México D.F. Sábado 29 de mayo de 2004
Lo responsabiliza de la desaparición
de nueve izquierdistas en la Operación Cóndor
Augusto Pinochet, desaforado por la Corte de Apelaciones
de Chile
Sorpresa y alegría entre familiares de desaparecidos
políticos y defensores de derechos humanos
La decisión fue adoptada por 14 votos contra
nueve; deberá ser ratificada por la Corte Suprema
ENRIQUE GUTIERREZ CORRESPONSAL
Santiago, 28 de mayo. La Corte de Apelaciones de
Santiago dispuso hoy el desafuero de Augusto Pinochet por su responsabilidad
en la Operación Cóndor, en relación con la
desaparición de nueve activistas de izquierda, por lo que el ex
dictador chileno quedó nuevamente a las puertas de enfrentar un
juicio.
La decisión de los magistrados, que causó
sorpresa y alegría entre familiares de desaparecidos políticos
y defensores de derechos hu-manos, fue adoptada por 14 votos contra nueve,
dictamen que se oficializará en breve y debe ser ratificado por
la Corte Suprema.
La resolución de los magistrados es considerada
"un vuelco" en el proceder de la Corte de Apelaciones, que en dos oportunidades
había rechazado el desafuero, como fue en los casos de la desaparición
de 12 dirigentes comunistas y en torno a la caravana de la muerte,
por lo que esta vez se tenía pocas esperanzas al respecto.
El
entramado de la Operación Cóndor se refiere a la coordinación
que existió entre servicios de inteligencia de las dictaduras del
Cono Sur, en los años 70 y 80, para exterminar a las fuerzas de
izquierda en Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay, que
consistió en intercambiar informes, hacer de-tenciones, compartir
los actos de tortura y canjear a prisioneros.
La investigación en Chile está desde 1998
a cargo del juez Juan Guzmán, quien indaga la desaparición
de más de cien chilenos arrestados en países vecinos.
Pero el presente caso en que se despoja de su fuero a
Pinochet es por la desaparición de nueve militantes del Movimiento
de Izquierda Revolucionaria, que habrían sido detenidos en Argentina,
Bolivia y Paraguay y llevados a Chile a mediados de los años 70,
donde se les perdió el rastro.
La última vez que Pinochet, de 88 años,
había logrado eludir a la justicia fue el primero de julio de 2002,
cuando la Corte Suprema ratificó un dictamen de la Corte de Apelaciones,
que un año antes lo había exonerado por "demencia progresiva
e incurable" de los 75 crímenes de la denominada caravana de
la muerte.
Gracias al mismo argumento de demencia, el ex dictador
se había librado de ir a juicio el año anterior en los procesos
por el asesinato del general Carlos Prats, ocurrido en Buenos Aires en
1974, y la desaparición en 1976 de la plana mayor del Partido Comunista.
Sin embargo, las cosas cambiaron a raíz de una
entrevista concedida en 2003 por Pinochet a un canal de televisión
de Miami, don-de respondió con "lucidez" a todas las preguntas,
de acuerdo con una demanda presentada por abogados querellantes que entregaron
el vi-deo como prueba, por lo que pe-dían nuevos exámenes
médicos.
El tribunal se pronunció justamente a raíz
de esa demanda contra el hombre que gobernó entre 1973 y 1990, donde
se expuso que estaba en plenas facultades mentales para encarar un juicio
por el ca-so de la Operación Cóndor.
Durante la entrevista, Pinochet se definió como
"un ángel", recordó el abogado Eduardo Contreras, y señaló
que no se arrepentía de sus actos de gobernante ni se responsabilizaba
por los más de 3 mil muertos y desaparecidos, y que los opositores
a su régimen eran quienes deberían ofrecerle perdón.
Esto mostró "una memoria y ca-pacidad intelectual
muy por encima sobre la media para un hombre de su edad", dijo el abogado.
Mientras se espera para las próximas semanas el
dictamen definitivo del tribunal, en la Agrupación de Familiares
de Detenidos Desaparecidos había alegría, como lo manifestó
su dirigente, Lorena Pi-zarro: "Estamos felices, pero atentos. El dictador
tiene que ir a la cárcel, tiene que pagar por todos los crímenes
que cometió, por lo tanto la gente está muy feliz".
En Guadalajara, adonde acude a la III Cumbre América
Latina y el Caribe-Unión Europea, el presidente Ricardo Lagos dijo
que la decisión de retirar el fuero a Pinochet es una muestra de
que "las instituciones de mi país funcionan"; añadió
que el dictamen de la corte es apelable, pero destacó que el fallo
muestra que en Chile todos son iguales ante la justicia.
El mandatario chileno recordó que hace algún
tiempo, con motivo de otro caso diferente al abierto por la Operación
Cóndor, Pinochet fue despojado de la inmunidad que le concede
haber sido designado se-nador vitalicio después de dejar la presidencia
la década pasada.
"En consecuencia, no es primera vez que ocurre (una sentencia
como la dictada hoy) y que habla de un estado de derecho normal dentro
del cual todos somos iguales ante los tribunales", añadió
La-gos, informaron Roberto González Amador y Georgina Saldierna
El
ministro del Interior chileno, José Miguel Insulza, señaló
que ahora le corresponde pronunciarse a la Corte Suprema. Estimó
que el desafuero será apelado, y que allí se va a decidir
si lo que se dictaminó anteriormente vale para todos los casos o
se verán uno por uno.
El comandante en jefe del ejército chileno, general
Juan Emilio Cheyre, se declaró sorprendido por la decisión
de la justicia de retirarle la inmunidad a Pinochet, aunque advirtió
que los veredictos judiciales deben ser respetados.
"La decisión es un asunto que compete a los tribunales
y tenemos que respetar todas", y criticó que no se pueda poner fin
a asuntos del pasado, que definió como "entrabamiento" hacia adelante
y atrás.
La defensa del ex militar confirmó que apelará
el fallo para revertirlo. "Queremos que sea la Corte Suprema la que restablezca
el im-perio del derecho", dijo el abogado Ambrosio Rodríguez.
Pero también se dijo "sorprendido" porque se rompió
"la doctrina" de dictámenes anteriores y se pasó "por encima"
de una sentencia ejecutoria de la Corte Suprema.
Pinochet, que había renunciado al cargo de senador
vitalicio y se-guía protegido hasta ahora por un fuero especial
otorgado por el Parlamento en su calidad de ex gobernante, comenzó
su declive cuando el 16 de octubre de 1998 fue detenido en Londres a petición
del juez español Baltasar Garzón, quien lo pedía en
extradición por crímenes de lesa humanidad.
El ex dictador chileno permaneció detenido 503
días en Gran Bretaña, hasta su liberación por "cuestiones
de salud" por el ministro del Interior, Jack Straw.
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