México D.F. Viernes 28 de mayo de 2004
Comienza "paulatina normalización" de
relaciones
Regreso de embajadores, acuerdan México y Cuba
Pérez Roque trató con Derbez todos
los temas bilaterales
BLANCHE PETRICH, GEORGINA SALDIERNA Y ROBERTO GONZALEZ
AMADOR ENVIADOS
Guadalajara, Jal., 27 de mayo. Después de
una encerrona bilateral de poco menos de dos horas entre los cancilleres
y vicecancilleres de México y Cuba, el ministro de Relaciones Exteriores
cubano, Felipe Pérez Roque, anunció que "próximamente
-sin precisar plazos- los embajadores de los dos países se reincorporarán
a las respectivas misiones diplomáticas en México y La Habana",
información que el secretario Luis Ernesto Derbez, por su parte,
había preferido omitir en una rueda de prensa anterior a la de su
homólogo.
Pérez
Roque ofreció otro detalle de los resultados de su encuentro madrugador
-se inició a las 7:45- con el titular de la Secretaría de
Relaciones Exteriores (SRE) que tampoco hizo público la contraparte
mexicana: que Derbez viajará "en las próximas semanas" a
La Habana. Fuera de estos dos acuerdos, el primer contacto entre ambos
gobiernos después de la "ruptura virtual" de relaciones diplomáticas
-así la llamó Pérez Roque, quien asiste como cabeza
de la delegación cubana- no mereció más comentarios
que las expresiones protocolarias de rigor.
"Fue una reunión franca y respetuosa", dijo el
visitante, en la que se abordaron los temas pendientes, incluidos, admitió,
la expulsión del consejero político Orlando Silva; la labor
de los dirigentes del Partido Comunista de Cuba (PCC), a quienes Santiago
Creel, secretario de Gobernación, llamó "agentes", y el caso
Ahumada.
En ningún momento de las declaraciones de los cancilleres
apareció el término "encuentro cordial", usual del lenguaje
diplomático.
Ambiguo, Derbez se refirió a "una reunión
positiva entre dos personas que hemos establecido una buena relación
personal", y de la que resultó "una vista muy clara a que trabajemos
para llegar a la paulatina normalización" del nexo, al nivel que
tenía antes del 2 de mayo, cuando México retiró a
su embajadora Roberta Lajous, expulsó al embajador cubano Jorge
Bolaños y declaró persona non grata al consejero político
Silva.
En ello coincidió su homólogo cubano, aunque
agregó: "Acordamos que eso fuera próximamente".
Señales ambiguas, caras largas...
Fue notorio el gesto de ambos cancilleres cuando concluyó
la cita bilateral: el mexicano sonreía nervioso, sin convicción;
el cubano se alejó serio, disgustado, actitud que no auguraba la
mejor de las noticias. El malestar mutuo se expresa, además, en
otros indicadores. Por ejemplo, el hecho de que una vez anunciada la ausencia
del presidente Fidel Castro, no se incluyera como jefe de delegación
al vicepresidente del Consejo de Estado y de Ministros, Carlos Lage, quien
en los últimos cuatro años ha acudido como representante
del mandatario a tres diferentes cumbres, incluida la segunda de América
Latina y el Caribe-Unión Europea en Madrid, España, en 2002.
En la segunda conferencia de prensa de Pérez Roque
en los dos días que ha estado aquí, se le pidió que
especificara si se habló de las razones por las que fueron expulsados
de México el embajador Bolaños y el consejero Silva; si se
habló del trabajo que hicieron en México dos dirigentes del
Partido Comunista que fueron calificados por Creel de "agentes" y si se
tocó el tema de la información que tiene La Habana sobre
el caso Ahumada.
Sólo respondió: "Hablamos ampliamente de
todos los temas de la relación bilateral, incluidos los que han
estado envueltos en la crisis más reciente que hemos vivido".
Fue inútil pedir precisiones: "Comprendan que no
voy a contestar lo que discutimos de manera privada y por vía diplomática,
por supuesto".
Pendiente por si se mencionaba algún detalle del
caso Ahumada escuchaba un actor central y silencioso de la trama que arrastró
al PRD y a su ex presidenta Rosario Robles al escándalo: Ramón
Sosamontes, su ex secretario de acción electoral, quien reapareció
públicamente acreditado como "periodista" para cubrir la cumbre.
Ni arrepentimientos ni disculpas
Pese a que Pérez Roque no se apartó de su
propio guión en la rueda de prensa, quedó claro que de ninguna
de las dos partes hubo expresiones de "disculpa" por los golpes declarativos
intercambiados en las semanas pasadas.
-¿Hubo pacto de no agresión? -se le preguntó.
-Cuba puede esperar que no se produzcan acusaciones, emplazamientos,
descalificaciones, que son las que en otro momento nos han obligado a reaccionar.
Tengo la esperanza, basada en la certeza del tono y de la conversación
de hoy, de que nos encaminamos realmente a la superación de estos
problemas.
-El tono de sus palabras ha cambiado. ¿Se arrepienten
de haber dicho algunas de sus declaraciones?
-No, y no ha sido ese el tono ni el contenido de nuestra
conversación. Mi tono es hoy distinto porque pienso que estamos
ante una nueva situación.
Por otra parte, el canciller cubano mostró mayor
interés en destacar el consenso entre gobiernos de América
Latina y el Caribe, que recién había sido logrado en la sesión
ministerial de la mañana, para redactar el polémico párrafo
73 de la declaración final, en el que se condena la aplicación
unilateral de medidas extraterritoriales contra la libertad de comercio,
citando por nombre la ley Helms-Burton, impuesta en 1997 por el Capitolio
para reforzar las medidas de bloqueo y embargo comercial a Cuba.
El debate no es nuevo. Ya ocurrió en las cumbres
de América Latina y el Caribe-Unión Europea de Río
de Janeiro, Brasil, y Madrid, España, cuando los europeos se negaron
a citar específicamente la Helms-Burton, lo que no impidió
que Cuba suscribiera, con todos los demás, las respectiva declaración
final. En esta ocasión, sin embargo, Cuba ha elevado el nivel de
intensidad al defender este punto. Al menos aquí hay coincidencias
entre los gobiernos de México y La Habana.
Bush usa giro del lenguaje para disfrazar ataque, dicen
Intelectuales llaman a frenar agresión de EU contra Cuba
En el contexto de la tercera cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea, América Latina y el Caribe, intelectuales y académicos integrantes de los grupos Paz con Democracia y Red Internacional en Defensa de la Humanidad (capítulo México), firmaron la proclama En defensa de Cuba.
En ese texto, signado entre otros por Pablo González Casanova, Víctor Flores Olea, Juan Bañuelos, Miguel Concha, Horacio Labastida y Magdalena Gómez, se manifiesta el más enérgico rechazo a la pretensión de Washington, que en abierta violación de todas las normas establecidas por el derecho internacional, busca derrocar al gobierno legalmente constituido en la isla.
Agregan que "en un giro del lenguaje, George W. Bush lo llama cambio de régimen acelerado", lo cual, expresan, "no es más que la supuesta culminación de un conjunto de medidas que el presidente estadunidense aprobó derivadas de las recomendaciones de la llamada Comisión para la Asistencia a una Cuba Libre".
Con esa decisión, añaden, Bush "decreta crueles disposiciones que dificultan en extremo, o impiden, en muchos casos, el contacto de los cubano-estadunidenses con sus familias en la isla". Esto significará nuevas privaciones para el pueblo cubano, al obstaculizar, más aún, el flujo de remesas enviadas desde territorio estadunidense, además de reducir, casi en su totalidad, el derecho de los ciudadanos de Estados Unidos para viajar a Cuba, "y el ya muy limitado intercambio entre académicos, artistas y ciudadanos de los dos países".
La proclama, que también suscriben Luis Hernández Navarro, Carlos Fazio, Oscar González, Héctor Díaz Polanco y Gilberto López y Rivas, expresa que el tono usado por el gobierno estadunidense es una réplica del que empleó antes de la invasión a Irak, y ahora aprovecha el ambiente político que se comenzó a crear a partir de la resolución anticubana de la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, a lo cual deben sumarse "las calumnias de funcionarios estadunidenses -entre otras-, de que La Habana auspicia el terrorismo o posee programas de armas biológicas, (lo que) indica claramente que Washington está montando el clima propagandístico adecuado para una eventual intervención militar directa contra Cuba".
Más adelante, los firmantes del manifiesto, entre quienes también están John Saxe-Fernández, Manuel Pérez Rocha. Miguel Alvarez, Guillermo Briseño, Alicia Castellanos, Dolores González y Nayar López Castellanos, expresan que "contra ese designio debe afirmarse la solidaridad internacional más resuelta, especialmente la del pueblo y los intelectuales de Estados Unidos, y la no menos importante de sus pares europeos".
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