.. |
México D.F. Sábado 29 de mayo de 2004
CASO PINOCHET: BATALLA CONTRA LA IMPUNIDAD
El
ex dictador Augusto Pinochet está de nuevo en la antesala de los
tribunales para ser sometido a juicio por algunos de los crímenes
que se le imputan como dirigente del régimen de facto que cobró
la vida de miles de personas en Chile. La Corte de Apelaciones de Santiago
aprobó, por 14 votos en favor y nueve en contra, una solicitud para
retirarle el fuero que todavía lo protege en su carácter
de ex presidente del país, a fin de que pueda ser juzgado por su
responsabilidad en la Operación Cóndor, alianza entre
las dictaduras que impusieron su yugo en el Cono Sur en los años
70 y 80, creada para coordinar la persecución, secuestro, tortura
y asesinato de opositores y ciudadanos comunes.
El fallo abre de nuevo la posibilidad de poner fin a la
impunidad de la que ha gozado el octogenario represor, quien desde 1998,
cuando fue detenido en Londres, ha echado mano de toda clase de argucias
para evadir los tribunales en los que se apilan cientos de acusaciones
en su contra por delitos de lesa humanidad.
Durante estos años ha sido intensa e incansable
la labor de familiares de las víctimas, defensores de los derechos
humanos y jueces, para documentar las desapariciones forzadas, ejecuciones
extrajudiciales, secuestros, robo de bebés y toda clase de vejaciones
perpetradas por el aparato represor creado con el apoyo económico
y logístico de Washington y, particularmente, de la Agencia Central
de Inteligencia, la CIA. Al respecto, la reciente desclasificación
en el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos de una grabación
en la que el ex presidente Richard Nixon y su entonces secretario de Estado,
Henry Kissinger, celebran el golpe de Estado en Chile, constituye una evidencia
definitiva de la participación de ese gobierno en la llegada de
Pinochet al poder y, por tanto, de su complicidad en los crímenes
de la dictadura.
En cuanto a la Operación Cóndor,
los llamados "archivos del horror" hallados en Paraguay en 1992 -fotografías
de personas torturadas, registros de prisiones clandestinas, listas de
presuntos opositores, órdenes de captura e intercambio de perseguidos
políticos- aportan pruebas inobjetables de la complicidad de los
regímenes militares de Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Uruguay
y Paraguay en esa alianza genocida que funcionaba al amparo de la CIA,
y que tuvo como saldo más 50 mil personas asesinadas y 30 mil desaparecidas
en el Cono Sur. En el nuevo proceso judicial contra Pinochet se documenta
la muerte de 40 personas en el contexto de ese operativo.
La decisión definitiva sobre el desafuero está
en manos de la Corte Suprema, pero los abogados del ex dictador ya anunciaron
que buscarán que ésta refrende el fallo que emitió
en 2002 y que determinó que el represor no podía ser imputado
porque padecía "demencia vascular". Con esa decisión, Pinochet
quedó exonerado como encubridor de 75 homicidios y secuestros cometidos
por la Caravana de la Muerte, una cuadrilla militar que recorrió
Chile en octubre de 1973 ejecutando a presuntos disidentes.
A pesar de las argucias de las que se ha valido el genocida
para mantener su impunidad, resulta alentador que personas como los abogados
querellantes Eduardo Contreras, Francisco Bravo, Juan Pavín y Juan
Subercaseaux, continúen en el empeño de llevarlo ante los
tribunales, una empresa que por la avanzada edad de Augusto Pinochet se
ha convertido en una carrera contra el tiempo. Después de todo,
se trata de que enfrente las acusaciones en su contra en un proceso judicial
con todas las garantías , una oportunidad que no tuvieron sus miles
de víctimas.
|