.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Migración
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
Fotografía
Cartones
CineGuía
Suplementos
Perfiles
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas
Suscripciones
D E P O R T E S
..

México D.F. Lunes 26 de abril de 2004

En la segunda corrida en La Florecita mejoró la entrada, pero no los toreros

Con tres bravos ejemplares obtiene nuevo triunfo el legendario hierro de Atenco

Faena esforzada de Carbonell Destacaron los subalternos Grajales y Romero

LEONARDO PAEZ

Hay algunas ganaderías cuya sangre brava ha escrito páginas memorables en la historia del toreo. Una de ellas es el hierro mexiquense de Atenco, en el municipio de Tenango del Valle, fundada en 1528 por don Juan Gutiérrez Altamirano, pariente de Hernán Cortés, cuna de Ponciano Díaz, primer ídolo taurino mexicano, y propiedad de la familia Barbabosa de 1878 a 1968, año en que fue adquirida por don Juan Pérez de la Fuente y a partir de su fallecimiento, en 1988, propiedad de José Antonio y María del Carmen Pérez de la Fuente.

Según cronistas e historiadores, no documentos fehacientes, la dehesa más antigua del mundo se fundó con 12 pares de vacas y toros navarros, y a principios del siglo XX fueron agregadas vacas españolas de Felipe de Pablo Romero y sementales de éste y de San Diego de los Padres y, a partir de 1977, simiente de la ganadería zacatecana de José Julián Llaguno, otro de los hierros que empresarios maternalistas mantienen a prudente distancia de sus sobreprotegidos figurines.

Innecesariamente divididos el casco de la hacienda de la plaza de tienta por una carretera vecinal que podía haber pasado por cualquier otro lado, Atenco conserva en sus amplios salones el sabor agridulce de glorias pasadas, algunos cuadros de antiguos propietarios, desvencijados muebles y, en sus potreros, el aire inequívoco de lo que no ha podido morir: la sangre brava de las bestias y de sus criadores.

Los toros

Ayer los señores Infante, apoderados de la ganadería, enviaron a la plaza La Florecita, de Ciudad Satélite, cuatro toros -no su aproximación- ejemplarmente presentados, con el trapío y la cornamenta que sólo da la edad, como es obligación de todo ganadero que se respete, pero además, y este es un rasgo sobresaliente en las reses atenqueñas de la década reciente, recargando en varas -dos y hasta tres multipuyazos- y llegando a la muleta con recorrido, repetitividad, transmisión y buen estilo, excepto el que cerró plaza.

Desde luego no fueron toritos de la ilusión para hacer el toreo de salón, sino reses bravas que pedían a gritos toreros con sitio, capaces de aprovechar, con decisión, técnica, sello y mando, tantas cualidades táuricas. Pero lo que aquí se ha dicho: las oportunidades a los marginados no pueden confundirse con caridades sin ton ni son. ¿Qué caso tiene entonces echarles toros hechos y derechos a jóvenes que apenas ven un pitón al año? ¿No alcanzó el patrocinio para traer a jóvenes que sacaron la cabeza en la última temporada de la Plaza México?

Y los toreros

Poco se puede decir de César Alfonso Ramírez, El Calesa, en esta nueva oportunidad: calidad a cuentagotas en dos verónicas y torero recorte, dos varas en las que el de Atenco empujó sin dolerse, doblones templados y prometedores que mostraron la calidad de la embestida, sobre todo por el lado derecho, algunos muletazos con la diestra, precauciones, dudas, desconfianza y toreo por la cara, antes de varios pinchazos. Ovación a los restos del toro y silencio benévolo para el nieto de Calesero.

Con su segundo, lances sobre pies, buena brega con el capote abajo a cargo de Rafael Romero, hijo, tres varas que pudieron ser seis si el juez no ordena el cambio, y de nueva cuenta un Calesa sin actitud y sin aptitud, muleteando sin plan. "¡Pide música!", le sugirió alguien; "sí, ¡pide Las golondrinas!", gritó un maloso.

José Luis Paredes Carbonell, con cinco años de alternativa, se vio si no más enterado, por lo menos más decidido a justificar su inclusión. Otros dos multipuyazos recargando, excelente brega de Fernando Grajales, quien a los pocos minutos haría oportuno quite a Paredes, que bastante hizo con ligar algunos derechazos al más bravo del encierro. Los restos de este toro también recibieron fuertes aplausos y Carbonell salió al tercio por su empeño. Con el cuarto, el menos bueno de la corrida, otra buena labor de Grajales y renovada enjundia de José Luis, que hasta benévola oreja se llevó, luego de dejar tres cuartos en lo alto.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email