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México D.F. Miércoles 19 de mayo de 2004
ANDANZAS
Colombia Moya
The Junebug Symphony
Espectáculo de impecable factura y prodigiosa
imaginación
EL ESPECTACULO QUE James Thiérrée
y un grupo de extraordinarios artistas ofrecieron del 12 al 16 de mayo
en el teatro Julio Castillo, prácticamente conmocionó al
público mexicano asistente, pues vimos, fascinados y felices, una
puesta de factura impecable con la más prodigiosa imaginación
en medio de asombrosa sencillez.
EL
GENIO DE este joven talentosísimo resalta por su humanidad,
pues apenas con cuatro artistas en escena, James Thiérrée
rebasa el preciosismo de las más diversas habilidades corporales,
como la acrobática, dancística, gimnástica y contorsionista,
reunidas en el espectáculo circense, de gran elenco, para introducirnos
a las profundidades del sueño y el inconsciente por medio de un
excelente sentido del humor en su más pura expresión corporal.
LA OBRA RESPIRA amor y ternura para chicos y grandes
en sus animales fantásticos o sus guerreros de hojalata, reduciendo
a polvo la horrible pesadilla, los absurdos de la vida o el fantasma del
miedo. Alegría, felicidad y optimismo bañados por las risas
cristalinas del público infantil asistente, invadieron nuestros
corazones, pues James y su gente saben tocar directamente la víscera
querendona y caprichosa. Fueron los niños, precisamente, los que
inmediatamente reconocieron la pureza del lenguaje fantástico de
los artistas; un lenguaje que de sencillo es grande y profundo, sin ínfulas
ni falsedades arrogantes.
SIN EMBARGO, CADA movimiento contiene la maestría
de la técnica de años impresa en el cuerpo, la sabiduría
de la comprensión de lo que hacen y la sensibilidad para expresarlo
emocionalmente con la perfección del gran artista.
CADA UNA DE las disciplinas involucradas, además
de la del arte de "pensar", florece en el genio de Thiérrée,
logrando algo que hace mucho tiempo parecen buscar arduamente bailarines,
actores, y demás artistas de la escena, lo que calma nuestra sed
de ver obras genuinas o sinceras de muy buen nivel, dejándonos satisfechos
en el punto preciso de lo excelente, ni más ni menos.
LA HABILIDAD DE transformación de cuerpos
y objetos en otras cosas de este llamado "teatro físico francés",
sin duda alguna es otra poderosa vertiente para aquellos exploradores del
arte, de la comunicación humana más sensible.
BAILARINES MUSICOS, ACTORES, vestuaristas, iluminadores,
cuanto hay en el prodigioso espacio escénico y quienes están
fuera de él, para hacer posible el espectáculo de James Thiérrée,
deben sentirse colmados y contentos, orgullosos e inspirados para continuar
hasta que el cuerpo aguante, pues de seguro tienen mucho que decir, o ya
han dicho con su repertorio, mismo que sería bueno ver de nueva
cuenta aquí, en este país.
SABIENDO QUE NO hay cosa más delicada, me
atrevo a mencionar que el "gene del genio" anda volando por ahí
en la sangre de los Thiérrée Chaplin, como se apellidan Ames,
creador de la obra, y Victoria, diseñadora del vestuario y utilería
de The Junebug Symphony, aunque, sin duda alguna, la valiosa tradición
de la familia cercana, padre y madre, rebosa de creatividad, talento y
trabajo, pues obviamente estos menesteres creativos y corporales se cultivan
o se destruyen desde la infancia. Cabe mencionar que junebug es ese moscardón
gordo y feo que durante el soleado junio vuela torpemente y se golpea al
chocar con lo que sea en medio de un peculiar zumbido, pero que finalmente
no hace nada... Tal vez una metáfora de la condición humana...
quién sabe...
ASI PUES, RAPHAELLE BOTTEL, acróbata, trapecista
y bella bailarina, jutno con Magnus Jakobsson, también acróbata
y mimo; Uma Ysamat, soprano y actriz, y su barbón compañero,
nos han hecho pasar una velada inolvidable con todos los nombres de los
back stage que por asuntos de espacio no podemos mencionar. Para
quien tuvo el buen tino de contratarlos felicidades, y que no sea la última.
A bientot.
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