México D.F. Jueves 13 de mayo de 2004
Debe ser interés prioritario: Iruegas y Joaquín Coldwell
Llaman diplomáticos a pugnar por la "estabilidad cubana"
JOSE GALAN
México debe recomponer sus relaciones con Cuba y fijar reglas precisas al respecto: se deben dejar claros los consensos y los disensos en favor precisamente de los intereses mexicanos, y tomar las decisiones diplomáticas en ese sentido y no para apoyar iniciativas dependientes de Washington, coincidieron anoche Pedro Joaquín Coldwell, ex embajador de México en La Habana, y Gustavo Iruegas, ex subsecretario para América Latina de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Académicos ambos de la Universidad Iberoamericana, insistieron en la necesidad de establecer que el interés primero de México en esta relación es preservar la estabilidad cubana, que la futura transición de ese país se dé sobre bases pacíficas y no se degrade en una situación que salga de los cauces pacíficos, además de que es imperativo resolver el problema de fondo en esta crisis: la restauración del compromiso de no intromisión en los asuntos internos de cada uno, y la abstención de agredir a La Habana para satisfacer los pedimentos de Estados Unidos.
Joaquín Coldwell expuso que las relaciones con Cuba "nos deben preocupar por razones pacíficas, porque una guerra civil combinada con una probable intervención estadunidense a 160 millas de nuestras costas sería muy duro, ya que tendríamos que prepararnos para recibir un arribo masivo de inmigrantes".
Agregó: "La relación bilateral presente y futura debe caracterizarse por un intenso diálogo político y tratar que la diplomacia mexicana ayude a esta transición pacífica de cara al futuro". Se debe pensar en la necesidad de la regularización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.
Iruegas, en tanto, advirtió sobre las malas prácticas de la política, como "el desleal recurso de algunos gobiernos que, cuando enfrentan problemas internos que se tornan inmanejables, crean o usan una disputa internacional y luego apelan al nacionalismo y al patriotismo de sus pueblos para desviar la atención pública".
Iruegas opinó que el tema Cuba no puede ser reducido a una "simplona disyuntiva" entre libertad y dictadura. Es más que nada, consideró, un largo episodio de supervivencia de un régimen empeñado en la justicia social.
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