México D.F. Sábado 29 de mayo de 2004
No todos somos indígenas, dijo Gabriela
Oviedo
Comentario de Miss Bolivia reanima pugna racista en
el país sudamericamo
DPA
La Paz, 28 de mayo. Un paréntesis para el
protagonismo de líderes sindicales y civiles bolivianos. La reina
de belleza Gabriela Oviedo, con su ya "célebre" frase de "desafortunadamente
quienes no conocen mucho de Bolivia creen que todos somos indígenas",
los sacó por ahora de las primeras planas de los diarios del país.
Intelectuales,
políticos, gente de la calle, todos quieren opinar sobre las palabras
de Oviedo, la representante de Bolivia en Miss Universo. Más allá
de la "metida de pata" de una muchacha de 21 años, esas frases han
puesto el dedo en dos llagas que carcomen a Bolivia: el racismo y la confrontación
regional.
"Somos un país racista, desarticulado, dividido
y esa desintegración se está agudizando", alertó el
oficial mayor de cultura, Pedro Susz.
El diario La Patria, de Oruro, vincula en un reportaje
las afirmaciones de Oviedo con la realidad sociopolítica del país
y saca a relucir un trabajo del analista internacional Mark Falcoff en
el que, tras analizar lo que sucede, lanza una hipótesis: "Carlos
Mesa puede ser el último presidente de Bolivia, por lo menos en
su configuración geográfica actual".
Oviedo, blanca y de cabello y ojos oscuros, 1,82 metros
de estatura e ingles aparentemente fluido, se empeñó en dejar
claro en una entrevista en pleno concurso Miss Universo que no todos los
bolivianos son "gente pobre, de baja estatura, india", como en La Paz.
También los hay altos, blancos y que hablan inglés,
que viven en tierras calientes y que no son andinos, aclaró. Su
referencia era a los "cambios", bolivianos que, como ella, nacieron en
el oriente del país, y más exactamente en el departamento
de Santa Cruz, histórico rival de La Paz.
El error de Oviedo, en realidad, parece haber sido caer
en lo "políticamente incorrecto": hablar en público y ante
un auditorio mundial de lo que se comenta en voz baja en amplios sectores
de la población boliviana que no se enorgullecen de la presencia
indígena, sino más bien la observan como un obstáculo
para el desarrollo nacional y un motivo de vergüenza.
|