José Steinsleger

Dominicana: cáscaras de un mismo palo

El raso español representó en Irak a la "coalición antiterrorista" y la Unión Europea (ignotos aquelarres), y el dominicano a un país en vías de disolución nacional. Fuera del "bono de peligrosidad", el uno ganó mil dólares mensuales y el otro 12 veces menos, sin bono.

El español lució, claro, uniforme del ejército nacional sin dejar de ser gallego o catalán. El dominicano lució, claro, uniforme del ejército yanqui con insignias que lo identificaban como integrante del contingente Quisqueya. Pragmatismos de la relación norte-sur: en Diwaniya los españoles se defendían de los ataques con vehículos blindados y los dominicanos con simples ametralladoras.

ƑRepública o colonia? Caso único de la historia latinoamericana, Dominicana resurgió como nación independiente en 1865, después que sus déspotas la devolvieron a España (1861). Rafael Leónidas Trujillo, el más famoso, vivió en el siglo pasado y en su persona coincidieron las tres ocupaciones que sufrió el país en un siglo: la ocupación haitiana por ascendencia materna (1822-44), la ocupación española por ascendencia paterna, y la ocupación yanqui por su propia voluntad (1916-24).

El colega Ernesto Márquez cuenta que Trujillo guardaba particular estima por la música popular dominicana. "Cuando asume el poder (1930), el merengue Se acabó la bulla, de Isidoro Flores, describe el cambio político y manifiesta la esperanza que suscita el nuevo líder: 'Horacio salió/ y ahora entra Trujillo/ Tenemos esperanza/ en nuestro caudillo/ Se acabó la bulla, se acabó/ Se acaban los guapos, se acabó/ Ni colú ni bolo, se acabó/ Eso de los partidos, se acabó'" (La Jornada, 6Ű, 20/5/00).

El 30 de enero de 1961, temiendo que el pueblo dominicano siguiese los pasos de la revolución cubana, el pulgar de Washington dictó sentencia. Trujillo murió acribillado por un comando de civiles y militares coordinados por la CIA (a quienes en la novela La fiesta del chivo la "imaginación" de Vargas Llosa confiere grado de "disidentes").

De los 23 partidos políticos que participarán en los comicios presidenciales del próximo domingo, destacan dos que aluden a la "D" de democracia, "L" de liberación, y "R" de revolución: PLD y PRD. Leonel Fernández, profesor de la universidad, encabezó un gobierno repudiado en las votaciones municipales de 1998 (y en las generales de 2000) y va por el PLD. Rafael Hipólito Mejía, actual presidente, va por el PRD.

El pueblo dominicano asocia ambas siglas a corrupción, robo del Estado, entrega del patrimonio a empresas trasnacionales y asesinatos extrapoliciales. Durante el gobierno de Fernández, los ricos y los funcionarios corruptos prosperaron y los pobres, negros en su mayoría (muchos de origen haitiano), sufrieron discriminación racista y explotación laboral.

Grupos de derechos humanos que condenaron la política migratoria de Fernán-dez calculan entre 8 mil y 20 mil los haitianos con hijos nacidos en República Dominicana que fueron deportados. El presidente Mejía no le va en zaga. Impulsó la firma del Tratado de Libre Comercio y se adhirió al CAFTA (TLC centroamericano), apoyó la guerra de Irak y propone vender todas las áreas verdes del país, que son áreas protegidas, con el fin de "generar empleo" en la industria turística. En tanto, 2 mil 500 niños haitianos son importados cada año por los traficantes para trabajar en condiciones próximas a la esclavitud" (Unicef, 2002).

En 2000 Mejía tuvo éxito con la consigna "el pueblo primero" y con la promesa de acabar con la corrupción. Una vez en el poder el gobernante se convirtió en amigo de las empresas y de los bancos, especialmente del Baninter, declarado en quiebra en 2003, cuando los reguladores descubrieron que 2 mil millones de dólares habían desaparecido misteriosamente del banco.

El gobierno salió al rescate. De la noche a la mañana la deuda del Estado se duplicó y el equipo de Mejía se quedó con el control de cuatro periódicos, 76 emisoras de radio y cuatro cadenas de televisión, todas propiedad de Ramón Báez Figueroa, director de Baninter y financiero de todos los partidos políticos y de sus dirigentes.

El presidente Mejía protege a prófugos de la justicia como los ex presidentes Carlos Andrés Pérez, de Venezuela, y Gustavo Noboa, de Ecuador, y estuvo dispuesto a recibir al nicaragüense Arnoldo Alemán, actualmente preso en Managua. Por su lado, la oposición política ha solicitado la destitución del general Jorge Zorrilla, jefe del Ejército, a quien un video muestra distribuyendo dinero que extraía de un sobre timbrado con el logo del PRD.

Todo en orden. Estados Unidos ya envió a Roger Noriega, subsecretario de Estado para el hemisferio, a reunirse con el presidente de la Junta Central Electoral, ocasión en que los dirigentes de los principales partidos políticos se comprometieron a defender "la democracia".