México D.F. Miércoles 19 de mayo de 2004
Florencio Salazar Adame es "ignorante y perverso",
según el senador litigante
Fernández de Cevallos rechaza acusaciones
ANDREA BECERRIL Y MATILDE PEREZ U.
Diego
Fernández de Cevallos aseguró que es falso que tenga alguna
participación jurídica en el caso del predio El Encino, por
el que el gobierno federal solicitó el desafuero del jefe del Gobierno
del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, y se lanzó
contra el secretario de la Reforma Agraria, Florencio Salazar Adame, quien
aludió a las irregularidades en un litigio que el senador panista
ganó a esa dependencia.
No podía ocultar su satisfacción ante la
posibilidad del juicio de procedencia contra el jefe de Gobierno; dijo
que debe aplicarse la ley, sea quien sea el implicado, pero cuando se le
preguntó por las declaraciones de Salazar Adame, en el sentido de
que el predio por el que Fernández de Cevallos logró una
indemnización de mil 200 millones de pesos, en realidad vale sólo
100 millones, se puso furioso.
"El secretario de la Reforma Agraria está diciendo
tonterías. Es ignorante y es perverso. Está claro, dice muchas
tonterías ese señor", fue su respuesta.
-¿Sólo porque considera que hubo irregularidades
en ese juicio contra la Reforma Agraria?
-No, porque está diciendo lo que no sabe, pero
además qué bueno que la Suprema Corte va a revisar los valores
de ese predio -respondió. Afirmó que es espléndido
lo que hace el máximo tribunal-. No sé si favorezca a mis
clientes, los Ramos Millán, pero si favorece a la justicia, espléndido
para todos.
Fernández de Cevallos insistió luego en
que no tiene participación alguna en el juicio de El Encino -donde
uno de los abogados es el también panista Juan Miguel Alcántara-.
Tampoco, dijo, en el del Paraje San Juan, pero se resistió a abundar
en el litigio contra la Reforma Agraria, que lo llevó a demandar
a la anterior secretaria de la dependencia, María Teresa Herrera,
y al actual, Salazar Adame, bajo los cargos de no pagar a tiempo los mil
200 millones.
De hecho, Fernández de Cevallos insistió
ante la Suprema Corte para que se sancionara a Herrera y al titular de
Hacienda, Francisco Gil Díaz -de manera similar a como se pretende
hacer ahora con López Obrador-, por no abonar la millonaria suma
a sus clientes, los Ramos Millán. En ese caso el entonces ministro
Vicente Aguinaco no concedió al panista el fincar responsabilidades
a los funcionarios y el Congreso decidió pagar a un plazo de 40
años la cuestionada indemnización.
Sin embargo, las recientes jurisprudencias de la Corte
abren la posibilidad de que se revise el proceso legal por el que Fernández
de Cevallos logró, con inusual rapidez, una indemnización
que hace dos años representaba más del presupuesto anual
de la Reforma Agraria, plagada además de irregularidades, entre
ellas que el perito que valuó en casi 4 mil pesos el metro cuadrado
del predio expropiado en Santa Ursula Coapa está desaparecido.
Algunos antecedentes
El 9 de agosto de 1944 la familia Ramos Millán
compró 51 hectáreas en Santa Ursula Coapa, lugar entonces
conocido como los ejidos de Santa Ursula, pero nunca ocupó esa superficie
y posteriormente vendió 25.93 hectáreas. Treinta y un años
después, la Secretaría de la Reforma Agraria pagó
7 millones de pesos al ejido por 32 hectáreas que expropió
para regularizar las propiedades de las familias allí asentadas,
aclaró el subsecretario de Ordenamiento Territorial de la SRA, Gilberto
Hershberger Reyes.
En julio de 1997, abundó, Armando y Guillermo J.
Bernal García Rojas, albaceas de la familia Ramos Millán,
y Gabriel Ramos Hernández, vendieron mediante un convenio al Gobierno
del Distrito Federal 25.93 hectáreas, localizadas en Santo Domingo
Los Reyes, Coyoacán, predio colindante con las 32 de Santa Ursula
Coapa; por esa superficie se pagaron 11 millones 106 mil 6 pesos.
La venta quedó asentada en el oficio 27,996 del
5 de agosto de 1999 y del cual se entregó copia certificada al juez
del tercer tribunal en materia administrativa, agregó el subsecretario
de la SRA.
Insistió en que dichos datos muestran que el valor
real del terreno que hoy disputan Armando Bernal Estrada, quien se ostenta
como albacea de la familia Ramos Millán, y Gabriel Ramos Hernández,
es menor a los mil 214 millones de pesos que fijó el juez del tercer
tribunal en materia administrativa, Carlos Alfredo Soto Villaseñor.
El valor real de esas 32 hectáreas, si se aplicara
el costo comercial actual pero de un terreno en condiciones similares a
las de hace 60 años, no sería superior a los 100 millones
de pesos; además, los propietarios del terreno no estaban en posesión
del mismo desde hacía varios años ni la SRA tenía
que pagarles porque nunca interpusieron una demanda por despojo, ni derechos
reivindicatorios. La expropiación que se llevó a cabo fue
para regularizar los asentamientos irregulares.
Sí, abundó, hay una serie de irregularidades,
entre ellas que el perito localizó el terreno por medio de una Guía
Roji, no especificó que una parte de la superficie está
en la delegación Coyoacán y otra en Tlalpan y, de origen,
el gobierno federal no tenía que restituir la tierra a la familia
Ramos Millán porque nunca le quitó los terrenos a ella.
El juez aplicó un "valor futuro" a un terreno expropiado
hace 31 años y no consideró el valor de la tierra de un terreno
que era rústico, sino que, pareciera, le sumó la infraestructura
urbana que se le agregó con los años.
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