México D.F. Martes 25 de mayo de 2004
Pese al ambiente fresco generado por la lluvia,
el ánimo encendió a unos 5 mil
Abrió Javier Bátiz la primera jornada
de la gira Mexicanos al grito de rock
ALFREDO VALADEZ RODRIGUEZ CORRESPONSAL
Zacatecas,
Zac., 24 de mayo. En medio de una copiosa lluvia y durante más
de 10 horas, tuvo lugar la primer tocada de la gira internacional Mexicanos
al grito de rock, que reunió a unos cinco mil amantes del género
bajo el domo de la explanada de la Feria Nacional de Zacatecas.
El periplo roquero lo comenzó el maestro Javier
Bátiz, quien encendió los ánimos de la raza, a pesar
del fresco ambiente generado por la lluvia. Luego el estrafalario estilo
de Luzbel inundó la explanada.
Después salió a escena Tex Tex, que demostró
por qué se mantiene en el ánimo de los gustosos del rock
en nuestro país. Logró arrancar verdaderos alaridos a sus
seguidores.
Inspector incrementó los niveles de adrenalina,
lo que hizo sudar a decenas de elementos de seguridad que, frente al escenario,
no se daban abasto para contener a los skaceros que iban más allá
de la valla con la esperanza de alcanzar a sus ídolos.
Gélidos y refrescantes vasos de cerveza rolaron.
Muchos cigarrillos... humo de un extraño y alucinante aroma; una
mezcla normal -y bastante tranquila- para lo que las autoridades esperaban,
pues el despliegue de seguridad pública que realizaron resultó
innecesario.
Pero nada es perfecto. Los asistentes se desesperaban
por la prolongada demora de técnicos y auxiliares de sonido que,
entre uno y otro grupo, se esmeraban en instalar y desenchufar cables,
micrófonos, tarolas, batacas, guitarras, bajos... "¡Dense
prisa putos! ¡Muévanle!", era el reclamo generalizado.
Chavitas fresas estaban reunidas en grupos bien diseminados.
Alrededor de ellas, los roqueros anhelaban ansiosos besar sus labios, pero
aquéllas les mostraban desinterés dándoles la espalda,
lo que despertaba mayor interés entre los jóvenes. Babeaban
los más, mientras regresaba el reclamo de la banda zacatecana a
los técnicos: "¡Orale bueyes, no mamen!"
Cincuenta minutos de tardanza y pasada la media noche,
arribó al escenario su majestad: Molotov, con sus integrantes convertidos
en divas del rock. "¡Despejen el camino! ¡Nadie cerca del escenario!"
Fue el colmo la siguiente instrucción: nadie pase a tomarles fotos
al frente, "porque dijo su mánager", aseguraban los elementos de
seguridad. Sobraron las mentadas de madre a reporteros y fotógrafos
desafanados.
"¿Dónde están, perros? Quiero verlos
gritando..." A no, esa fue después, con el Cártel de Santa.
Antes, Frijolero y Chanwich a la chichona fueron coreadas
a reventar, el slam ya se había apoderado -desde Tex Tex- de por
lo menos 50 por ciento de los asistentes.
"¡Que pasen unas viejas al frente!", se escuchó.
Varias modelitos atendieron al llamado. "¡Que enseñen las
chichis!" ¡Y les resultó! Para satisfacción de los
frustrados roqueros, una doncella les mostró que no requiere prótesis
ni implantes. "Tiene como 19 años", dijeron. "¡Sí!"
Era la locura.
Las dos y media de la madrugada y a la tocada todavía
le quedaba batería. Afuera de ese espacio, la ciudad de Zacatecas
era inundada por torrenciales aguaceros. Adentro, la raza local cumplió
con el llamado que se hizo a estos mexicanos al grito de rock.
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