México D.F. Sábado 24 de abril de 2004
El ex presidente intenta ocupar los vacíos
dejados por las autoridades, advierte
Salinas y sus cómplices amenazan los intereses
del país: López Obrador
Considera inaceptable que instituciones del Estado se
sometan a caprichos de poderes informales
ANGEL BOLAÑOS Y ALFREDO MENDEZ
El ex presidente Carlos Salinas de Gortari sigue siendo
una amenaza para los intereses nacionales, y su red de complicidades incluye
a dirigentes de partidos políticos y personajes de otros sectores
de la sociedad, aseguró el jefe de Gobierno del Distrito Federal,
Andrés Manuel López Obrador, al advertir que el complot para
impedir que su proyecto político y económico sea una verdadera
alternativa en las elecciones de 2006 -sin importar el candidato que lo
postule-, constituye un hecho gravísimo, "porque podemos, incluso,
estar ante la subordinación de instituciones del Estado a poderes
informales.
"No podríamos aceptar que instituciones federales
se sometan a designios y caprichos de poderes informales. Si lo permitimos
no habrá estado de derecho y los vacíos dejados por el poder
legal y legítimamente constituido serán llenados por grupos
políticos con propósitos facciosos", advirtió.
Al dar a conocer el texto con el que respondió
ayer a la denuncia que inició en su contra la Procuraduría
General de la República (PGR) por obstrucción de la justicia,
tras hacer públicos documentos sobre las operaciones del ex secretario
de Finanzas de la ciudad de México, Gustavo Ponce Meléndez,
en Las Vegas y México, el mandatario capitalino pidió a la
PGR que en el contexto de esta indagatoria pregunte al secretario de Hacienda,
Francisco Gil Díaz, por qué dejó transcurrir tanto
tiempo desde que tuvo conocimiento de las operaciones financieras irregulares
de Ponce, en agosto de 2003, para solicitar información al Departamento
del Tesoro de Estados Unidos y a la Comisión Nacional Bancaria y
de Valores, qué motivó realmente solicitarla y qué
tipo de datos requirió.
Dijo
que se malinterpretó el propósito de la audiencia que solicitó
al presidente Vicente Fox para darle a conocer su punto de vista sobre
el complot y a cambio le respondieron con dos averiguaciones previas, lo
que consideró un acto de arbitrariedad y cinismo por parte de la
PGR.
El jefe de Gobierno acudió al mediodía a
las instalaciones de la PGR para entregar el documento y regresó
un par de horas después a la sede del gobierno capitalino, donde
ofreció una conferencia.
En su discurso, recordó que desde su regreso al
país, Salinas de Gortari opera políticamente "en la sombra
y con sigilo", pero de manera intensa, y entre sus tantas maniobras se
ofreció como operador del gobierno foxista para sacar adelante las
reformas fiscal y energética.
Al definir al ex presidente como uno de sus principales
adversarios políticos, junto con el senador panista Diego Fernández
de Cevallos, López Obrador dijo que no olvida lo que representó
el salinismo para el movimiento democrático del país: "en
su gobierno no sólo se hundió económicamente a México,
sino que los opositores padecimos acoso y persecución; nos arrebataron
triunfos electorales y fueron asesinados cientos de luchadores de la sociedad".
Ahora, explicó, sus adversarios "están preocupados
por la forma en que la gente acepta y respalda nuestro proyecto alternativo
de gobierno, y temen que se convierta en una verdadera alternativa nacional
en las elecciones de 2006, sea quien sea el candidato a la Presidencia
de la República que postule dicho proyecto".
Describió la forma en que se dio la alianza del
legislador y el ex presidente con el empresario Carlos Ahumada Kurtz, quien
decidió vengarse al verse rechazado como constructor de obras para
el Gobierno del Distrito Federal, pero sobre todo al enterarse de la denuncia
que inició la Procuraduría General de Justicia capitalina
contra sus empresas por el fraude que cometieron en la delegación
Gustavo A. Madero. "Seguramente les ofreció información sobre
Ponce y (René) Bejarano, (Carlos) Imaz y otros, y entre ellos acordaron,
sin que sepamos hasta ahora a cambio de qué, llevar a cabo un plan
de ataque en mi contra".
En el documento, dirigido a los habitantes del Distrito
Federal y a la PGR, López Obrador argumentó en su defensa
que como jefe de Gobierno es su responsabilidad velar por el bien de los
capitalinos, defender y representar a las autoridades de la ciudad, informar
a la población y hacer efectivos los derechos humanos. "Dada la
gravedad del asunto, y de los personajes que tomaron parte en el complot,
tengo razones suficientes para haber dado a conocer a la opinión
pública información relacionada con Gustavo Ponce", indicó.
Refirió que abogados peritos en la materia, tanto
independientes como del mismo gobierno de la ciudad, determinaron que actuó
de buena fe y no violó ninguna ley.
Antes, en su conferencia de prensa matutina, el mandatario
local hizo un cuestionamiento a la PGR por esta denuncia: "¿Y yo,
por qué?", dijo, cuando fue la Secretaría de Hacienda o la
misma PGR las que filtraron antes, de manera facciosa, la información
sobre Ponce y advirtió que si la PGR no determina la denuncia penal
que presentó esta contra Carlos Ahumada y Ponce por lavado
de dinero, a efecto de agregar la acusación al expediente de extradición
del empresario, prácticamente lo estaría exonerando.
El informe que entregó al agente del Ministerio
Público de la Federación Mauricio Huato Orozco contiene un
"anexo único" con un dictamen técnico jurídico en
el que explica las razones por las que no puede ser acusado por el delito
de obstrucción de la justicia, según la legislación
vigente.
Ayer, en medio de una multitud de reporteros y curiosos,
el jefe de Gobierno acudió 10 minutos antes del mediodía
a las instalaciones de la Unidad Especializada para la Atención
a Delitos Cometidos por Servidores Públicos de la Subprocuraduría
de Investigación Especializada en Delitos Federales de la PGR para
comparecer como testigo respecto a una de las dos averiguaciones previas
que esa dependencia empezó la semana pasada.
Vestido con traje gris, el mandatario capitalino intentó
ingresar a las instalaciones de la PGR en cuanto llegó a las mismas
-en punto de las 11:50 horas-, pero le fue impedido el paso porque a toda
costa se pretendía obtener alguna declaración.
De acuerdo con fuentes de la Subprocuraduría de
Investigación de Delitos Federales de la PGR, el agente del Ministerio
Público que encabezó la diligencia hizo 11 preguntas a López
Obrador, en todas se le cuestionó sobre el modo en que obtuvo los
documentos que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos entregó
a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a finales
de febrero pasado y que posteriormente, a partir del 4 de abril, fueron
remitidos a la PGR.
Los informantes agregaron que el jefe de Gobierno no quiso
responder a los cuestionamientos y sólo indicó al agente
del Ministerio Público Federal que esa información se encontraba
en el informe que entregó por escrito.
Después de permanecer en las instalaciones de la
PGR durante casi 2 horas, el mandatario capitalino salió del lugar,
y entre empujones de los representantes de los medios de comunicación
y agentes de seguridad privada abordó su automóvil Tsuru
blanco placas 168 NWF sin dar declaraciones a los reporteros.
-¿Declaró algo, señor? -se le preguntó.
-No, no, ya hablaré en la oficina de gobierno.
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