México D.F. Lunes 17 de mayo de 2004
Se diseñan leyes favorables a intereses
particulares, dice el director del CEESP
Propician la corrupción legisladores y funcionarios
públicos: Rodarte
Este fenómeno desalienta la inversión,
en especial la que proviene del exterior, afirma
ANTONIO CASTELLANOS
El director general del Centro de Estudios Económicos
del Sector Privado (CEESP), Mario Rodarte, identificó varios tipos
de corrupción, entre los que destaca lo que llamó ''captura
del Estado''. Expuso que mediante este mecanismo se hacen pagos extraoficiales
a legisladores y funcionarios públicos, para influir en la definición
de las reglas del juego, y además se diseñan leyes, políticas
y regulaciones favorables a ciertos intereses particulares. Esto desalienta
la inversión, particularmente la que viene del exterior, precisó.
El
otro camino es la llamada corrupción burocrático administrativa,
a través de la cual se hacen pagos extraoficiales a funcionarios
públicos, con el fin de distorsionar la aplicación de las
leyes, políticas y regulaciones. De esta forma se pueden obtener
beneficios como contratos para obras públicas, concesiones, decisiones
judiciales favorables, ahorros en tiempos de espera y cancelación
de trámites.
La corrupción, precisó Rodarte, generalmente
se entiende como el uso del poder público para el beneficio privado,
y con este enfoque se identifican los procesos descritos. De ahí
la importancia de fortalecer el estado de derecho para desalentar estos
actos y resolverlos expedita y adecuadamente cuanto se presenten.
Dijo que bajo cualquiera de las formas en que la corrupción
se presente, por lo general subyace un conjunto de elementos que la promueven
como son un marco regulatorio excesivo, grandes desigualdades sociales
y económicas, pérdida del sentido comunitario, apatía
hacia las autoridades y, sobre todo, carencia de un estado de derecho conformado
por leyes prácticas que se cumplan.
Destacó que uno de los efectos negativos más
importantes es el desaliento que provoca la corrupción en la inversión
extranjera directa (IED). El problema que significa tener que enfrentar
funcionarios corruptos impone un costo de mayor y es que todo desembolso
en sobornos es una inversión que debe ser recuperada, en ocasiones,
imponiendo precios más altos a los consumidores.
Rodarte indicó que los efectos sobre la IED de
los escándalos de corrupción no deben menospreciarse, porque
recientemente un alto funcionario de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE) confirmó que los inversionistas
internacionales son cada vez más sensibles a los problemas de corrupción
y de la falta de fortaleza del estado de derecho.
Otro riesgo es la complacencia que la corrupción
puede generar entre los funcionarios públicos por la falta del respeto
a las leyes. Esto conduce a mayor estancamiento económico, pues
desalienta la inversión y destina los escasos recursos públicos
al gasto de proyectos poco rentables o al enriquecimiento personal, en
lugar de orientarlos a infraestructura, educación o salud, agregó.
El director general del CEESP recalcó que en México
la fuente principal de corrupción es la inercia de un sistema político
anquilosado. Las estructuras administrativas y políticas frágiles
y mal organizadas, que aún cobijan servidores públicos que
sobrerregulan como medio para exigir pagos ilegales, han impedido mantener
una lucha frontal contra la corrupción, destacó.
Como resultado de lo anterior, concluyó, se pierde
entre 0.3 y 1.8 por ciento del producto interno bruto, además de
que muchos ciudadanos y hombres de negocios se salen de la economía
legal para apoyarse en la informalidad. Por ello, la solución a
este problema debe partir tanto de una reforma legal sustantiva como de
una profunda restructuración institucional
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