México D.F. Lunes 24 de mayo de 2004
En una década del TLCAN redujo su aportación,
revelan informes del INEGI
Baja 3.6 por ciento la aportación del sector
agropecuario al producto interno bruto
JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.
La
participación del sector agropecuario en la generación de
la riqueza en México se redujo 32 por ciento en los 10 primeros
años de vigencia del Tratado de Libre Comercio de América
del Norte (TLCAN), indican informes del Instituto Nacional de Estadística,
Geografía e Informática (INEGI).
La aportación de este sector al producto interno
bruto (PIB) pasó de 5.3 por ciento en el primer trimestre de 1994
a 3.6 por ciento en el mismo periodo de 2004, en el marco de una trayectoria
descendente, agravada por los cambios constitucionales en la tenencia de
la tierra introducidos durante el gobierno del ex presidente Carlos Salinas
de Gortari. Todavía en 1990 las actividades primarias aportaban
6.6 por ciento del producto nacional.
El declive del sector agropecuario a niveles marginales
en la formación de riqueza se mantuvo durante los gobiernos de Salinas
de Gortari, Ernesto Zedillo y lo que va de la actual. En tanto, las corrientes
migratorias del campo hacia las principales ciudades del país y
a Estados Unidos se refleja también en los indicadores oficiales
de ocupación laboral
En términos comparativos, la aportación
del campo mexicano a la producción total de la actividad económica
en el primer cuarto de 2004 fue 45 por ciento menor a la que tuvo 14 años
antes, mientras la ausencia de políticas específicas para
elevar su competitividad frente al TLCAN lo mantiene prácticamente
postrado frente a los productores de Estados Unidos, que sí cuentan
con el apoyo explícito de su gobierno.
Este impacto lo reflejan con fidelidad los indicadores
ocupacionales del INEGI: entre 2000 y el primer trimestre de 2004 la población
económicamente activa (PEA) -es decir, aquella que busca trabajo,
independientemente de que lo consiga o no- aumentó en 2 millones
523 mil 249 personas. De ellas, 0.1 por ciento -3 mil 17- correspondió
al incremento de la PEA rural, en tanto que 99.9 por ciento restante de
ese aumento fue urbana.
Según este organismo, en los primeros tres meses
de 2004 había 6.8 millones de personas con ocupación en el
medio rural mexicano y representaban 16.3 por ciento de la ocupación
total en todo el país y en todas sus actividades productivas.
Sin embargo, entre el primer trimestre de 2003 y el mismo
periodo de 2004 "la población ocupada en el sector primario disminuyó
en 422 mil personas".
El impacto de las migraciones del campo a las ciudades
parece provocar también una especie de efecto óptico en las
estadísticas oficiales. A este respecto el INEGI explicó:
"durante el primer trimestre de 2004 la tasa de desempleo abierta a escala
nacional fue de 2.9 por ciento. Esta se incrementa a medida que aumenta
el tamaño de las localidades, de manera que en los asentamiento
rurales se ubicó en 1.2 por ciento, mientras que en las grandes
ciudades, que son las que comprende la Encuesta Nacional de Empleo Urbano,
fue de 3.9 por ciento".
Así, el desempleo abierto parece haber desaparecido
prácticamente en el medio rural mexicano. Casi todos tienen ocupación
productiva y quienes no, marchan hacia otros lados. La estructura de la
desocupación abierta indica que de un millón 240 mil 676
personas en todo el país, que no encontraban empleo en el primer
trimestre de este año, 91.1 por ciento buscaba trabajo o intentaba
crearse uno en las ciudades.
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