Confirman que mejora la salud del mandatario argentino

Resiste Kirchner ofensiva derechista y mantiene 75% de popularidad

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 11 abril. En un momento crítico, convertido en el blanco de una severa ofensiva de la derecha, que utiliza el tema de seguridad para golpearlo, el presidente argentino, Néstor Kirchner, se encuentra internado desde hace tres días en el hospital público de la provincia de Santa Cruz, por una afección gastrointestinal aguda, lo que ha provocado preocupación en los sectores políticos, aunque los médicos confirmaron su mejoría.

En este contexto, en el que también recibe presiones de sectores de izquierda, recientes sondeos lo ubican como el funcionario más confiable, al mantener entre 70 y 75 por ciento de apoyo, lo que aumenta en el caso de sus negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le ha dado popularidad regional.

El tema de la seguridad tomó vuelo en estos días, después que una marcha multitudinaria convocada por Juan Carlos Blumberg, el padre del joven Axel, asesinado en un secuestro, demostró que esta es una enorme preocupación ciudadana, aunque con diversos matices. La derecha, ávida de golpear al mandatario, utilizó la movilización, confirmando su poder mediático en el país, que comienza a marcar semejanzas con la situación venezolana. La derecha reflotó duros esquemas de seguridad para exigir leyes penales y no tocar a fondo el problema real.

Varios analistas caracterizaron como "patética" una sesión de debate en el Congreso, en la que se aprobaron leyes bajo presión para aumentar las penas, entre otras de sesgo represivo, sin tocar las causas del problema: la corrupción policial, la pobreza extrema, la impunidad que mantiene un arraigado poder mafioso. Esto se ve favorecido por una visible injerencia externa para jaquear al mandatario, al que se atribuye ser parte de la construcción de un eje "desafiante" conformado por Argentina, Brasil y Venezuela.

Uno de los hechos más graves de lo acontecido en el Congreso fue la suspensión final del debate, lo que impidió a diputados progresistas, de izquierda, y a kirchneristas dar su punto de vista, lo que marca un antecedente peligroso.

El debate continúa y amenaza los delicados equilibrios políticos sobre los que se asienta el gobierno, que también se enfrenta a la crisis energética y a las demandas de países vecinos, como Chile, por la suspensión de la venta de gas.

La izquierda que se autocalifica como la más "dura" ataca al presidente sin reconocer ninguno de sus logros, entre ellos el avance en un proceso de integración, que le permitió recibir ayuda de Brasil y de Venezuela, con cuyos gobiernos se firmaron importantes compromisos en estos días para superar una crisis energética que evidenció la capacidad de presión y chantaje de las empresas privatizadas.

Existen áreas donde el gobierno muestra logros que Kirchner llama "el primer escalón para salir del infierno": el crecimiento sostenido, el mayor en la región; aunque, como advierte la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), esto no tiene influencia ninguna sobre los salarios. La consultora Equis, en sus sondeos de marzo pasado da cuenta de que la desocupación bajó 3.3 por ciento, sin contar la incidencia de los subsidiados 'planes trabajar'. El Instituto de Estadística y Censo determinó que en el segundo semestre de 2003 la pobreza disminuyó de 54 a 47.6 por ciento entre los habitantes de los principales conglomerados urbanos y 20.5 permanecía en la indigencia. Pero la cifra de 11 millones de pobres -en 1999 sumaban 16 millones- indica que falta una inversión social sin cortapisas en función de empleos genuinos.

Esto es lo que se esgrime ante el FMI, como una deuda social impostergable. El director del Fondo de la Organización de Naciones Unidas para la Infancia en Argentina, Jorge Rivera Pizarro, también tomó posición recientemente ante el organismo financiero, en una nota formal. "En las conversaciones por la deuda, nuestra posición es que los primeros acreedores son los niños", sostuvo Pizarro, cuya nota señala que es necesario proteger los gastos sociales de los ajustes exigidos por el FMI, un tema que surgió precisamente a partir de las fuertes discusiones de las autoridades argentinas con el organismo. El diplomático sostiene que la crisis social de los últimos años ha dejado a 71 por ciento de los niños argentinos en la pobreza, y destaca que por primera vez en décadas aumentó la mortalidad infantil y un millón 500 mil niños están en el mercado de trabajo.

Para Kirchner el consenso social resulta clave ante estas circunstancias y hasta ahora está en alta. "ƑCuál es el fenómeno preponderante, inédito, de la política argentina actual? Por un lado, un sistema político decrépito y una práctica de representaciones antidemocrática, deshonrada e impopular, que fueron demolidos hasta el cimiento en las jornadas del 19 y 20 de diciembre de 2001. Por otro, el oportuno apartamiento de todo antagonismo electoral que le abrió a Kirchner los portones de la Rosada (casa de gobierno). Y un sorprendente desenlace: un presidente que rompió la apatía de una sociedad desesperanzada y se ha puesto a la vanguardia de una ola de cambios en todos los órdenes. Existe una situación de paradoja. Kirchner no es hijo de nadie ni existe organización alguna que lo sustente. Lo que sería sinónimo de debilidad en otras circunstancias es, justamente, su fortaleza: carece de ataduras", sostiene el analista Ernesto Jauretche.

Pero ahora, cuando la derecha ha descubierto en el tema de la seguridad un talón de Aquiles del gobierno para avanzar a tambor batiente, los tiempos urgen a consolidar el consenso entre los que no quieren un regreso al pasado.