México D.F. Lunes 26 de abril de 2004
Brasil, la región de mayor concentración
de propiedad rural en todo el mundo
Con 57 ocupaciones celebran los Sin Tierra jornada
por la reforma agraria
Lula le responde más rápido a los bancos
que al pueblo, sostiene líder del movimiento
XIMENA ORTUZAR
Con 57 ocupaciones de latifundios y la movilización
de más de 21 mil familias en 14 estados del país, el Movimiento
de Trabajadores Rurales Sin Tierra, MST -de Brasil- celebra en este abril
rojo -con 20 años de existencia- su Jornada de Lucha por la
Reforma Agraria.
Se trata -explican los líderes del movimiento-
de presionar al gobierno de Luiz Inacio Lula da Silva para que cumpla sus
promesas de asentar durante su mandato a 400 mil familias -según
lo anunciado en el Plan Nacional de Reforma Agraria, PNRA- lo que equivale
a 47 mil familias en 2004, de las cuales sólo han sido asentadas
7 mil.
"En 24 años desde su fundación el Partido
de los Trabajadores (PT) hoy en el gobierno, agitó sin tregua la
bandera de la reforma agraria. En un año y tres meses de gestión
gubernamental el PT no ha convertido esa consigna en realidad, con medidas
concretas", afirma Joao Pedro.
Stédile, líder del MST, lamenta: "El presidente
Lula es rápido para responder a los bancos y demasiado lento para
responder al pueblo." Agrega: "La solución de fondo para el problema
de la tierra requiere previamente restructurar el Instituto Nacional de
Colonización y Reforma Agraria (INCRA), encargado de este tema,
y un amplio debate en materia judicial puesto que muchas etapas del proceso
de expropiación de tierras improductivas se entrampa en las cortes."
Ya antes Stédile le ha criticado al mandatario
favorecer el agronegocio "depredatorio y desempleador", en detrimento de
la agricultura familiar, "integradora y propiciadora de una vida más
digna."
Las razones
A
finales de los 70, campesinos se organizaron para reivindicar su derecho
a trabajar en las tierras asignadas al proceso de mecanización,
de las que fueron desplazados. Surgió así el MST, considerado
actualmente como el mayor movimiento social de América Latina. Sus
metas son "la igualdad y la justicia social, la reforma agraria y el establecimiento
de una sociedad libre de explotadores."
Veinte años después de su fundación,
el MST lamenta que en dos décadas de "redemocratización"
-tras dos de dictadura militar- la estadística aún muestre
los siguientes datos: "Alrededor de 26 mil grandes propietarios de tierra
-que representan menos de 1 por ciento del total de 5 millones de ellos-
concentran 46 por ciento del total de la tierra en Brasil, lo que convierte
a este país en la región de mayor concentración de
propiedad rural de todo el planeta.
"La Constitución brasileña determina que
todas las grandes propiedades que no cumplan una función social,
productiva, de respeto al ambiente y a los derechos de los trabajadores,
deben ser expropiadas por el gobierno y distribuidas a los trabajadores.
Según el PNRA, elaborado por el Ministerio de Desarrollo Agrario
(MDA), hay 55 mil predios rurales clasificados como grandes propiedades
improductivas que acumulan 120 millones de hectáreas y que, por
ley, deberían ser expropiadas.
"Hay 4.6 millones de familias de trabajadores sin tierra.
"Durante el gobierno de Fernando Henrique Cardoso (1995-2002),
se hizo propaganda acerca de que en ocho años, 620 mil familias
habían sido asentadas acorde a la ley. Un censo realizado por la
Universidad de Sao Paulo probó que fueron sólo 358 mil familias
las asentadas en ese periodo.
"También durante ese gobierno se realizó
una amplia campaña para que los sin tierra se inscribieran
en catastros oficiales a fin de ser asentadas sin necesidad de organizarse
en el MST; 880 mil familias se inscribieron y hasta hoy ninguna ha sido
asentada.
"El llamado agronegocio es presentado como solución,
pero las propiedades de más de mil hectáreas emplean a apenas
600 mil asalariados y poseen sólo 5 por ciento de la flota de tractores.
Las pequeñas propiedades emplean a 13 millones de trabajadores familiares
y a más de 1 millón de asalariados y cuentan con 52 por ciento
de la flota total de tractores del país.
"En el primer año de gobierno de Luiz Inacio Lula
da Silva, el MST contribuyó a la elaboración de un plan nacional
para la reforma agraria, en el cual se prueba que es posible asentar a
1 millón de familias en un mandato. Aceptamos que la meta fuera
de 400 mil familias para el periodo entre 2003 y 2006, lo que significaría
un promedio de 115 mil familias por año. En 2003 fueron asentadas
14 mil familias y en este año son apenas 7 mil.
Por qué en abril
Abril es un mes emblemático para el MST: fue el
17 de abril de 1996 que 19 trabajadores rurales fueron asesinados en Eldorado
de Carajás, en el estado de Pará, por efectivos de la Policía
Militar. Otros 67 trabajadores resultaron gravemente heridos. Han pasado
ocho años y nadie, hasta hoy, resultó castigado por esos
hechos.
En sus 20 años de lucha y en estado de derecho,
mil 671 trabajadores rurales han sido asesinados. Sólo 10 casos
terminaron en prisión para los culpables.
El 17 de abril ha sido instaurado como Día Internacional
de la Lucha Campesina y también como Día Nacional de Lucha
por la Reforma Agraria. Por ello en este abril y en memoria de las víctimas
se organizó la Jornada de Lucha por la Reforma Agraria, con los
resultados conocidos.
Entre las propiedades ocupadas se encuentra Celulosa Veracel,
en el municipio de Porto Seguro, estado de Bahía, una de las mayores
productoras de celulosa del país, con una inversión de 125
millones de dólares de Brasil, Suecia y Finlandia, y es el mayor
emprendimiento privado puesto en marcha en el mandato de Lula. Se calcula
que en plena capacidad de operación -prevista para mayo de 2005-
la fábrica procesará alrededor de 900 mil toneladas por año.
Veracel, que actualmente emplea a 2 mil personas, asegura
poder generar 3 mil empleos directos.
La empresa cuenta con 3 mil hectáreas de eucaliptos;
al ocupar 25 de esas hectáreas, los sin tierra derribaron
miles de árboles para instalarse y preparar el terreno para la siembra
de frijol y maíz.
A la crítica de que esta ocupación no afecta
a un latifundio improductivo, los sin tierra justificaron: "Nadie
come eucaliptos."
El Ejecutivo calificó esa ocupación de "una
operación de marketing de los sin tierra."
Las reacciones a la jornada de lucha fueron inmediatas.
Y diversas.
Lula puntualizó que la reforma agraria "no se hace
a gritos". Gilmar Mauro, coordinador nacional del MST le respondió
"tampoco se está haciendo de otra forma. Hasta ahora la reforma
agraria sólo ha estado en los discursos, no en la expropiación
de tierras improductivas ni en el asentamiento de trabajadores en ellas."
Agregó Lula: "En un país pobre y sufrido
como el nuestro la reforma agraria no puede ser sino sinónimo de
paz, producción y equilibrio social."
Dirigentes del MST aclaran que el abril rojo no
es contra el gobierno, sino "contra la injusticia ancestral ejercida en
el campo", pero insisten en que las promesas de campaña deberán
cumplirse.
Frei Betto, asesor especial de la presidencia, declaró:
"No vamos a criminalizar los movimientos sociales.
Los sin tierra cumplen su papel al luchar contra el enemigo común
de campesinos y gobierno federal: el latifundio improductivo."
El ministro de Agricultura, Roberto Rodrigues, definió
las ocupaciones como "una cosa desagradable y chata". Propietarios de tierras
ocupadas exigieron del gobierno "acción enérgica."
A su vez, el obispo José Maria Liborio Saracchio,
de Presidente Prudente -estado de Sao Paulo- recibió a representantes
del MST que llegaron en marcha a la catedral de esa localidad y lavó
los pies a nueve de ellos durante la Semana Santa. "No son delincuentes,
y si roban para comer, tienen razón", dijo el obispo.
El ministro do Desarrollo Agrario, Miguel Rossetto, opinó
que la situación del sector agrario en la jornada de lucha es "de
normalidad democrática", aunque admitió que las manifestaciones
populares deben ser monitoreadas por el gobierno.
Rodrigo César Rebello Pinho, procurador general
de Justicia, advirtió: "La cuestión de la tierra debe ser
resuelta dentro de la legalidad". Acerca del anuncio de nuevas acciones
del MST, advirtió: "Si están caracterizadas por violencia
física o sustracción de bienes, el ministerio público
estará legitimado para actuar con el rigor necesario."
La moneda, en tanto, sigue en el aire.
Para el MST la reforma agraria que Brasil necesita debe
incluir condiciones para la agroindustria, escuelas rurales y técnicas
agrícolas adecuadas para la pequeña agricultura y el medio
ambiente. Esas condiciones representan -aseguran sus representantes- "la
forma más barata y rápida de generar 3 millones de empleos
durante este mandato para los pobres del campo."
Está aún en marcha este abril vermelho.
Porque "el MST entiende que sólo con la movilización popular
es posible cambiar el escenario agrario de Brasil", rematan sus dirigentes.
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