México D.F. Miércoles 19 de mayo de 2004
Se dejó pasar un saqueo al presupuesto,
dice a senadores
Culpa Gil Díaz al GDF de no haber detenido a
Ponce
Hacienda no filtró los datos en torno al ex funcionario,
asegura
ANDREA BECERRIL
Ante
senadores, el secretario de Hacienda y Crédito Público, Francisco
Gil Díaz, culpó al Gobierno del Distrito Federal de no haber
apresado a tiempo al ex secretario de Finanzas, Gustavo Ponce Meléndez,
cuando se dio a conocer el video donde aparece jugando en un casino de
Las Vegas. A su juicio, se dejó pasar en la administración
capitalina lo que "pudo haber sido un abuso de confianza y un saqueo del
presupuesto de la ciudad".
Durante las dos horas que duró su comparecencia
ante senadores, Gil insistió en que la dependencia a su cargo no
es la responsable de la filtración de datos en torno al caso Ponce,
y rechazó que exista un complot contra el Gobierno del Distrito
Federal, pero no pudo convencer a los legisladores.
Sus explicaciones fueron puestas en duda por priístas,
perredistas e integrantes del Verde Ecologista, quienes le concedieron
poca credibilidad e incluso le advirtieron además del riesgo de
desestabilización política del país, a partir de la
decisión de pedir el desafuero del jefe de Gobierno.
La senadora del PRI Dulce María Sauri le señaló
que las autoridades financieras están actuando "como un ariete político
de la Procuraduría General de la República (PGR)" para hacer
"el trabajo sucio al gobierno federal, vía acusaciones de lavado
de dinero'', que conllevan "una evidente intencionalidad política",
mientras que los perredistas Jesús Ortega y Armando Chavarría
le reprocharon que hubo un manejo ilegal e irregular de la información
del Departamento del Tesoro, con el fin de golpear a Andrés Manuel
López Obrador.
De la barandilla al diferendo político
Ortega ironizó incluso al advertirle "las paradojas
de la vida", pues, le dijo, un asunto de "barandilla" lo han convertido
en un diferendo grave con el gobierno de Estados Unidos, casi lleva a la
ruptura de relaciones con Cuba y ahora puede propiciar no sólo la
inestabilidad política, sino también la financiera, "que
usted tanto cuida", y todo por dirimir a través de un asunto judicial
las próximas elecciones presidenciales.
El senador priísta Raymundo Gómez Flores
expresó también que sería lamentable que la Secretaría
de Hacienda "estuviera siendo parte de un juego en el que hubiera la malsana
intención de utilizar tipo Al Capone" las cuestiones fiscales. Resaltó
que todos los conflictos judiciales que se han suscitado, que empezaron
con el Paraje San Juan y concluyeron con la solicitud de desafuero de López
Obrador, confluyen en un fin político.
Gil Díaz leyó de entrada un texto en el
que aseguró presentaría hechos y realidades, no hipótesis,
y en el que sostuvo que la Secretaría de Hacienda actuó de
manera expedita, a partir del reporte de "una transacción inusual"
de la esposa de Ponce Meléndez, detectada en agosto de 2003, pero
notificada hasta el 4 de marzo a la Procuraduría General de la República
(PGR), porque antes se tuvo que establecer la relación familiar
y solicitar información "a las autoridades del extranjero", al Sistema
de Administración Tributaria (SAT) y a la Comisión Nacional
Bancaria y de Valores (CNBV), para integrar el expediente por lavado
de dinero.
"Esa es la única razón para que no existiera
una consignación judicial del caso Ponce", antes del 4 de marzo,
sostuvo, y pasó la responsabilidad al Gobierno del Distrito Federal
por no haberlo apresado, dijo, cuando se dio a conocer el video donde aparece
jugando en el casino del hotel Bellagio, en Las Vegas. A su juicio, se
dejó pasar en el Distrito Federal lo que "pudo haber sido un abuso
de confianza y un saqueo del presupuesto'' capitalino, señaló.
Refutó también las acusaciones recurrentes
de que diversas dependencias federales orquestaron un complot en contra
de las autoridades del gobierno de la ciudad de México. De haber
querido desprestigiar a López Obrador, la secuencia óptima
habría sido obtener una orden judicial para arraigar al ex secretario
de Finanzas y después divulgar los videos, remarcó el funcionario.
Sin embargo, presionado por la mayoría de los legisladores,
Gil Díaz -que incluso apoyó su intervención inicial
en argumentos de algunos columnistas políticos- no pudo explicar
de forma convincente cómo fue que se filtró a los medios
de comunicación los datos sobre las operaciones del ex tesorero
capitalino en Estados Unidos, cuando esa información sólo
la tenía la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Entre críticas, el funcionario federal debió
admitir que desconoce si las empresas "fantasmas" de Carlos Ahumada, recién
descubiertas por la PGR, habían sido investigadas por la dependencia
a su cargo o detectadas, dada la ilegalidad con que operan.
En su intervención, la senadora Sauri Riancho le
hizo notar que llama la atención que la PGR, "tan presta y pronta"
para fincar acusaciones de lavado de dinero a los involucrados en
el Pemexgate y al ex presidente de la CNBV, Eduardo Fernández,
no lo haya hecho con los Amigos de Fox ni ahora ''con el señor Carlos
Ahumada". En el caso de lavado de dinero, ''la investigación la
hace la procuraduría federal y es su responsabilidad llevarla a
cabo. Nosotros simplemente le pasamos la información'', contestó
el titular de Hacienda.
Sauri en su réplica le dijo que su respuesta no
la satisfacía, porque no encontró un deslinde contundente
de la actuación de la Procuraduría Fiscal, a la que se está
empleando para "hacer el trabajo sucio" al gobierno federal.
Antes, el perredista Armando Chavarría inquirió
también al funcionario sobre ese punto y le pidió precisar
cuándo es que la SHCP conoció de los movimientos en dólares
de la esposa de Ponce, ya que hay la percepción de que se actuó
de manera tardía.
Gil Díaz se justificó en el hecho de que
la Secretaría de Hacienda recibe diariamente reportes de 12 mil
transacciones que se consideran relevantes, inusuales o sospechosas. Una
casa de cambio, ubicada en Río Tíber, explicó, dio
cuenta el 21 de agosto de una operación de compra de 553 mil 240
dólares, y de venta de 351 mil 294, a cargo de la cónyuge
de Ponce Meléndez. A partir de ello, insistió, se llevó
a cabo la investigación, porque no se conocía el nexo familiar
de la señora con el funcionario capitalino.
El senador del PRD Jesús Ortega insistió
y reprochó a Gil Díaz que sostenga que actuaron con rapidez,
pese a que dejaron pasar seis meses para pedir la información al
Departamento del Tesoro estadunidense y presentar luego la denuncia en
la PGR. "Evidentemente aquí hay una falsedad, no actuaron con la
urgencia y prontitud que requería el caso". Lo acusó además
de ser el responsable de que parte de los movimientos financieros de Ponce,
contenidos en el reporte del Departamento de Estado, se hayan entregado
para su difusión a varios medios, entre ellos un noticiero televisivo.
"Esa información salió de su secretaría
y ese manejo irresponsable puede tipificarse como delito", agregó
Ortega, quien le anunció que el Partido de la Revolución
Democrática presentará una demanda en su contra por ese motivo.
''Con popularidad o sin ella...''
Gil Díaz pasó de nuevo la responsabilidad
a López Obrador. Incluso sostuvo que el propio Departamento del
Tesoro de Estados Unidos "nos dijo con toda claridad" que fue la divulgación
de ese expediente de Ponce, que hizo la Procuraduría General de
Justicia del Distrito Federal, lo que motivó la suspensión
del convenio de colaboración.
Los únicos aliados del secretario de Hacienda fueron
los panistas. Primero, el senador Jesús Galván trató
de desmentir las afirmaciones de Ortega Martínez y luego cedió
su turno a Diego Fernández de Cevallos, para que éste advirtiera:
"El que ande en sinvergüenzadas tendrá que atenerse a las consecuencias,
con popularidad o sin ella".
¡Qué cinismo!, se escuchó entre la
concurrencia.
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