¿Y el derecho al aborto legal?
-¿El gobernador González Alcocer aceptó la recomendación?
-No, al contrario. A raíz del caso, el PAN vuelve a presentar
una iniciativa de ley al Congreso de la Unión para reformar la
Constitución Federal y defender el derecho a la vida desde la
concepción.
Me quedo petrificada. Si yo misma, ya vivita y coleando, nunca he sabido
cuándo comenzó mi vida a ser mi vida y si hice verdaderamente
lo que quise hacer, ¿cómo voy a saber cuándo empieza
la vida de un embrión? Si ni siquiera sé qué es
''alma" y la confundo con ''espíritu", ''cerebro",
''conciencia" ''sique" (los indios no tenían alma según
el dictamen de la Universidad de Salamanca, no éramos gente de
razón según los conquistadores), ¿qué voy
a hacer ante semejante disyuntiva? Marta Lamas, mi entrañable
amiga feminista, me dijo alguna vez que el embrión no tiene desarrollo
neurológico, en el primer trimestre. Este sólo ocurre
a partir del quinto mes. Así, un aborto practicado en los primeros
tres meses significa quitar un tejido que no siente ni sufre. ¿Existe
la vida desde la concepción? Luis Villoro aseveró que
''no hay un criterio seguro, con bases científicas, para determinar
cuándo comienza a existir una persona humana". ¿Cuándo
principia la vida? Y me hago otras preguntas. ¿Es la niña
Paulina sólo un aparato reproductor?, ¿no tiene Paulina
derecho al placer, sólo lo tiene a la violencia?, ¿cuál
puede ser el proyecto de vida de una mujer violada?
Paulina y María Elena, pioneras
Como bien lo dice Isabel Vericat, en México la gran mayoría
de las mujeres se tragan el trauma de la violación, no la denuncian
porque saben que en el juzgado serán vituperadas, es decir, doblemente
violadas y asumen de por vida el estigma de su estupro. Por tanto, María
Elena Jacinto Rauz y su hija Paulina son unas pioneras y su lucha es
admirable porque sus derechos humanos corren al natural, en su sangre.
El tema del aborto es angustioso y complejo y nos afecta a todas las
mujeres como nos afecta que los fundamentalistas hablen siempre en favor
de la vida que ''ya está allí palpitando" en el vientre
de la madre y no de los derechos de los miles de niños estigmatizados
por el rechazo de sus padres. ¿No se debería pensar que
el abandono ''está allí palpitando"? Rechazados,
viven en las alcantarillas.
Este tema es abismal.
Las reglas de la vida y John Irving
De acuerdo con el escritor estadunidense John Irving, crítico
del fanatismo del movimiento Pro Vida, cuya película sobre el
aborto Las reglas de la vida causó una honda impresión:
''Lo que subyace en el mensaje del derecho a la vida forma parte del
puritanismo sexual básico de Estados Unidos. Sus partidarios
creen que eso que ellos perciben como promiscuidad debería recibir
un castigo. Las chicas que quedan embarazadas deberían pagar
el pato.
Esta manera de pensar en más invasora que muchas otras manifestaciones
de invasión a la intimidad. ¿Hay algo que requiera mayor
intimidad que la decisión de tener o no tener un hijo? ¿No
debe primar el sentido común en semejante decisión (''Si
no apruebas el aborto, no te sometas a él; si no quieres tener
un hijo, aborta").
Según John Irving, en Estados Unidos, aunque el procedimiento
OB GYN es muy fácil, tanto que hasta podría hacerlo un
chimpancé; éste no se enseña en las escuelas de
medicina. Más de 4 mil jóvenes estudiantes y residentes
de medicina denominados ''estudiantes de medicina en favor de la elección".
Si sólo la cuarta parte lo practicara, ''salvaría la situación".
A una señora de Pro Vida que le reclamó a John Irving
que interpretaba mal a Pro Vida, el escritor le contestó como
su personaje, el doctor Large, en la novela El príncipe de Maine
en la que se basó el filme Las reglas de la vida:
''Si espera usted que la gente sea responsable de sus hijos, tiene que
concederle el derecho a decidir si quieren tener hijos o no."
Paulina, doble víctima, tiene ahora dos vidas: la suya y la de
su maternidad no deseada.
¿Cómo la defenderán ahora los defensores de la
vida? Sólo me quedo con una certeza, la de que las verdades absolutas
no existen y de que lo primero que hay que hacer cuando se acerca un
fundamentalista es echar a correr.
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