México D.F. Domingo 16 de mayo de 2004
La fórmula para abrir mercados, una "licencia
para matar", afirma ministro brasileño
Acuerdo sobre subsidios agrícolas entre UE y
EU presiona a naciones emergentes
Presentará el G-20 a principios de junio su propuesta
sobre reducción de aranceles
AFP
Paris, 15 de mayo. Los grandes países emergentes
del G-20, que habían hecho frente a las potencias del Norte en septiembre
pasado durante la conferencia de la Organización Mundial de Comercio
(OMC) en Cancún, se encuentran ahora bajo presión luego de
las concesiones anunciadas en materia de agricultura por la Unión
Europea (UE) y Estados Unidos, para llevarlos a negociar la eliminación
o reducción de los subsidios a la exportación agrícola
siguiendo un calendario y modalidades que están por determinarse.
En Cancún, el G-20 (que agrupa a México,
Brasil, Argentina, India y China, entre otros países) había
desempeñado un papel decisivo en la ofensiva de las naciones del
Sur, que se negaron a negociar nuevas medidas para abrir sus mercados,
estimando que la UE y Estados Unidos no habían reducido en forma
suficiente sus subvenciones a la agricultura.
Según
el G-20, esas medidas quitan transparencia al mercado mundial e impiden
el desarrollo agrícola del Sur. Desde el fracaso de Cancún
se multiplicaron las reuniones regionales de países en vías
de desarrollo, se consolidó el G-20, que agrupa a varias de estas
naciones emergentes, y además Estados Unidos y la UE mostraron la
intención de eliminar o reducir los subsidios.
Pero Bruselas y Washington declararon esta semana estar
dispuestos, en el caso de la UE, a eliminar las subvenciones agrícolas
a la exportación, y en el de Estados Unidos a "disciplinar" el apoyo
que aportan a sus agricultores, con el objetivo de relanzar las negociaciones
por un acuerdo marco en julio.
Durante reuniones de la Organización para la Cooperación
y el Desarrollo Económicos (OCDE) y de la OMC el jueves y viernes
en París, la UE y Estados Unidos también aceptaron abrir
nuevas negociaciones, sólo sobre la facilitación de intercambios
y no sobre las inversiones, la competencia y la transparencia de los mercados
públicos, en lo referente a los denominados Temas de Singapur.
En Cancún, la negativa de ciertos países
pobre y emergentes a abrir las negociaciones sobre esos cuatro temas también
había contribuido al fracaso de la conferencia.
El G-20 saludó el viernes los gestos hechos en
esta dirección y habló de "señalas positivas".
Pero el G-20 criticó un punto, el del acceso a
los mercados, es decir la disminución de los aranceles agrícolas,
al señalar que la fórmula propuesta por los estadunidenses
y los europeos les permitía continuar protegiendo ciertos productos
como la leche o el azúcar.
"Esta fórmula es una verdadera licencia para matar.
El G-20 en su conjunto no la quiere", reiteró el viernes el ministro
brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim.
Con el objetivo de evitar un nuevo Cancún, la UE
y Washington invitaron al G-20 a implicarse en las discusiones y proponer
una nueva fórmula de recorte de los derechos aduaneros agrícolas.
"Vamos a hacer una propuesta sobre el tema a principios
de junio", afirmó Celso Amorim, indicando de este modo su voluntad
de hacer pasar al G-20 de la estrategia defensiva de Cancún hacia
una posición más ofensiva.
El G-20 recibirá el apoyo del Grupo de Cairns,
que reúne a 17 países exportadores agrícolas, para
poner a punto una nueva fórmula sobre el acceso a los mercados,
indicó el ministro canadiense de Comercio Internacional, Jim Pterson.
La UE y Estados Unidos no fueron claros el viernes a la
hora de referirse a lo que esperaban de parte del G-20, especialmente en
el sector no agrícola.
Pero ambas potencias indicaron que pensaban seguir las
negociaciones de disminución de los derechos aduaneros y liberalización
de los servicios, que representan un mercado potencial enorme para sus
grandes empresas.
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