Perredista critica el doble discurso del Presidente

Impunes, colaboradores de Fox implicados en actos de corrupción

RENATO DAVALOS

Ninguno de los funcionarios del gobierno federal implicados en actos de corrupción ha sido procesado, advirtió el secretario de Organización del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Guadalupe Acosta Naranjo, y dijo que el doble discurso de las autoridades gubernamentales pretende enjuiciar a sus adversarios políticos sin reparar en las irregularidades que se han presentado en su administración.

Acosta Naranjo refrendó que el PRD no puede retornar a la mesa de diálogo con el gobierno federal mientras se mantenga la "actitud beligerante" del presidente Vicente Fox y algunos de sus colaboradores contra los perredistas y el gobierno capitalino.

Los procesos penales en contra de los perredistas que cometieron actos de corrupción, especificó, están en marcha y nadie puede asegurar que se pretende encubrirlos o que la impunidad se imponga en los casos de René Bejarano, Carlos Imaz y Gustavo Ponce, hoy prófugo.

Hasta la fecha, precisó, las autoridades federales no han iniciado el proceso en contra del empresario Carlos Ahumada Kurtz, pese a las evidencias que han aparecido desde la transmisión de los videos. Han transcurrido las semanas y no se ha abierto indagatoria alguna, precisó.

"No vemos la misma actitud del gobierno federal en contra de funcionarios como Guido Belssaso, ex responsable del Consejo Nacional Contra las Adicciones, quien traficó con influencias, o con el ex embajador de México ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Carlos Flores, simplemente fue cesado. Inclusive está el caso de Carlos Rojas, ex responsable de Amigos de Fox, quien sólo fue separado de su encargo en Los Pinos y luego fue integrado al Consejo Mexicano de Comercio Exterior, sin que mediara investigación adicional alguna", indicó.

En el fondo del asunto, resumió, prevalece en el gobierno foxista un "gran temor" por las revelaciones que Ahumada Kurtz hizo durante su estancia en La Habana y, especialmente, por el cúmulo de personajes de alto nivel que involucró en sus maniobras de los años recientes.