México D.F. Viernes 21 de mayo de 2004
Los homicidas fueron sus parejas, a quienes
ellas habían denunciado en reiteradas ocasiones
Apatía de autoridades propició el asesinato
de dos mujeres en Colima
De nada sirven las leyes contra la violencia intrafamiliar
si no se aplican, señala ONG
VERONICA GONZALEZ CARDENAS CORRESPONSAL
Colima, Col., 20 de mayo. Aunque nunca se conocieron,
Josefina Mendoza Lepe y María de Lourdes Velasco Figueroa tuvieron
vidas paralelas. Ambas eran madres de tres hijos, tenían 25 años
y fueron brutalmente asesinadas por sus ex compañeros debido a que
ellas los abandonaron porque las golpeaban.
El asesinato de Josefina se perpetró el 17 de mayo
y el de María de Lourdes el 8 de marzo pasado.
Ambos crímenes conmocionaron a la sociedad colimense
no solo por la saña con que fueron cometidos, sino también
porque las víctimas habían solicitado repetidamente a la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) la aprehensión
de sus agresores.
Denuncias por violencia intrafamiliar fueron y vinieron,
y las autoridades no hiciero nada hasta que Lourdes fue asesinada. El homicida
está en la cárcel, pero en el caso de Josefina el responsable
está prófugo.
El 17 de mayo, Francisco Manuel Cedeño García,
médico naval, asesinó a balazos a su esposa Josefina Mendoza
Lepe, de quien se estaba divorciando, y al compañero sentimental
de ella, José Luis Juárez López, de 33 años,
a plena luz del día en la calle Venustiano Carranza, a la altura
del número 786 de la colonia Las Amarillas, en esta ciudad.
Josefina y José Luis caminaban por la calle para
abordar el camión que los llevaría a la Universidad de Colima,
donde trabajaban. Cedeño García los alcanzó y empezó
a discutir con José Luis, luego le disparó con una pistola
calibre 9 milímetros y se retiró unos metros, pero regresó
para matar a Josefina al ver que ésta trataba de auxiliar al herido.
Josefina murió instantáneamente, José Luis cinco horas
después.
Pina: una vida de terror
Originaria
de Cihuatlán, Jalisco, Josefina tenía 25 años, provenía
de una familia humilde y se casó con el colimense Francisco Manuel
Cedeño García hace aproximadamente 10 años. El mayor
de sus tres hijos tiene nueve años y el menor, cuatro.
Lejos de su familia paterna, Josefina vivió, por
las denuncias que presentó y sus testimonios para obtener el divorcio
de Manuel Cedeño, nueve años de terror al lado de su esposo.
Ya casada estudió la carrera de contador público
y consiguió un empleo de base en el área de Recursos Materiales
de la Universidad de Colima, donde trabajaba.
El 5 de noviembre de 2003 Cedeño García
fue aprehendido por el delito de lesiones calificadas en agravio de Josefina,
bajo el número de expediente 386/03, pero como dicho delito no se
considera grave, el juez que atendió el caso le fijó una
fianza y quedó libre.
En la denuncia quedó asentado que la golpeaba desde
los primeros años de casados, pero ella no lo había acusado
antes porque le tenía miedo. Cuando finalmente se atrevió
a presentar la demanda de divorcio lo hizo porque las palizas eran frente
a sus hijos.
En tanto, los familiares de José Luis aseguran
que él interpuso una denuncia por disparo de arma de fuego en contra
de Cedeño García en noviembre de 2003, ya que una noche éste
disparó frente a su casa, con el propósito de asustarlo,
según creyó el agredido.
Cedeño García siempre andaba armado. Perseguía
a Josefina y la amenazaba para que retirara las denuncias porque la Secretaría
de Marina le había quitado la licencia para ejercer como médico
naval, pero ella se negó siempre porque pensaba que era la única
manera de protegerse y mantenerlo alejado, comentan sus familiares.
"Nosotros estamos muy dolidos y enojados con la Procuraduría
de Justicia y con los jueces, porque había varias denuncias contra
Cedeño García. Sabían que había golpeado a
Pina, que la amenazaba y que acosaba a José Luis. Sin embargo,
lo dejaron libre. ¿Qué querían?, ¿qué
los matara?, ¡pues ya lo hizo! Ahora está prófugo y
nosotros exigimos justicia, porque no es posible que las autoridades lo
hayan liberado sólo para que los asesinara".
El caso de María de Lourdes
María de Lourdes Velasco Figueroa fue asesinada
por su compañero, Rafael Sánchez Rodríguez, de 30
años, el 8 de marzo pasado en su propia casa y en presencia de dos
de sus hijos, con una varilla de acero que su agresor utilizó para
golpearle repetidamente la cabeza.
El presunto homicida fue detenido un día después
del crimen en esta capital y remitido al Centro de Readaptación
Social.
En sus primeras declaraciones a la prensa, Sánchez
Rodríguez dijo que no estaba arrepentido y que mató a María
de Lourdes "porque ella se lo buscó, por los insultos que me daba.
Me molestaba que me ofendiera", señaló.
Los familiares de María de Lourdes, quien era empleada
de una tortillería en esta ciudad, aseguran que el crimen se cometió
por negligencia de las autoridades de procuración de justicia, porque
ella lo denunció varias veces por golpes y amenazas.
Ella pidió, sin éxito, que la PGJE y los
jueces intervinieran para que la dejara en paz; incluso, el semanario local
Avanzada publicó en su edición del 17 de mayo la copia
del oficio 179/2002, en el que el agente del Ministerio Público
cita a declarar a Sánchez Rodríguez el 23 de mayo de 2002
como probable responsable del delito de lesiones.
El DIF estatal también intervino para que dejara
en paz a María de Lourdes, pues a pesar de que ésta lo corrió
de su casa, Sánchez Rodríguez regresó y se negó
a salir de la vivienda, hasta que el 8 de marzo pasado, Día Internacional
de la Mujer, la mató.
Ante los dos casos, el Centro de Apoyo a la Mujer (CAM),
presidido por Clementina Nava Pérez, aseguró que hubo responsabilidad
de la Procuraduría de Justicia colimense en los crímenes
porque las víctimas denunciaron en varias ocasiones que estaban
siendo agredidas y la dependencia no actuó con rigor. "El CAM reprueba
estas manifestaciones extremas de violencia hacia las mujeres", indicó.
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