El escritor Alfredo Conde presentó su novela Romasanta, en Madrid

Asesino serial consiguió el indulto por convencer que era un ''hombre lobo''

AFP

Madrid, 21 de abril. Con nueve asesinatos probados a sus espaldas y otros varios posibles, Manuel Blanco Romasanta, más conocido como el hombre lobo del pueblo gallego de Allariz, logró en el siglo XIX eludir la pena de muerte al convencer a la reina Isabel II de que era un licántropo, incapaz de controlar sus impulsos.

Romasanta ''confesó abiertamente nueve asesinatos", afirmó el miércoles el escritor Alfredo Conde, autor de la novela Romasanta. Memorias inciertas del hombre lobo, editada por Destino y presentada a la prensa en Madrid.

En su descargo, Romasanta alegó que había cometido ''diversos asesinatos a los que no pude ni supe sustraerme, porque la maldición (que lo convertía en una bestia) me compelía a realizarlos", relata el libro, como reflejo del argumento de la licantropía esgrimido ante el juez. Sin embargo, tal defensa sólo denota la frialdad y la mente calculadora de un individuo que lejos de ser un hombre ''zafio e ignorante" supo hacer uso de las creencias del momento y de la ''fragilidad de la conciencia colectiva", explicó Conde.

''Romasanta era un ser inteligente, culto, que podía tener la formación de un clérigo de aldea en la Galicia del siglo XIX, leía mucho, era un seductor, que enamoraba a las mujeres con poemas", aseguró Conde, cuya intención declarada en este libro es alejarse de ese ''cliché odioso" que presenta a los gallegos como ''víctimas de la superstición, la incultura, la ignorancia.

''Los más supersticiosos e incultos no fueron el pueblo llano, ni los jueces ni la clase médica gallega, sino aquellos que creyeron en la superchería científica del momento; es decir, quienes más allá de nuestras fronteras naturales aceptaron a Manuel Blanco Romasanta como éste acordó presentarse ante el mundo, como un hombre lobo, para provocar su compasión", según el autor, que niega la categoría de ''histórica" a su novela.

''No hay que olvidar que está muy cerca de (César) Lombroso", cuyas teorías afirmaban que los criminales pueden conocerse por supuestas deformidades del cráneo, o seudociencias en boga entonces como la electrobiología, ''asumidas" por muchos sabios y personas de la época, iniciando ''una campaña, de repercusión europea, que llevó a la reina Isabel II a conceder el indulto" y conmutar la pena de muerte a Romasanta.

Versión cinematográfica

La historia de este ''asesino en serie" siempre ha estado muy presente para Conde, tanto por su condición de gallego, como por su familia, ya que ''un bisabuelo de mi madre participó en el juicio (contra Romasanta), como forense".

Nacido en 1810 en el pueblo gallego de Regueiro, el ''hombre lobo" de Allariz, localidad de la que también es originario el autor, mataba a sus víctimas ''para robar", aunque empleaba especial saña.

''Primero las desnudaba y las despellejaba para quitarles la grasa que, una vez solidificada, vendía en Portugal. Tiraba los cuerpos en las sendas de los lobos, para que éstos los hicieran desaparecer y luego vendía todas las pertenencias de sus víctimas en otros lugares", especificó Conde, quien escribió la novela en primera persona con forma de autobiografía.

''Ese fue sin duda el mayor desafío" al escribir la obra, señaló Conde, quien contó con la gran ayuda que supuso que su familia aún conservara el sumario del juicio contra Romasanta.

Tras varias vicisitudes, Romasanta fue finalmente detenido en la provincia de Toledo (centro) al ser reconocido por tres paisanos suyos y condenado por los nueve asesinatos que confesó, fruto de su supuesta maldición.

Se desconoce cómo terminó sus días, pues ''no hay constancia documental sobre dónde o cómo murió", según Conde, cuyo libro en versión cinematográfica se estrenará en España, el 14 de mayo.