4a PARTE (última)

PAULINA 4
Elena Poniatowska

¿Y el derecho al aborto legal?

-¿El gobernador González Alcocer aceptó la recomendación?
-No, al contrario. A raíz del caso, el PAN vuelve a presentar una iniciativa de ley al Congreso de la Unión para reformar la Constitución Federal y defender el derecho a la vida desde la concepción.
Me quedo petrificada. Si yo misma, ya vivita y coleando, nunca he sabido cuándo comenzó mi vida a ser mi vida y si hice verdaderamente lo que quise hacer, ¿cómo voy a saber cuándo empieza la vida de un embrión? Si ni siquiera sé qué es ''alma" y la confundo con ''espíritu", ''cerebro", ''conciencia" ''sique" (los indios no tenían alma según el dictamen de la Universidad de Salamanca, no éramos gente de razón según los conquistadores), ¿qué voy a hacer ante semejante disyuntiva? Marta Lamas, mi entrañable amiga feminista, me dijo alguna vez que el embrión no tiene desarrollo neurológico, en el primer trimestre. Este sólo ocurre a partir del quinto mes. Así, un aborto practicado en los primeros tres meses significa quitar un tejido que no siente ni sufre. ¿Existe la vida desde la concepción? Luis Villoro aseveró que ''no hay un criterio seguro, con bases científicas, para determinar cuándo comienza a existir una persona humana". ¿Cuándo principia la vida? Y me hago otras preguntas. ¿Es la niña Paulina sólo un aparato reproductor?, ¿no tiene Paulina derecho al placer, sólo lo tiene a la violencia?, ¿cuál puede ser el proyecto de vida de una mujer violada?

Paulina y María Elena, pioneras

Como bien lo dice Isabel Vericat, en México la gran mayoría de las mujeres se tragan el trauma de la violación, no la denuncian porque saben que en el juzgado serán vituperadas, es decir, doblemente violadas y asumen de por vida el estigma de su estupro. Por tanto, María Elena Jacinto Rauz y su hija Paulina son unas pioneras y su lucha es admirable porque sus derechos humanos corren al natural, en su sangre. El tema del aborto es angustioso y complejo y nos afecta a todas las mujeres como nos afecta que los fundamentalistas hablen siempre en favor de la vida que ''ya está allí palpitando" en el vientre de la madre y no de los derechos de los miles de niños estigmatizados por el rechazo de sus padres. ¿No se debería pensar que el abandono ''está allí palpitando"? Rechazados, viven en las alcantarillas.
Este tema es abismal.

Las reglas de la vida y John Irving

De acuerdo con el escritor estadunidense John Irving, crítico del fanatismo del movimiento Pro Vida, cuya película sobre el aborto Las reglas de la vida causó una honda impresión: ''Lo que subyace en el mensaje del derecho a la vida forma parte del puritanismo sexual básico de Estados Unidos. Sus partidarios creen que eso que ellos perciben como promiscuidad debería recibir un castigo. Las chicas que quedan embarazadas deberían pagar el pato.
Esta manera de pensar en más invasora que muchas otras manifestaciones de invasión a la intimidad. ¿Hay algo que requiera mayor intimidad que la decisión de tener o no tener un hijo? ¿No debe primar el sentido común en semejante decisión (''Si no apruebas el aborto, no te sometas a él; si no quieres tener un hijo, aborta").
Según John Irving, en Estados Unidos, aunque el procedimiento OB GYN es muy fácil, tanto que hasta podría hacerlo un chimpancé; éste no se enseña en las escuelas de medicina. Más de 4 mil jóvenes estudiantes y residentes de medicina denominados ''estudiantes de medicina en favor de la elección".
Si sólo la cuarta parte lo practicara, ''salvaría la situación".
A una señora de Pro Vida que le reclamó a John Irving que interpretaba mal a Pro Vida, el escritor le contestó como su personaje, el doctor Large, en la novela El príncipe de Maine en la que se basó el filme Las reglas de la vida:
''Si espera usted que la gente sea responsable de sus hijos, tiene que concederle el derecho a decidir si quieren tener hijos o no."
Paulina, doble víctima, tiene ahora dos vidas: la suya y la de su maternidad no deseada.
¿Cómo la defenderán ahora los defensores de la vida? Sólo me quedo con una certeza, la de que las verdades absolutas no existen y de que lo primero que hay que hacer cuando se acerca un fundamentalista es echar a correr.