México D.F. Viernes 28 de mayo de 2004
Enrique Iglesias considera insuficientes las
reformas económicas de la región
Descubre el BID más pobreza en AL
Confirma que la distribución del ingreso en el
subcontinente es la peor a escala mundial
ROBERTO GONZALEZ AMADOR, GEORGINA SALDIERNA Y BLANCHE
PETRICH ENVIADOS
Guadalajara, Jal., 27 de mayo. La región
de América Latina y el Caribe ha emprendido durante más de
dos décadas una reforma económica "y sin embargo tenemos
más pobres", afirmó este jueves Enrique Iglesias, presidente
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien llamó la atención
sobre la falta de "cohesión social" en la zona.
Al
hablar en el contexto de la cumbre de Guadalajara, expuso que los países
de la zona enfrentan el reto de hacer más eficiente el gasto social,
cuyos efectos "se han erosionado" por la forma en que son aplicados los
recursos por los gobiernos.
Para los países de la región, el esfuerzo
de emprender una reforma económica ha tenido resultados poco tangibles
en mejorar el bienestar social. En 1981, al inicio de la reforma económica
después de la crisis de la deuda, en Latinoamérica vivían
35.8 millones de personas en extrema pobreza, cifra que aumentó
a 49.8 millones en 2001, de acuerdo con el Banco Mundial.
El presidente del BID participó este jueves, junto
con Chris Patten, comisario de Relaciones Exteriores de la Unión
Europea (UE), en una conferencia sobre el esfuerzo de ambas instituciones
para "aumentar la cohesión social" de la región, uno de los
temas planteados en la agenda de trabajo de la tercera cumbre América
Latina y el Caribe-UE.
Iglesias manifestó que Latinoamérica y el
Caribe han tenido éxito en algunos aspectos de la transformación
económica, pero estos avances "son todavía pequeños
frente" a la magnitud del problema de la pobreza y la desigualdad.
Se refirió al "dinámico" proceso de cambio
económico impulsado por los gobiernos de la región en los
años recientes para acercar a los países a la "economía
de mercado" e integrarlos económicamente con el resto del mundo.
Después de varios años de reforma, declaró,
"la pobreza continúa siendo muy alta, afecta a 44 por ciento de
los habitantes de la región; la distribución del ingreso
es la más desigual del mundo, e incluso aumentó en los años
recientes". Además, Latinoamérica tiene un "grave problema"
de desempleo, sobre todo entre los más jóvenes, fenómeno
que incrementa la exclusión social.
"Entonces, el tema que se plantea para los países
de la región es mejorar la calidad de vida, distribuir los dividendos
sociales de la modernización económica, a través de
políticas explícitas y responsabilidades del gobierno y del
sector privado para llevar adelante esos mayores dividendos sociales",
planteó Iglesias.
El presidente del BID insistió en que en la región
es indispensable replantear el papel de los gobiernos en el tema social.
"Después de varios años de reformas tenemos más pobres
y una mala distribución del ingreso; quiere decir que el mayor gasto
no necesariamente es la única salida para este tema".
En América Latina, añadió, el recurso
más importante para revertir la desigualdad social "es reorientar
mucho mejor y más eficientemente" el gasto social. "Lo que se gasta
en educación, salud y vivienda muchas veces está erosionado
por la mala forma como se gasta".
Chris Patten, comisario de Relaciones Exteriores de la
UE, destacó la forma en que el bloque comunitario ha logrado avanzar
en el tema de la desigualdad social, aun con las diferencias en términos
de ingreso de los países que lo conforman, acentuadas con la incorporación
de 10 nuevos miembros -sobre todo de Europa del este, más Malta
y Chipre-, donde el ingreso promedio llega a ser 40 por ciento del prevaleciente
entre los socios más desarrollados.
"La Unión Europea está lista para apoyar
a Latinoamérica a mejorar sus prácticas para aplicar las
políticas sociales que permitan aumentar su cohesión", ofreció.
De acuerdo con el Banco Mundial, 9.7 por ciento de la
población de América Latina y el Caribe vivía con
un ingreso de hasta un dólar por día en 1981, cuando se inició
la reforma económica en la región. Esa proporción
disminuyó a apenas 9.4 por ciento en 2001, último año
para el que existe información completa de todos los países,
en una variación que apunta a dos décadas sin que se reduzca
el flagelo.
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