México D.F. Viernes 16 de abril de 2004
"Ineptitud" e "ingenuidad", le atribuyen en
el Senado
Severo extrañamiento a Fox en San Lázaro
ENRIQUE MENDEZ, ROBERTO GARDUÑO Y ANDREA BECERRIL
Las
fuerzas políticas representadas en el Congreso, con excepción
del PAN, criticaron severamente la decisión del gobierno de Fox
"de subordinarse a los intereses de Estados Unidos", al votar en contra
de Cuba durante la reunión de la Comisión de Derechos Humanos
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En la Cámara de Diputados, pese a la reticencia
y defensa a ultranza del gobierno de Vicente Fox que hizo la fracción
panista, PRI, PRD, PT y Convergencia conformaron una mayoría calificada
al aprobar un enérgico extrañamiento al presidente de la
República "por hacer caso omiso de la opinión mayoritaria
de la 59 Legislatura respecto del sentido de su voto en la Comisión
de Derechos Humanos de la ONU".
También en el Senado hubo reproches al Ejecutivo
por "mentir" de nueva cuenta y dejar muy mal al país ante la comunidad
internacional. Fue "el voto de la ingenuidad o de la ineptitud", porque
se profundiza el daño en la relación con el régimen
cubano y con Washington "no ganamos nada", advirtió la priísta
Silvia Hernández.
En San Lázaro, el malestar contra la decisión
foxista se manifestó desde el inicio de la sesión ordinaria.
Los diputados perredistas Emilio Zebadúa, Minerva Hernández,
Gerardo Ulloa Pérez, junto con los priístas Alberto Aguilar
Iñárritu y Manuel García Corpus, coincidieron en señalar
la "ausencia de visión de Estado de Vicente Fox, su ignorancia digna
de monumento sobre la tradición diplomática mexicana y su
cinismo ramplón al aceptar las presiones telefónicas de George
W. Bush"
Horas más tarde, al agotarse el plazo para decretar
el fin de la sesión, el presidente de la Cámara, Juan de
Dios Castro, fiel a su puntualidad parlamentaria para dar por terminados
los trabajos en el pleno, intentó dejar casi en el olvido la proposición
del extrañamiento contra Fox por seguir los designios de Estados
Unidos. "¡Burócrata, burócrata!", le comenzaron a gritar
desde las bancadas del PRI y del PRD. Ante la presión de la mayoría,
el panista Castro Lozano sometió a votación si se debatía
el tema sobre la actitud presidencial sobre Cuba. Aun así, en defensa
del presidente de la Cámara, su correligionario Juan Molinar Horcasitas,
ex consejero del IFE converso al panismo, grito a los promoventes del punto
de acuerdo: "¿y la comida? ¡Nos tenemos que ir a comer!"
La mayoría exigió que se votara y el coordinador
del grupo parlamentario del PT, Gonzalo Yáñez, subió
a tribuna para dar a conocer el punto de acuerdo consensuado entre PRI,
PRD, PT y Convergencia. "Volvemos a confirmar que por encima del interés
general de la República se sobreponen las filias y las fobias del
grupo en el poder. Que quede claro: el voto contra Cuba no es de México,
es sólo la posición de quienes ocupan temporalmente la Presidencia
de la República".
Cuando Yáñez manifestaba el encono de los
grupos parlamentarios contra la decisión foxista, Juan de Dios Castro
lo interrumpió porque "se le agotó el tiempo"; el petista
terminó por leer el extrañamiento: "Los legisladores hacemos
llegar al gobierno nuestro más enérgico extrañamiento
por hacer caso omiso de la opinión mayoritaria de esta legislatura
respecto del sentido de su voto en la Comisión de Derechos Humanos
en Ginebra".
Jesús Martínez Alvarez, coordinador de la
fracción de Convergencia, advirtió que los argumentos panistas
sobre la validez del voto contra Cuba porque en ese país se violan
los derechos humanos son falaces, porque de fondo está la imposición
del bloqueo económico contra la isla. Pablo Gómez, líder
de los perredistas, consideró la decisión del gobierno foxista
"una vergüenza"., mientras el priísta, Alberto Aguilar Iñárritu
les reclamaba a los panistas: "¡El gobierno federal no es México!"
Por el contrario, Molinar Horcasitas, quien atrae la animadversión
de más de uno cada vez que sube a tribuna, defendió la decisión
del Ejecutivo. Argumento que el tema de Cuba tiene que ver directamente
con los derechos humanos, a pesar de que la mayoría de los legisladores
insistieran dar una connotación política a la votación.
Mientras, los integrantes del Senado resultaron sorprendidos
por el sentido del voto mexicano en Ginebra. La priísta Silvia Hernández
había agendado un punto de acuerdo para pedir a Fox que se abstuviera
de criticar a Cuba. Debió usar el tiempo para lamentar que el Ejecutivo
haya mentido nuevamente en torno a la conversación con Bush.
La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores
para América del Norte señaló que una vez conocida
la conversación entre Fox y el presidente Bush México pierde
credibilidad ante la comunidad internacional y ante muchos países
de América Latina, "que nos ven como portadores de la agenda estadunidense".
Asimismo, criticó la falta de "una visión de Estado del actual
gobierno" y resaltó que el voto fue viciado porque no tiene nada
que ver con los derechos humanos en Cuba, sino con un diferendo entre Estados
Unidos y el país caribeño, e insistió en que México
no ganó nada: "Quedó mal el Presidente, quedó mal
el país: no queda más que decir que fue un voto de la ingenuidad
o un voto de la ineptitud".
El perredista Armando Chavarría, en tanto, consideró
que se trata de una "política deliberada de total subordinación"
a Estados Unidos. "¡Qué vergüenza, -agregó- votar
en favor de una resolución promovida por naciones como Israel o
Colombia, donde más se vulneran y pisotean los derechos humanos
y en contra, además, de la posición del Congreso y del pueblo
mexicanos".
Sara Isabel Castellanos, senadora del PVEM, advirtió
que "México mira la paja en el ojo ajeno y no ve la viga que trae
encima en materia de derechos humanos. Condenamos a Cuba, pero no hacemos
nada por modificar la condición humanitaria de miles de mexicanos
que diariamente son atropellados en sus garantías mínimas
en Estados Unidos".
Sólo la panista Cecilia Romero trató de
justificar a Fox. La única resolución en que se ha coincidido
con Estados Unidos en el voto fue ésta, argumentó.
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