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México D.F. Sábado 8 de mayo de 2004
ANDANZAS
Colombia Moya
Premio Miguel Covarrubias
Reconocimiento a Miguel Mancillas
Encuentro en Mexicali
El simple nombre de Miguel Covarrubias garantiza de alguna
manera una veta de la danza mexicana de profundo arraigo y calidad indiscutible.
No está de más así ir recordando a los que a través
de la historia han contribuido de manera notable al desarrollo de esta
actividad fascinante y embrujadora, cruel e ingrata, milenaria y siempre
renovada, donde cada cuerpo estrena su danza y descubre el infinito. Y
es en Mexicali, Baja California, bastión importantísimo de
nuestra identidad, donde se realiza el Encuentro Internacional Danza entre
Fronteras, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y los buenos
oficios de Marco Antonio Silva, coordinador de danza, junto con la Universidad
Autónoma y el Instituto de Cultura de Baja California, con la intención
de fortalecer la confrontación de creadores locales con otros de
nivel internacional invitados a los festivales, en un intento importante
por crear un público, desarrollar un gusto y afición por
la danza, y expresar su concepción del arte, la vida y el mundo
que los rodea.
El nombre del pintor, dibujante excepcional, antropólogo
y hombre de vastísima cultura y visión, que supo dar a la
danza nacional el impulso y proyección internacional con el sello
de oro, colofón de las aportaciones de las hermanas Campobello y
Walbeen, en la búsqueda incesante por la raíz y significancia
de una danza nacional; Miguel Covarrubias tal vez recuerde, convertido
en premio, a aquellos que hacen la danza una zona geográfica importantísima,
región ambicionada y estratégica para muchos, fácil
de convertirse en anexo repetido de nuestra historia o remanso de paz para
veteranos desplazados; o quizás, fuente prodigiosa de recursos marítimos
para audaces piratas contemporáneos. Ahora, le fue entregado a Miguel
Mancillas.
Premio Covarrubias 2004 para este coreógrafo, bailarín
y hombre de luchas infinitas por la danza en aquellas regiones candentes
de sol y arena, mar y viento; por su trayectoria y labor infatigable; multipremiado
y partícipe de diversas compañías en México
y Canadá; fundador del grupo Antares; coreógrafo de Cielo
rojo, obra presentada en este certamen; comparte créditos, más
no el premio, con la mención especial para Angel Arámbura
y Henry Torres por la especial calidad de su obra, Desierto industrial,
sugestivo nombre que les valió la mención y atención
del jurado compuesto por Guillermo Arriaga (no el escritor), John Díaz
y Héctor Guro.
De esta manera, Miguel Mancillas, cuyo talento notamos
hace tiempo en su participación con Antares y Adriana Castaños
en aquella serie de 20 programas que hiciéramos en Canal 11, La
otra danza, en 1989, reitera con este reconocimiento la solidez y valor
de su larga experiencia en los avatares del buen bailar.
Tambien participaron en esta doceava edición del
encuentro dancístico Manuel Stephen, con su obra Daniascus; Línea
adentro, de Roberto Robles y Patricia Aguilar, así como Eon o Mono
graffittis-X, del notable coreógrafo Raúl Parrao. Miguel
Mancillas, también del caldero de Xavier Francés, extinto
bailarín, coreógrafo y maestro de generaciones, pieza notable
de aquella pléyade de bailarines del Ballet de Bellas Artes cuya
obra Toscatl, también clave en el repertorio de aquella época
bajo la egida de Miguel Covarrubias, parece asimismo reivindicar la obra
pedagógica de Francés y la invaluable veta de oro perdida
de la danza mexicana.
Ocho o diez compañías nacionales y extranjeras
se han dado cita en este duodécimo Encuentro Internacional de Danza
Entre Fronteras, en Mexicali, Baja California, que concluirá el
23 de este mayo florido, pero también de terribles vergüenzas
en la paz del mundo.
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