México D.F. Viernes 14 de mayo de 2004
Insiste el presidente electo en que habrá
"tolerancia cero" para la corrupción
Tengo planes realistas para enfrentar la crisis económica
en Panamá: Torrijos
Cinco de cada 10 jóvenes menores de 20 años
están en la pobreza, indican cifras oficiales
STELLA CALLONI ENVIADA
Panama, 13 de mayo. Las nuevas expectativas en
Panamá, después de las pasadas elecciones del 2 de mayo,
están centradas en lo que hará el gobierno de Mireya Moscoso
con los temas más importantes que marcarán el futuro de su
sucesor Martín Torrijos Espino, quien asumirá el cargo en
septiembre próximo, máxime si se tiene en cuenta los actos
de fraude del oficialismo en las elecciones para legisladores, que en algunos
lugares alcanzó niveles de escándalo.
Las elecciones que recientemente fueron elogiadas por
los observadores internacionales tuvieron su talón de Aquiles en
el caso de los legisladores y algunos hechos en la provincia de Darién,
o en otros distritos, mostraron que el fraude existió y que corrió
dinero del Estado, para tratar de ganar bancas.
Tanto
Torrijos como sus equipos que trazaron el programa de gobierno están
trabajando en la transición, poniendo especial atención en
los temas más urticantes y estarán alertas ante apresuramientos
para firmar decretos o compromisos que afecten la futura gobernabilidad.
Torrijos sostiene que hay metas muy claramente fijadas
en cuanto al tema de enfrentar la pobreza, que en Panamá escaló
en los últimos años en forma alarmante. Al comenzar el siglo
XXI cuatro de cada 10 panameños son pobres en las zonas urbanas
y seis de cada 10 lo son en el campo. "Pero muy grave es que entre los
jóvenes menores de 20 años, cinco de cada 10 están
en la pobreza, y en las áreas indígenas 90 por ciento de
la población está afectada", como señaló el
mismo Torrijos, quien en una entrevista para este periódico en 1999,
anunció que recorrería cada rincón del país
para tener un mapa real de la situación social y llevar al Partido
Revolucionario Democrático (PRD) a trazar su nuevo programa y Declaración
de Principios para esta nueva etapa desde la realidad del país y
no desde oficinas cerradas".
Panamá tiene una población indígena
de 290 mil personas distribuidas en distintas comunidades , y 86.7 por
ciento está viviendo en la extrema pobreza, en distintas zonas del
país. Hace demasiado tiempo que esperan justicia.
El presidente electo en encuentros breves con este periódico,
en medio de los tumultos electorales y luego de la elección, dejó
sentado que "nuestros planes son realistas para enfrentar la pobreza y
hay proyectos sociales donde daremos atención a las prioridades,
especialmente para combatir la desnutrición infantil, atender a
las madres, crear programas accesibles de vivienda para los miles que trabajan
en la economía informal, crear empleos seguros, pero debemos hacer
una transformación del sistema educativo, para que esos jóvenes
hoy en la pobreza estén preparados cuando se les necesite."
En panamá se observa un fuerte retroceso en el
sector educativo, que tuvo su momento más alto cuando gobernó
el general Omar Torrijos, en cuyo periodo (1968-1979) se dio un significativo
salto y por primera vez miles de pobres ingresaron a las universidades,
y se crearon escuelas en barrios y zonas rurales antes abandonadas. Lo
mismo sucede en el campo cultural, ya que la relación establecida
por Omar Torrijos con el mundo en busca de apoyo para recuperar el Canal
y la Zona, convertida en enclave colonial, que se extendía a todo
el país, posibilitó un resurgimiento cultural que además
estaba ligado a la recuperación de la identidad nacional, basamento
de toda lucha anticolonial.
Omar Torrijos, murió en julio de 1981 en un sospechoso
accidente de aviación que sus familiares y diversos sectores políticos
caracterizan como un atentado.
Veintitrés años después de aquel
suceso su hijo Martín, que ha heredado especialmente su mirada,
pero que destaca siempre que no busca remplazar ni imitar a esa figura
que ya es parte de la historia latinoamericana en el siglo XX, sostiene
que mucho de lo realizado entonces posibilita que Panamá ya reciba
fondos suficientes del recuperado Canal para dar pasos en el sentido de
enfrentar la pobreza que, desde su punto de vista, "avergüenza al
país".
Además, "si se combate la corrupción, que
es uno de los temas que impide dar una respuesta social adecuada, el dinero
irá donde debe ir y el país será reconocido como confiable".
En este sentido su propuesta es que este gobierno no confundirá
lo que es gasto social con inversión en esa área, ya que
no hubo ningún cambio en la situación de pobreza o desarrollo
humano en momentos en que el gobierno saliente admite haber gastado 5 mil
millones de dólares para ese objetivo, pero no se sabe dónde
están invertidos. "Por esa razón el PRD propone mecanismos
de seguimiento para los recursos afectados al área social y otros".
"Mi compromiso es, y lo he repetido varias veces, que
habrá tolerancia cero para la corrupción porque esto afecta
todo, la convivencia, el desarrollo, el combate a la pobreza y lleva a
complicidades públicas y privadas. No puede haber impunidad ni justicia
selectiva, politizada, que no se aplica a todos como debe ser."
Por eso uno de sus lemas preferidos fue que "más
que votar cada cinco años, hay que profundizar la democracia y poner
las instituciones al servicio de la sociedad y el desarrollo".
En 2003, el PRD estableció una declaración
de principios donde se definieron nuevos conceptos, y el carácter
de esa organización política, ligada a la social democracia.
"Se trata de asegurar una patria para todos" advirtiendo que "las tareas
del partido para el primer cuarto del siglo XXI se cumplirán dentro
de una sociedad nacional distinta de aquella en la cual Omar Torrijos fundó
el PRD (1978), pero donde los principios y objetivos para los cuales se
creó continuarán siendo igualmente válidos y eficaces".
En la misma declaración de principios que fue básica
al trazar el programa partidario se menciona la necesidad de sustentar
la equidad y el desarrollo humanos, mejorar la calidad de vida de todos
los panameños, que deberán ser "los mayores protagonistas
y beneficiarios del desarrollo social... y no bastará con resolver
el problema de la suficiente demanda de empleo, sino también la
distribución del ingreso y de la riqueza nacional, el poder adquisitivo
del salario" tan depreciado en estos tiempos.
La construcción en auge
Nadie parece esperar una revolución, ni existen
los parámetros de los años 70, aunque se ahondaron hasta
el peligro las diferencias sociales en el país. La fiebre de la
construcción lleva a levantar elevadas torres que destruyen la fisonomía
de una ciudad con el encanto de barrios residenciales de casas bajas, donde
siempre uno podía al menos sentir la presencia del mar, hace pensar
también en quienes están detrás de esas construcciones,
que comenzaron a surgir como hongos después de la invasión
y ocupación militar estadunidense de finales de 1989. Ya en los
años 90 se informaba a nivel mundial que el lavado de dinero
había aumentado considerablemente en el país. Ahora las calles
se ven atestadas de poderosas y nuevas camionetas cuatro por cuatro y automóviles
lujosos que han convertido en intransitable la ciudad y todo esto más
esas torres lujosas hacen más evidente el abismo entre unos y otros.
El PRD tendrá mucho que hacer y crear para como dice su declaración
de principios: "integrar los intereses y aspiraciones de sectores sociales
con diversos niveles de desarrollo, es la vía adecuada para ser
el partido que garantiza el proyecto de desarrollo nacional con justicia
social que merece y demanda Panamá". No va a ser un camino de rosas,
considerando que en ese país existe una derecha activa, ligada a
intereses extranjeros, con conceptos primitivos y que hace casi 15 años,
alentó y compartió una invasión militar de Estados
Unidos, que abrió la puerta a todos los planes intervencionistas
en la región en lo que quedó del siglo XX y el actual.
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