México D.F. Viernes 28 de mayo de 2004
CIUDAD PERDIDA
Miguel Angel Velázquez
El oportunismo de Creel
La imparcialidad de la PGR
Las pruebas de Robles
PARA QUE a nadie le queden dudas, Santiago Creel, el oportunista secretario inoportuno, avisó ayer por la mañana que en el caso del Paraje San Juan no hubo dolo ni mala fe en contra del Gobierno del Distrito Federal y se actuó de "buena voluntad", como si la aplicación de la ley fuera cuestión de voluntades. Esto nos deja claro el actuar faccioso de las autoridades federales.
ADEMAS, PARA que nadie se vuele, al mismo tiempo que se anunciaba la "buena voluntad", forzada por una casualidad de la burocracia federal, en el Congreso de la Unión se echaba a andar la maquinaria para desaforar al jefe de Gobierno capitalino.
Y ES que parece que todo está mal en eso de la administración de la justicia. Derivado de investigaciones de la Secretaría de la Reforma Agraria, ayer supimos que los terrenos del Paraje San Juan pertenecen al gobierno y, por lo tanto, se trató de hacer un fraude en contra de los pobladores de esta ciudad y sus autoridades.
LO INCOMPRENSIBLE es que los jueces, sin mayor duda, trataron de favorecer a quienes pretendieron burlar la ley. Lo malo de esto es que las huestes de Fox seguramente buscarán quemar con leña verde a Florencio Salazar, titular de la SRA. šViva la democracia!
La vara medidora de la PGR
SIN MUCHO qué perder -el capital político totalmente desgastado, sin mayor credibilidad entre la gente y amparada por un círculo mafioso-, Rosario Robles acudió anteayer y presentó, ante el juzgado que la requirió como testigo, una parte de las pruebas de descargo que contiene el expediente de su socio, Carlos Ahumada.
HASTA AQUI se podría decir, con cierta inocencia, que las cosas fueron "normales", pero "la prueba" aportada por Robles desnuda, una vez más, la parcialidad con que actúa la Procuraduría General de la República.
TAMBIEN, HASTA el miércoles pasado sabíamos que, de acuerdo con el artículo 16 del Código Federal de Procedimientos Penales Federales, está prohibido dar copias de los expedientes, argumento jurídico por el que se impide al jefe de Gobierno y al propio Carlos Imaz obtenerlas.
PERO COMO este caso está plagado de casualidades, resulta que, casualmente, Rosario Robles obtuvo una copia certificada de las declaraciones del jefe del cártel al que se unió, Carlos Ahumada, cuyos abogados lograron, como parece ser evidente, burlar otra vez la ley.
Y ENTONCES el procurador Rafael Macedo de la Concha, con las declaraciones que hizo el mismo día, también aparece como parte de la farsa y obliga a pensar que su dicho, en el que se niega copia del expediente de El Encino a López Obrador, no es más que el resultado de los intereses que persigue esa autoridad en el caso y, desde luego, una bofetada en pleno rostro a quienes aún dudaban de la parcialidad mostrada por ese servidor público.
ENTONCES LA estratagema de Robles, quien acudió en calidad de testigo y terminó pareciendo acusada al exhibir esas pruebas en su descargo, salpicó de porquería al mismo Macedo, quien ahora deberá actuar contra quien o quienes proporcionaron a la testigo la copia certificada de las declaraciones del jefe del cártel de los videos para limpiarse algo del salpicón.
PERO ADEMAS, y esto debe tenerse en cuenta, ante el juzgado la predecesora de Andrés manuel López Obrador en la jefatura de Gobierno escuchó las grabaciones de sus primeras declaraciones respecto de los dineros que recibió de Ahumada.
EN EL noticiario de Joaquín López Doriga del 5 de marzo pasado, la ex dirigente perredista dijo en torno a que Imaz recogió dinero que sería usado en su campaña por la presidencia del PRD: "eso es cierto y eso no es ilegal, Carlos Ahumada apoyó mi campaña".
ESE MISMO día, en el programa de Carmen Aristégui y en entrevista radiofónica, Robles aceptó: "sí es verdad lo que dice Carlos (Imaz) de que Carlos Ahumada apoyó mi campaña por la presidencia del PRD, eso no es nada ilegal, eso está... es legítimo".
DESPUES DE reconocer su voz, Robles tuvo que firmar las cajas que contienen las grabaciones de sus palabras, mismas que hoy obran como "pruebas plenas" y que deberán ser tomadas en cuenta en razón del "principio de proximidad", que indica que las primeras declaraciones, las más cercanas al hecho, serán las que cuenten para el juzgador.
POR ELLO fue que Robles, en aquellos momentos, decidió además ser la vocera de Ahumada y leyó las declaraciones del jefe del cártel de los videos, y ya para entonces y por que ella así trató de hacerlo entender, era algo así como el criterio de autoridad de esa diligencia, sin importar los cargos de que se acusa al dueño de Quart.
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