México D.F. Viernes 14 de mayo de 2004
Cuauhtémoc, vida polémica de Tepito
a Las Lomas
En los recientes años el nombre de Cuauhtémoc
Blanco ha estado asociado a la polémica.
Lejos quedaron aquellos tiempos en que vivía en
Tlatilco y Tepito, iba a las instalaciones del América en Metro
y pesero y era un novato tímido que ganaba 3 mil pesos mensuales.
Ahora, al tiempo que le llegó la fama y el dinero,
se compró una casa en las Lomas de Chapultepec y se transporta en
sus autos o camioneta BMW, el delantero de las Aguilas es sinónimo
de controversia, mientras su cuenta bancaria aumenta en unos 100 mil dólares
al mes.
Esta semana fue acusado como el responsable de la batalla
en el partido ante Sao Caetano y la posterior invasión al campo
de los fanáticos en el estadio Azteca. "Fue el causante de todo",
dijo el árbitro Oscar Ruiz, mientras el presidente americanista
Javier Pérez Teuffer le advirtió: "si quieres pelear, vete
al barrio".
Sin embargo, su historia negra cada día va en aumento
y sus ataques son lo mismo contra sus rivales, que contra periodistas y
fotógrafos, su ex esposa Marisela Santoyo o la árbitro Virginia
Tovar, a quien le espetó durante el primer partido que dirigió
en la primera división: "mejor ponte a lavar trastes, cabrona".
Los conflictos de Blanco empiezan al mismo tiempo que
va ascendiendo su carrera profesional.
Cuauhtémoc, un producto neto del futbol llanero,
llegó a probarse al América en 1990 y para la campaña
93-94 se empezó a consolidar en el primer equipo, precisamente bajo
el mando de su actual técnico, Leo Beenhakker, quien durante un
entrenamiento le llamó la atención porque llegó con
aliento etílico.
Su mejor actuación fue durante el Mundial de Francia
98, cuando dio a conocer su cuauhtemiña y anotó a
Bélgica un gol de antología.
Sin embargo, a fines de ese mismo año su entonces
esposa Marisela Santoyo levantó una denuncia penal acusándolo
de lesiones y amenazas de muerte. Dijo que lo encontró con una mujer
en la recámara de su casa y con muchos amigos tomando en la sala.
Lo acusó de ser alcohólico.
En 1999 fue el mejor elemento de la selección mexicana
en la Copa Confederaciones, pero inició también su divorcio
y se le relacionó con algunas artistas.
A la par, cada vez más se hicieron costumbre sus
peleas con los rivales. A David Oteo lo llamó "naquito" y le dijo
que sólo servía para cargarle las maletas a Jorge Campos
y Claudio Suárez. A Héctor López le señaló
que lo arrastró "como un gato" tras anotar un gol.
En sus recientes rencillas los rivales lo han acusado
de que les presume cuánto dinero gana. "Se pasó todo el partido
llamándome mono, haciendo provocaciones racistas. Hasta nos presumió
que ganaba más que nosotros; nos dijo jodidos", se quejó
Anderson Lima, del Sao Caetano.
Su festejo más criticado fue cuando simuló
a un perro, al orinar sobre la portería luego de anotar un gol.
Los periodistas también han sido objeto de sus
burlas. A bordo de un autobús, en el estacionamiento de Coapa, gritó
a los periodistas tras los cristales: "pinches muertos de hambre".
De las palabras ha pasado a los golpes. Al comentarista
televisivo David Faitelson le dio un puñetazo, escondido en un vestidor
luego de un partido en Veracruz, y a la salida de un restaurante en Polanco
le rompió la cámara a dos fotógrafos que lo captaban
con su novia Galilea Montijo.
Su reciente problema en tribunales le ha impedido viajar
con la selección a Estados Unidos, donde un mesero de un bar nocturno
en Houston lo demandó por agresiones físicas.
Casimiro Mendoza, michoacano de 43 años, dijo que
fue agredido por el jugador a las 4 horas de la madrugada del pasado 12
de enero. "Estaba muy borracho, venía del bar Metrópolis
que cierra a las dos de la mañana y me empezó a golpear porque
dije que su novia estaba muy bonita", narró el empleado, quien por
cierto fue despedido por el incidente con el autonombrado "mejor jugador
de México".
CARLOS HERNANDEZ
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