México D.F. Miércoles 19 de mayo de 2004
Alejandro Nadal
Por la ruta de la extinción
El camino que lleva al museo de los dinosaurios en Dickinson, una ciudad en Dakota del Norte, Estados Unidos, tiene un gran letrero: "Usted está en el camino de la extinción".
Es una leyenda que hace pensar. Anuncia el Museo de los Dinosaurios de Dakota, que tiene una interesante colección de restos de reptiles alados archaeopteryx, de velociraptor, pacicefalosaurios, y desde luego una famosa colección de triceratops. Todos los especímenes muy bien ordenados en una exhibición que va desde el triásico hasta el cretácico.
En realidad, es un gran letrero para un pequeño museo, pero no están bromeando. Las praderas que pisaron esos dinosaurios y que después fueron el hogar de los Dakota, eran pastizales generosos. Los nuevos colonos convirtieron las praderas al cultivo de trigo y maíz. Y hoy se necesitan millones de toneladas de fertilizantes y cientos de miles de galones de plaguicidas para mantener la producción.
Hay un nuevo dueño de estas praderas: este es territorio de Archer Daniels Midland (ADM), la empresa procesadora y comercializadora de granos que factura 20 mil millones de dólares anuales, tiene 275 plantas procesadoras de maíz, trigo y soya, 16 mil furgones de ferrocarril, 2 mil plataformas de transporte fluvial, 100 barcos y medio millón de camiones de transporte de granos y productos procesados.
Sin saberlo, usted consumirá hoy productos procesados por ADM. Revise la lista de ingredientes al comprar alimentos procesados. Si encuentra ácido cítrico, alta fructosa de maíz, sorbitol, lecitina, goma xantham, proteína de soya y ácido láctico, lo más probable es que sean de ADM. Su maíz y soya son genéticamente modificados. Todos estos productos provienen de una agricultura de monocultivo, fuertemente subsidiada y que ha destruido los ecosistemas de las grandes praderas y su capacidad de regeneración. El letrero del museo no está tan equivocado.
Una parte importante del maíz que procesa ADM se destina a la engorda de ganado. Esa forma de producir proteína animal es absurda; además es la base de una dieta malsana que genera en Estados Unidos 700 mil muertes anuales por enfermedades coronarias. Pero para ADM eso es lo de menos; es también el principal productor de lisina, aminoácido que acelera el crecimiento de cerdos y aves.
En 2003 ADM anunció que demandaría al gobierno mexicano al amparo del Capítulo 11 del TLCAN alegando que sufrió daños por el impuesto de 20 por ciento a los refrescos que utilizan alta fructosa de maíz como edulcorante. ADM afirma que su planta en Guadalajara descontinuó la producción de alta fructosa y reclama una indemnización de cien millones de dólares. El gobierno mexicano ya se ha inclinado en el pasado frente a este tipo de demandas con tal de mantener contentos a los inversionistas.
En Estados Unidos, ADM ha sido investigada por manipulación de precios de la lisina, alta fructosa de maíz y ácido cítrico y se han aplicado multas millonarias y hasta penas de cárcel. Pero ADM sobrevive porque ha sabido comprar políticos de ambos partidos. Como en el caso de otros gigantes (como Cargill), éste es su modus operandi para mantener a la agricultura en esta trayectoria insostenible.
Para no alejarnos del camino de la extinción, cerca de Dickinson, viajando hacia el noreste, se encuentra otro letrero ominoso: "Minot, Base de la Fuerza Aérea". Aquí se albergan otras reliquias: 150 misiles balísticos intercontinentales Minuteman III, guardados en silos subterráneos, pueden transportar tres cargas nucleares a 9 mil kilómetros. ƑReliquias de la Guerra Fría? El Pentágono determinó en 1998 que los Minuteman III permanecerán en servicio activo hasta el 2025. Los misiles siguen dirigidos a bases en Rusia y aunque no están en alerta inmediata, en segundos las computadoras pueden confirmar las coordenadas de esos objetivos para cada misil.
A partir de los años 80, Minot alberga bombarderos B-52H armados con 20 misiles crucero lanzados desde aire. Los viejos B-52 eran obsoletos, pero reconvertidos a plataformas volantes para el lanzamiento de misiles crucero, burlaron las leyes de la extinción tecnológica.
Ese truco no es tan fácil en la biosfera. Se calcula que durante los pasados 65 millones de años, la tasa de extinción se mantuvo estable: cada año se extinguía una especie por cada millón existente. Hoy, por la acelerada destrucción de ecosistemas, la tasa de extinción anual aumentó a mil especies por cada millón. A ese paso, dos terceras partes del total de especies pueden extinguirse para finales del siglo XXI. Por cierto, en la última extinción masiva, las especies dominantes fueron precisamente las que se fueron para siempre.
Los humanos vivieron 300 mil años sin agricultura, como cazadores y recolectores. Hace 10 mil años nos hicimos a la agricultura. ƑPodemos sobrevivir otros 10 mil años con la agricultura en una senda insostenible y todo el armamento que ha desarrollado el "ingenio" humano? Por lo que está en riesgo, no se admiten apuestas. Pero todo indica que como especie estamos jugando muy mal nuestras cartas.
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