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México D.F. Jueves 27 de mayo de 2004
JAZZ
Antonio Malacara
Omar Sosa
Recapitulación de 13 años de carrera de un pianista
HOY SE PRESENTA EN México la magia, el misterio fecundo de Omar Sosa; se trata de uno de los más importantes pianistas cubanos de los últimos tiempos (aunque por estas tierras deambule virtualmente en el subterráneo). El ritual dará inicio a las cinco de la tarde con una clase magistral (gratuita, gracias al patrocinio de la UNAM) en la sala Ollin Yoliztli, y, ahí mismo, a las ocho y media, regresará con su quinteto en turno para ofrecernos una retrospectiva de 13 años de carrera.
SOSA HA SIDO contundente al marcar nuevas rutas para el jazz mundial en general y para el latin jazz en particular. Con una lectura muy particular de la música tradicional (panafricana, panamericana y jazzística), su mente y sus entrañas entran en contubernio con el corazón para explorar, hurgar entre los vastísimos territorios del sonido contemporáneo e ir construyendo, con el desenfado y la coherencia de su genio creador, una música netamente nueva y original, aunque sin despegarse un solo instante, y he aquí lo más sorprendente, de las raíces ancestrales.
LAS DOTACIONES INSTRUMENTALES del músico cambian constantemente. Hoy se presenta con Luis Depestres (quien fuera su maestro en La Habana) en los saxos, Childo Thomas (o Machanguela Yamirri) en el bajo eléctrico, Brutha Los en la poesía hablada (a Omar no le gusta hablar de raperos), y el célebre Miguel Angá Díaz en un impresionante set de percusiones, con el que refrendará su reputación de ser uno de los músicos con mayor fuerza musical e intelectual en el planeta.
ESTO DE TOCAR un poco de cada uno de sus 12 discos, hará que el público obtenga una semblanza más o menos completa del pianista, pues después de ofrecer memorables conciertos en Europa, Estados Unidos o Japón, con septetos, cuartetos o a dúo (La Jornada 06/07/03), a principios de este 2004 presentó un disco a piano solo, A new life, en el que se muestra tremendamente introspectivo, ensimismado, igualmente atrayente y propositivo, pero instrumentando una dinámica de reposo total que le permitiera mirar de frente a su hijo recién nacido, Lonious Said (ah, Thelonious).
DE HECHO, UNO de los temas, Nacimiento, es un dueto etéreo en el que se escuchan los latidos del corazón prenatal del chavito, grabados vía ultrasonido, mientras Omar traza sus líneas en el piano para recibir el primer llanto fuera del útero. Por otro lado, se insertan los ecos del clasicismo europeo o del danzón cubano, se va de las transparentes piezas de riachuelo a la sacra solvencia de las ofrendas o las espesas experiencias en El campo de Arére.
PERO ESTA NOCHE -en la que se presume hará un encore con un palomazo de Eugenio Toussaint- se trata de recapitular una obra en su conjunto, en la que se intercalan las experiencias de un artista que ha tomado al jazz más como un concepto filosófico que como una expresión musical. Lo importante es el cúmulo de sonidos que se vuelven música cuando este señor los funde en la oración de sus silencios. [email protected]
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