México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
La Convención de Estocolmo obliga a los países firmantes a evitar su utilización
México deberá eliminar totalmente el uso de askareles y otros tóxicos
El año próximo analizarán durante una conferencia la prohibición de otros químicos
ANGELICA ENCISO L.
La Convención de Estocolmo de 2001 sobre Contaminantes Orgánicos Persistentes (Cops) se hizo obligatoria para los países firmantes, México entre ellos, a partir del pasado 17 de mayo, con lo que las naciones deberán desarrollar medidas para su eliminación total. Entre esos químicos están el DDT y los askareles, de los que en el país hay inventarios almacenados en Pemex, la Comisión Federal de Electricidad y el Metro, ya que se utilizaban como conductores de electricidad.
El país número 50 en firmar el acuerdo fue Francia, que lo hizo el 17 de febrero de este año, con lo que la convención entró en vigor, informó el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente. Los Cops son químicos altamente tóxicos que han matado y herido a las personas y a la vida silvestre, al inducir al cáncer y dañar el sistema nervioso, reproductivo e inmune, señala.
Ahora los gobiernos firmantes están comprometidos a eliminar la producción y evitar su liberación al medio ambiente; buscarán aplicar medidas que serán definidas en la primera sesión de la conferencia de las partes de la Convención a principios de 2005.
Entre las prioridades de los investigadores está encontrar un químico que no sea dañino para remplazar al DDT, que se utiliza todavía en los países pobres para combatir los mosquitos encargados de propagar la malaria.
La conferencia de las partes deberá establecer un comité para evaluar otros químicos y plaguicidas que podrían agregarse a la lista inicial de los 12 contaminantes incluidos hasta ahora, que son aldrina, clordano, DDT, dieldrina, endrina, heptacloro, mirex, toxaphene, askareles, hexaclorobenceno, dioxinas y furanos.
El organismo indicó que otro objetivo clave será definir lineamientos para promover "mejores prácticas ambientales" y "mejores técnicas disponibles" que puedan reducir o eliminar la liberación de dioxinas y furanos -quizá los más tóxicos de todos los contaminantes orgánicos persistentes que se generan con la incineración de ciertos productos- de una amplia variedad de fuentes industriales y otras.
Agregó que cada ser humano lleva rastros de estos químicos en el cuerpo, ya que estos químicos son altamente estables, pueden durar años o décadas antes de romperse. Circulan mundialmente por medio de un proceso conocido como efecto oruga.
Un contaminante liberado en alguna parte del mundo puede, por medio de un proceso repetido de evaporación y depósito, ser transportado a través de la atmósfera a las regiones lejanas al sitio de origen.
También se concentran en organismos vivos por medio de la bioacumulación y, aunque no son solubles en agua, se absorben rápidamente en tejido graso, donde las concentraciones pueden ser magnificadas hasta 70 mil veces los niveles originales. Los peces, aves de rapiña, mamíferos y humanos están en lo alto de la cadena alimentaria y por lo tanto absorben las concentraciones más grandes.
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