Grandes productores y trasnacionales los ocupan como mano de obra barata

Casi 2 millones de niños, víctimas de explotación en el campo: diputados

Indígenas la mayoría, reciben salarios por debajo del mínimo y carecen de seguridad social

ENRIQUE MENDEZ

En el campo mexicano casi 2 millones de niños, en su mayoría indígenas, son explotados por grandes productores y empresas trasnacionales, que les pagan salarios menores al mínimo y no cubren su ingreso a la seguridad social, aun cuando muchos terminan enfermos debido a que los cultivos son fumigados con pesticidas, denunciaron diputados de las comisiones de Agricultura, Desarrollo Rural y especial para Niños, Adolescentes y Familias.

Un millón más de niños de origen mexicano, denunciaron, trabajan en campos de Texas y California expuestos a plaguicidas "y en situaciones similares a las de la esclavitud.

"Es la expresión más cruda de la pobreza y abandono del campo mexicano, y no estamos hablando de los niños que, por tradición familiar, ayudan en las faenas después de asistir a la escuela, sino de una explotación extrema y organizada", advirtió el diputado Antonio Mejía Haro.

En un análisis, a partir de reportes del Fondo de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los legisladores señalaron que los menores son empleados sobre todo por las grandes empresas agrícolas del ramo exportador en Guanajuato, Sinaloa, Sonora y Baja California, además de que perciben salarios por debajo de los pagados a los adultos.

"Este crecimiento de la mano de obra infantil en el campo es la otra cara de la apertura agrícola, ya que para abatir costos se contrata a menores y las grandes empresas agroexportadoras aprovechan la pobreza en distintas regiones de México para aumentar sus ganancias", añade el análisis de los legisladores.

A unos días de que se conmemore el Día del Niño y en la víspera de que en la Cámara se lleve a cabo el Parlamento de los Niños, los legisladores resaltaron que los menores son asignados al cultivo y cosecha de fresa, brócoli, jitomate, espárragos y hortalizas en general, así como en labores relativas a la limpia y preparación de los campos agrícolas.

Francisco Mora Ciprés, Pascual Sigala Páez y Mejía Haro expusieron que, por ejemplo, en los campos de San Quintín, Baja California, las faenas de cultivo y cosecha son realizadas por niños indígenas de Guerrero, Oaxaca, Michoacán y Guanajuato.

Mejía Haro, quien es secretario de la Comisión de Agricultura, dijo que en sus lugares de origen los niños son contratados por 25 pesos al día, expuestos a plaguicidas y maltrato de capataces, y no se les incluye en programas de educación.

Por su parte, Mora Ciprés, quien forma parte de la comisión especial para niños de la Cámara, resaltó que casi 500 mil de los 2 millones, de menores señalados en el reporte forman parte de la mano de obra de las parcelas familiares, y contribuyen a la subsistencia de comunidades en pobreza extrema.

El resto, añadió, son niños jornaleros migrantes, que además son "expuestos a plaguicidas, fertilizantes y jornadas agotadoras que los excluyen de la escuela y les ocasiona secuelas físicas y mentales graves por la alta desnutrición. Muchos de ellos terminan en hospitales de cancerología, con leucemia e infecciones por el contacto que tienen con plaguicidas".

Sigala Páez, secretario de la Comisión de Desarrollo Rural, indicó que ha crecido la mano de obra infantil en los campos mexicanos, primero porque los contratan por la mitad del salario de un adulto, así como porque en ocasiones son la única fuerza disponible, ya que los mayores de edad emigraron a Estados Unidos.