que desde el domingo había decidido este último: dimitir
a la Secretaría de Energía.
De acuerdo con varias fuentes consultadas, Calderón
Hinojosa expresó al jefe del Ejecutivo que resultaba evidente la
pérdida de confianza en su capacidad de gestión luego que
Vicente Fox afirmara la víspera que el mitin de apoyo a su precandidatura
presidencial organizado por el panismo de Jalisco había sido, "más
que imprudente, fuera de lugar y fuera de tiempo".
A partir de ese momento, en Los Pinos empezó a
escribirse un nuevo capítulo de la difícil relación
que han mantenido desde el principio de este sexenio, el presidente Fox
y un sector muy importante del panismo histórico, del que
Calderón Hinojosa sería la cabeza.
Así, el espacio dentro del primer círculo
de la actual administración que luego de mucho tiempo y reclamos
consiguió esa ala del Partido Acción Nacional (PAN), se esfumó
en menos de un año.
El
político michoacano dejó la coordinación de la bancada
panista en San Lázaro antes de concluir su periodo de legislador
y luego de un breve paso por la dirección de Banobras fue designado
secretario de Energía el 2 de septiembre de 2003, tras la renuncia
de Ernesto Martens.
De inmediato Calderón quedó a cargo de la
negociación con las diversas fuerzas políticas del país
para impulsar la llamada reforma estructural que de manera infructuosa
ha promovido el presidente Fox desde su arribo a la Presidencia.
Esta capacidad de interlocución, se señaló
en Los Pinos, se "contaminó" con el activismo que el también
ex dirigente nacional del PAN mostraba desde hace varios meses en el inocultable
afán de obtener la candidatura presidencial en 2006, que alcanzó
la máxima expresión con su asistencia a la concentración
multitudinaria que le organizó el gobernador de Jalisco, Francisco
Javier Ramírez Acuña.
De hecho, se afirmó que ese fue uno de los argumentos
que Calderón Hinojosa planteó ante el jefe del Ejecutivo
en el momento de entregar su renuncia.
Ya no tendría, expuso, el margen de autonomía
para conducir un proceso de negociación ante la evidente pérdida
de confianza de quien lo nombró precisamente para lograr un objetivo
que resulta crucial en el proyecto presidencial.
Las mismas fuentes comentaban anoche que fueron dos los
elementos que provocaron la molestia y la descalificación pública
de Fox Quesada a la maniobra proselitista del ex secretario. Primero, que,
contra el mensaje que envió al Presidente e hizo público
en entrevistas, no desalentó la concentración promovida con
bombo y platillo, la cual tuvo lugar en un rancho cercano a Guadalajara;
y segundo, que aprovechó un foro internacional del mandatario para
hacerse publicidad.
Incluso, si ese acto lo hubiera hecho una semana después
de la cumbre de Guadalajara, "no hubiera habido problemas", aseguraron
en la residencia presidencial.
Actitudes contrastantes
Esta crisis que por el momento -y mientras no se determine
quién sucederá en el cargo a Calderón- mantiene fracturado
al partido en el poder, fue asumida con talantes muy distintos por sus
más simbólicos representantes tanto de la estructura gubernamental
como de la cúpula del blanquiazul.
En la habitual reunión de los lunes del presidente
Fox con dirigentes del PAN, el semblante de cada asistente decía
más que cualquier declaración. En un extremo, el vicecoordinador
de los diputados panistas, Germán Martínez Cázares,
iracundo, hablaba del trato injusto que se dio a Calderón Hinojosa
porque, "como ustedes saben, hay otras precampañas, que no fueron
tratadas de esa manera".
En el otro, un sonriente Santiago Creel, secretario de
Gobernación -a quien todo mundo conoce sus intenciones presidenciales-,
llegaba a Los Pinos y, si bien no deponía su inusual mutismo, casi
diríase que estaba feliz.
El mismo discurso que utilizó en la entrevista
fue el que expuso Martínez Cázares en el encuentro con Fox.
A saber, que debe quedar claro que el Presidente tiene una opinión
en el PAN, respetada, respetable, válida, legítima, "pero
es sólo una opinión".
Los tiempos, los plazos y los candidatos, argumentaba,
los decide el PAN y, en ese sentido, el Presidente "no es un factor determinante;
no decide él. Afortunadamente, esos tiempos en que el Presidente
decidía a su sucesor los dejamos atrás (...) los panistas
no admitimos instrucciones ni dedazos".
-Cuando habla de otras precampañas, ¿se
refiere a la de Martha Sahagún? ¿Por eso considera injusto
el trato a Calderón?
-Creo que fue injusto el trato que recibió el ahora
ex secretario de Energía, y la última palabra la tenemos
los panistas. No vamos a dejarnos imponer candidatos; lo decidiremos libremente
en una convención, como ha sido nuestra tradición durante
más de un siglo. Eso está claro. Vicente Fox tiene una opinión,
los panistas tenemos la última palabra.
Testigos del encuentro, que duró dos horas, aseguraron
que no habría sido ese el tono general en las palabras de los demás
participantes, incluido el propio presidente del partido, Luis Felipe Bravo
Mena, a quien desde ayer se menciona como posible sustituto de Calderón
Hinojosa.
No obstante, antes de que terminara el encuentro, la Presidencia
difundió el comunicado de aceptación de la renuncia de Calderón
Hinojosa; con ello, quedó de manifiesto que cada parte había
asumido el papel que le correspondía en esta trama, pues, a su vez,
el PAN fijó su posición desde su sede nacional.
A su llegada a la residencia presidencial, Bravo Mena
trató de restar desdramatismo al momento, y aseguró que hablarían
con Fox de "los temas normales", aunque concedió que obviamente
se abordaría la dimisión del secretario de Energía.
Ofreció que al finalizar la reunión hablaría con la
prensa, lo que no ocurrió, pues, como casi todos, buscó una
puerta de salida para esquivar a los reporteros.
Otro que recurrió al lenguaje vago fue el senador
Diego Fernández de Cevallos. Dijo no tener comentarios sobre este
asunto porque "no tengo nada que aportar". Negó la crisis en el
PAN y rechazó que Fox intente imponer candidato.
Hay indicios de que en el encuentro el partido se manifestó
por definir cuanto antes reglas y tiempos para resolver las candidaturas
en el PAN.
Pero, ante todo, se supo que como un acuerdo de principio
quedó el que Acción Nacional hará llegar a la Presidencia
algunas propuestas de las que saldrá el sustituto de Calderón
Hinojosa. Y en esa lista desde los primeros momentos se barajan los nombres
de Eduardo Sojo, coordinador de Políticas Públicas de la
Presidencia; de Juan Bueno Torio, subdirector de Pemex, y del propio Bravo
Mena.
Si bien los tres son de militancia panista, ninguno puede
ser considerado parte de ese panismo histórico que ayer quedó
fuera del primer círculo del gabinete.
|