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México D.F. Domingo 16 de mayo de 2004
Con frecuencia, el gobierno responde a sus demandas
con hostigamiento
Denuncian grupos indígenas que se ha criminalizado
su lucha social
ROSA ROJAS ENVIADA
Union Hidalgo, Oaxaca, 15 de mayo. La criminalización
de la lucha social con sus secuelas de asesinatos, hostigamiento y represión,
que incluye libramiento de órdenes de aprehensión y cárcel
contra dirigentes de los movimientos, así como los conflictos agrarios
derivados de la falta de reconocimiento de las tierras y territorios comunales,
son algunos de los mayores problemas que enfrentan en el ejercicio de su
autonomía y en la lucha por su reconstitución los pueblos
indios, se planteó aquí durante los trabajos de la decimotercera
reunión del Congreso Nacional Indígena (CNI) región
Centro-Pacífico.
Otros problemas comunes en varios pueblos representados
aquí son las dificultades que enfrentan para que el Estado mexicano
reconozca a los gobiernos municipales elegidos mediante el sistema de usos
y costumbres, así como las divisiones que ocasiona la participación
de partidos políticos en la vida de las comunidades.
Se subrayó que ante la negativa gubernamental de
reconocer los derechos y cultura de los pueblos indígenas, éstos
continúan reclamando el cumplimiento de los acuerdos de San Andrés
(firmados por el gobierno con el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional).
En
esta reunión del CNI regional Centro-Pacífico participan
130 delegados provenientes de Chiapas, Jalisco, Michoacán, Guerrero,
Morelos y Oaxaca, que en la primera plenaria presentaron brevemente informes
de la situación que viven sus pueblos y comunidades. Subrayaron
su solidaridad con la lucha del pueblo zapoteco anfitrión y sus
organizaciones: el Consejo de Ancianos y Ancianas de Unión Hidalgo
y el Consejo Ciudadano Unihidalguense (CCU), que desde 2003 demandan la
desaparición de poderes en este municipio y el juicio contra el
"ilegítimo" alcalde priísta, Armando Sánchez, acusado
de corrupción. Dos personas asesinadas, 10 heridas y tres encarceladas
casi un año, son parte del costo social de esta lucha.
La numerosa delegación morelense incluye representantes
de Xoxocotla, Tlayacapan, Tlalnepantla, Alpuyeca, Coatetelco, Temixco,
Miacatlán y de la Comisión Independiente de Derechos Humanos
de Morelos. En sus intervenciones, los delegados denunciaron la "sistemática
violación" a las garantías básicas individuales y
colectivos que practica el gobernador panista Sergio Estrada Cajigal, así
como las acusaciones que pesan contra algunos de los principales miembros
de su equipo -ahora removidos de sus cargos- de tener nexos con el narcotráfico,
lo que ha llevado al inicio de juicio político contra el gobernante.
Armando Soriano Jiménez, de Xoxocotla, indicó:
"la democracia nos ha costado dos vidas y 30 heridos, una lucha de más
de 30 años, pero hemos logrado que nos respeten, porque nos hemos
organizado calle por calle. Allá luchamos no sólo los indígenas
sino los maestros, los colonos, los estudiantes, nos hemos dado cuenta
de que solos no podemos hacer gran cosa". Informó que están
en la etapa de construcción de un frente estatal y han participado
en reuniones de un frente nacional para sus movilizaciones.
Benyosef Laguna, de Tlalnepantla, informó que tradicionalmente
el pueblo elegía en asamblea al presidente municipal y después
el Partido Revolucionario Institucional lo registraba como su candidato.
Esta vez, sin embargo, participaron siete partidos en las elecciones municipales
y las ganó el priísta Elías Osorio, quien, dijo, "tiene
la legalidad, pero no la legitimidad". El pueblo tomó el
palacio municipal, fueron reprimidos, la mayoría tuvo que desplazarse
por la intervención de la policía en Tlalnepantla, aunque
ya volvieron a la comunidad, y después "se inician negociaciones
con el gobierno y empieza la compra de conciencias de los compañeros
que están negociando en lo oscurito". Un muerto, 33 órdenes
de aprehensión contra integrantes del Consejo de Pueblos y Colonias,
20 personas sujetas a proceso y en libertad condicional, la destrucción
del tejido social comunitario, son parte de las consecuencias de este problema.
Erasmo Santamaría, de Tlayacapan, subrayó
que en Morelos uno de los principales problemas de los pueblos indígenas
es el de la tenencia de la tierra, los latifundios contra los que luchó
Emiliano Zapata, dijo, se están reconstituyendo, ahora en manos
de inmobiliarias y fraccionadores. "El gobierno estatal ha impulsado una
política de confrontación y en algunas comunidades ha creado
doble representación de bienes comunales, como en Tlayacapan, o
doble delegación municipal, como en Tetelcingo".
Juan Chávez, de Nurio, Michoacán, manifestó
que el pueblo purépecha y organizaciones como la Unión de
Comuneros Emiliano Zapata (UCEZ), tienen como centro de lucha la cuestión
agraria y la vigencia plena de los acuerdos de San Andrés y del
tercer Congreso Nacional Indígena, celebrado en Nurio, de los cuales
se derivan el ejercicio de la autonomía; la defensa de los derechos
y cultura indígenas; la permanencia de los usos y costumbres, y
la oposición al Plan Puebla-Panamá y al Tratado de Libre
Comercio de América del Norte.
Mencionó que por defender sus tierras de caciques
madereros y ganaderos, y de especuladores, los comuneros han sido víctimas
de asesinatos, como los ocurridos en Santa Fe de la Laguna y Santa María
Ostula, encarcelamiento, órdenes de aprehensión y amenazas
de muerte a manos de los gobiernos municipales, estatal y federal.
En octubre de 2003, en Zirahuén, la comunidad proclamó
el primer municipio autónomo y el primer caracol zapatista.
De inmediato, "el gobierno envió soldados, helicópteros y
policías a espiar al pueblo y reprimir cualquier movimiento sospechoso,
detuvieron al dirigente de la comunidad, a quien dejaron libre de inmediato
ante la movilización de los integrantes de la UCEZ, pero mantienen
la vigilancia, la hostilidad, las órdenes de aprehensión
y las amenazas. Al coordinador le han dicho que el gobierno ya decidió
jubilarlo (tiene más de 80 años de edad y más de 50
en la lucha), pero aún no define si lo hace en la cárcel
o en el panteón", indicó.
De Oaxaca participan, entre otros, delegados del Consejo
Indígena Ricardo Flores Magón; Colectivo Cortamortaja, de
Jalapa del Marqués, que se oponen a la construcción de una
presa hidroeléctrica y al paso por su comunidad de la supercarretera,
ello en el contexto de los megaproyectos del Plan Puebla-Panamá;
representantes del pueblo huave, que cuentan con una estación de
radio comunitaria; del sindicato de trabajadores al servicio de los tres
poderes del estado, cuyo ex dirigente Oliverio Neri estuvo encarcelado
durante un año y cinco meses acusado de diversos delitos y ha logrado,
dijo, la absolución en cinco de siete procesos que se le seguían;
de la Unión de Organizaciones de la Sierra de Juárez, que
lucha contra la contaminación del maíz con transgénicos;
de San Juan Lalana, que defienden sus tierras contra caciques ganaderos.
Manuel Hernández Aguilar, de la Asociación
Rural de Interés Colectivo Independiente de Ocosingo, Chiapas, afirmó
que ante las amenazas del gobierno federal de desalojar los poblados enclavados
en la Reserva de la Biosfera de Montes Azules, les han fabricado delitos,
ha aumentado la militarización, "pero nosotros ya hemos dichos que
no nos van a sacar vivos".
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