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México D.F. Domingo 16 de mayo de 2004
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife Rahme
ƑProbabilidad de golpe de Estado en la Casa Blanca?
EL ORDEN INTERNACIONAL se ha resquebrajado en forma ominosa y el letal bushismo camina como un cadáver viviente que destroza a su paso las reglas anteriores de convivencia universal sin poder implantar otras nuevas. El choque de civilizaciones del racista Samuel Huntington y la permanente "guerra preventiva" de los neoconservadores straussianos -que subsumen al bushismo torturador y su unilateralismo barbárico- sufren dos severas derrotas de profundos alcances geoestratégicos en Sudcorea (con el regreso al poder del enjuiciado presidente Roh, restituido en las urnas y por la Suprema Corte de Justicia) y en India, donde los campesinos no solamente se rebelaron en forma asombrosa ante la tiranía tecnocrática de la plutocracia neoliberal, sino que, además, regresaron al seglar Partido del Congreso al poder para sustituir al partido fundamentalista Barathya Janata.
EL LIDERAZGO ES ante todo moral. Estados Unidos (EU) perdió su alma en la siniestra cárcel de Abu Ghraib y Baby Bush carece de la capacidad juiciosa, ya no se diga moral, de dirigir al "mundo libre" de la democracia y los derechos humanos que fueron triturados (estuve a punto de escribir "torturados") desde su llegada al poder gracias a la elección bananera de Florida que instaló un gobierno orwelliano e impuso, bajo el montaje escenográfico del 11-S y su "guerra contra el terrorismo global", la tripleta totalitaria del Acta Patriótica, la Seguridad del Hogar y la voyeurista Alerta de Información Total (TIA,por sus siglas en inglés), que han sumido en un ambiente de pánico paroxístico a los comunes cuan cándidos ciudadanos estadunidenses con el fin de convertirlos en "conejillos de Indias" de la experimentación de técnicas skinnerianas y pavlovianas de condicionamiento sicológico de control masivo por medio de los multimedia de la intoxicación mental. En la pérdida del alma estadunidense habrán contribuido en forma notable sus multimedia privados y depravados (con sus justas excepciones), carentes de juicio crítico, que aceptaron y avalaron sin chistar, debido a su colusión corporativa, todas las supercherías pueriles del bushismo letal y su unilateralismo barbárico, lo cual catapulta a escala imperativa e inalienable el siguiente axioma: una democracia genuina en la posmodernidad se distingue y se define por la capacidad crítica (en el sentido cartesiano; no iconoclasta) de sus plurales multimedia. La tortura es también mediática. En medio del debate axiológico sobre el control, comando y manejo de los multimedia en una democraci a (su parámetro trascendental, a nuestro juicio), surge vigoroso un teorema desde la cárcel de la tortura estadunidense de Abu Ghraib: la percepción de la opinión pública universal es más poderosa que la engañosa cacofonía propagandística de cualquier oligopolio mediático skinneriano. Las televisoras Al Jazeera y Al Arabiya le ganaron la partida mediática al tóxico Fox News, promotor de la invasión a Irak. Lo que pasa es que el bushismo letal y su unilateralismo barbárico no estaba preparado para una derrota, como tampoco sus tóxicos multimedia que lo acompañaron en su extravío alucinante ("El destrozo de la propaganda de EU", Frank Rich: International Herald Tribune, 14-V-04).
AHORA RESULTA QUE Nick Berg, contratista judío decapitado por los no menos barbáricos terroristas islámicos de Al Qaeda, fue compañero de "vuelos" aéreos del terrorista Zacarías Mussawi en Oklahoma, con quien compartía su laptop y su pase de acceso a la computadora (CNN, 15-V-04). Como que fue demasiada la intimidad computacional entre Berg (judío) y Mussawi (islámico) en suelo estadunidense donde, desde el 11/S, han sucedido las cosas más insólitas que han puesto de moda las "alfombras voladoras" de los cuentos árabes. Mussawi es el único en haber sido acusado formalmente de haber instigado los atentados terroristas del 11/S por cuya conexión era también vigilado por la FBI el "decapitado" Berg. Todas las peripecias biográficas y bibliográficas de Berg, desde el 11-S, pasando por su extraña contratación por una misteriosa empresa privada, hasta su enigmática captura en Mosul (la capital del norte de Irak), suenan inverosímiles. ƑQué servicio secreto internacional disfrazado de Al Qaeda habrá "decapitado" a Berg? ƑQuizá, para quitar presión mediática al asunto escatológico de Abu Ghraib y así ostentar el retorno triunfal de Rumsfeld a las cárceles estadunidenses de Bagdad? ƑPor qué se volvió desechable Berg? ƑUn testigo menos para el 11-S que se hunde más en la oscuridad?
NADA MENOS QUE Martin Wolf, el editor de la sección económica del The Financial Times (FT), arremete impecablemente contra el bushismo en un ensayo muy lúcido ("Bush no es apto para el puesto", 11-V-04): "es imposible exagerar los peligros que esperan al fracaso de EU en Irak: los jihadistas concluirán que habrán derrotado por segunda vez a una superpotencia, los regímenes amigos serán sacudidos y el prestigio de EU será destruido. Irak no es otro Vietnam, es mucho peor. [...] El mundo es demasiado complejo y peligroso para las simplicidades piadosas y el arrogante unilateralismo de George W. Bush". Como si lo expresado por Wolf fuera poco, otro británico, Philip Stephens, en el mismo rotativo, portavoz del neoliberalismo global ("Se perfila la catástrofe", FT, 13-V-04), después de vislumbrar la caída de Bush, Blair y el reino saudita, además de un precio de 60 dólares por barril de petróleo que lleve al mundo a la estanflación (mezcla mortal de estancamiento con inflación), concluye que "la guerra en Irak fue la causa y el efecto de la destrucción del sistema de seguridad internacional". Paul Krugman, el connotado economista y columnista del The New York Times ("Un crudo choque", 14-V-04) coincide con la tesis del alza del petróleo y la estanflación de Stephens.
NUNCA HABIAMOS ESCUCHADO pronunciar más la palabra "catástrofe" como ahora en la boca de consagrados analistas y pensadores. En realidad, en los sistemas físico-matemáticos no existe la "catástrofe" como tal, sino más bien el "caos" y/o el fin de un sistema que es sustituido por uno nuevo (para el que debemos estar preparados en todo el mundo). Desde 1998, el "sistema" dolarcéntrico lleva varios descalabros económicos y financieros, y hasta ahora su invencible rubro militar, después de la caída del muro de Berlín, ha sufrido una derrota inimaginable en Fallujah, cuyo penúltimo clavo en el féretro parece haber sido la exhibición pornográfica de las torturas de Abu Ghraib, estimuladas por el fundamentalista bautista-sureño teniente general William, Jerry, Boykin, amigo personal de Donald Rumsfeld y proveniente de la macabra Fuerza Delta, como revela Ramtanu Martra ("Rumsfeld y el bestial Boykin", Asia Times, 11-V-04).
EL HORNO NO está para bollos en Washington. Durante una comparecencia por la aventura iraquí, el ave de las tempestades, Paul Dundes Wolfowitz, atrajo los relámpagos de los senadores demócratas, quienes literalmente lo vapulearon, entre quienes destacaron las filípicas de Hillary Clinton y Ted Kennedy ("Wolfowitz atrae la ira de los demócratas", Thomas Ricks, The Washington Post, 14-V-04). Ricks reseña el malestar profundo en las fuerzas armadas en un reportaje admirable titulado "Creciente disensión en los más altos niveles militares sobre la estrategia de guerra: EU podría estar ganando batallas en Irak, pero estaría perdiendo la guerra, aducen militares", The Washington Post 9-V-04). Como que Wolfowitz, el arquitecto del fracaso de la invasión a Irak, se antoja para chivo expiatorio de la ira militar conjunta, según deduce Ann Scott Tyson ("Grieta mayor en el Pentágono", The Christian Science Monitor, 14-V-04).
EN ESTE PUTREFACTO contexto del bushismo letal y su demencial unilateralismo, un artículo explosivo de Sydney Blumenthal, muy cercano asesor del presidente Bill Clinton, "Golpe de Estado militar en EU" (The Guardian, 15-V-04), agrega "estupor y asombro" al estupro carcelario: recuerda que hace 12 años, el general Colin Powell, entonces jefe de las fuerzas armadas de EU, confirió en la Universidad de la Defensa Nacional una presea por su ensayo estratégico Los orígenes del golpe militar de 2012 al teniente coronel Charles Dunlap, que por cierto, le adelantamos a los lectores ("EU: un hipotético golpe militar", Bajo la Lupa 14-XII-03). Dunlap "imaginó en su historia precautoria a un gobierno civil incapaz que crea un vacío que es llenado por militares competentes por medio de un golpe desastroso". El asesor clintoniano resume la justificación de Dunlap: "la catástrofe que sucedió en nuestro reloj se debió a que fallamos en criticar políticas que sabíamos fallidas. Para mí es muy tarde hacer algo, pero no para ustedes". Maliciosamente, asevera que "el ensayo de Dunlap circula entre los principales estrategas militares de EU", no sin antes haber diagnosticado la desquiciante mentalidad de Rumsfeld y Dick Cheney, a quienes tocó, después del juicio del presidente Nixon, apuntalar al presidente Gerald Ford: "la crueldad, fue la primera lección que sacaron de la debacle de Nixon, cuyo colapso confirmó en ellos la creencia en una presidencia imperial basada en el secreto del Ejecutivo. Se tiene la impresión, al contrario de Nixon, que Rumsfeld y Cheney hubieran quemado las cintas de grabación". Ubica la pertenencia de Rumsfeld y Cheney a la "cábala, neoconservadora" y afirma que "el destino del proyecto neoconservador depende del puesto de Rumsfeld, quien, si llegase a renunciar, jalaría a su segundo, el Robespierre neoconservador Paul Wolfowitz". No podía Blumenthal dejar de resaltar el "extraordinario editorial" del Army Times "que nunca se había visto envuelto en una polémica" de esta magnitud conceptual, en referencia a las atrocidades de Abu Ghraib: "No fue sólo una falla de liderazgo a escala del comando local. Fue una falla que va directo a la cúpula. Aquí la rendición de cuentas es esencial, aun si eso significa remover a líderes de su labor en tiempos de guerra". Blumenthal cita a un alto estratega militar que mantiene en el anonimato, quien refiere que "Rumsfeld es odiado por el ejército" y que "el sentimiento que existe en su seno es: apoyen a nuestras tropas y enjuicen a Rumsfeld". El asesor clintoniano coloca el tiro donde más duele y cita al general retirado William Odom, "quien refleja un amplio espectro de opiniones en los altos rangos de los militares", y confiesa que "el ejército de EU se encuentra sobrextendido" por lo que aboga por la retirada: "el tema central es cómo cesamos de fracasar más. Se trata de una decisión estratégica". Blumenthal concluye que "la ebullición de los militares contra Bush y Rumsfeld puede obligar a pasar la película Siete días en mayo, que versa sobre "un golpe montado por un general contra un presidente débil".
LO MAS ESTREMECEDOR consiste en que se habla con demasiada laxitud, tanto del lado republicano como del demócrata, de la probabilidad de un golpe militar en EU, pero con diferentes objetivos cosmogónicos. En diciembre del año pasado, en la revista Cigar Aficionado, el general Tommy Franks, muy cercano a los Bush y a Paul Dundes Wolfowitz, había avanzado la probabilidad de un golpe militar en caso de un atentado terrorista nuclear en suelo estadunidense (que parecerían estar alentando los círcuitos racistas huntingtonianos y los neoconservadores straussianos) como la escenografía ideal de la relección de Bush (algo así como "yo o el diluvio"). El golpe militar hipotético de Blumenthal, al que se sumaría el general Colin Powell, parecería encaminado a restaurar los órdenes doméstico y mundial extraviados por el aventurerismo unilateral bushiano. Tampoco hay que equivocarse: no será lo mismo un golpe militar instigado por los bushianos que por los demócratas (sumados de republicanos moderados).
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