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México D.F. Martes 6 de abril de 2004
Responsabilizan de la acción a la llamada
policía comunitaria de la Cuauhtémoc
Sexoservidoras denuncian cacería
Para no detenerlas los uniformados les exigen dinero
o "servicio gratis", señalan
SUSANA GONZALEZ G.
Con
el arribo de la llamada policía comunitaria a la delegación
Cuauhtémoc, con la cual la Secretaría de Seguridad Pública
(SSP) pretende estrechar el vínculo entre uniformados y vecinos,
las detenciones de sexoservidoras en las colonias Santa María La
Ribera, Buenavista y Tabacalera se han incrementado "hasta 30 casos por
día", denunció un grupo de estas trabajadoras.
De nada sirve, dijeron, que la SSP haya suspendido el
año pasado el llamado operativo Violeta, con el que se incrementaron
los abusos policiacos en su contra, si ahora la policía comunitaria
prácticamente emprende la "cacería constante contra nosotras",
dijeron al ser entrevistadas en un plantón que realizaron ayer frente
a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) para
protestar por el cierre, hace un año, del Centro de Atención
Integral a Sexoservidoras (CAIS) de La Merced.
Los policías comunitarios, pero también
los jueces cívicos, ante quienes son remitidas las sexoservidoras
con el argumento de que violan la Ley de Justicia Cívica, no toman
en cuenta los convenios que han establecido con los vecinos de las calles
donde trabajan, que hasta la pasada administración delegacional
eran respetados.
"Ahora nos dicen que la delegación, de la que supuestamente
los policías comunitarios reciben más órdenes que
de la SSP, no reconoce esos acuerdos y no les da ninguna validez, aunque
también viola la misma Ley de Justicia Cívica, porque no
hace caso de la conciliación entre los supuestos infractores con
los afectados, es decir, entre nosotras y los vecinos", dijo Jessica,
una de las sexoservidoras entrevistadas.
Señaló que los policías comunitarios
hacen valer cualquier queja vecinal contra ellas -"así sea la de
un señor que vive a diez cuadras de donde trabajamos o ni es habitante
de la colonia"-, lo que ha desatado la "cacería permanente" contra
las sexoservidoras, principalmente las que trabajan de manera independiente
y las que no se prestan a los constantes abusos o extorsiones de los uniformados,
quienes a cambio de no detenerlas les exigen dinero o "servicio gratis",
asegura.
Jessica, quien ayer fungió como vocera de
las sexoservidoras independientes, tanto de las colonias mencionadas de
la delegación Cuauhtémoc como de otras zonas, como La Merced,
Viaducto e Iztapalapa, aseguró que si las detenciones de sus compañeras
suman hasta 30 casos al día, sólo dos mujeres por semana
aceptan acudir a la CDHDF, organismo del que también se quejaron,
pues ayer exigieron por enésima ocasión la reapertura del
CAIS, por considerar que ahí contaban con apoyo legal y de asesoría
en materia de derechos humanos contra los abusos de policías, pero
también con la posibilidad de capacitarse en diversos talleres para,
eventualmente, dejar la prostitución.
"Son absurdos los argumentos que da Emilio Alvarez Icaza,
presidente de la CDHDF, sobre el cierre del CAIS, porque no es verdad que
las otras instituciones que participaron en el proyecto se hayan retirado
y dejado sola a la comisión. Si dice que a ellos sólo les
corresponde recibir quejas, entonces, ¿por qué crearon la
Casa del Arbol? La comisión tiene una campaña contra la discriminación
y es la primera en ejercerla contra nosotras", denunció Jessica.
El organismo informó a su vez que el mes pasado
las sexoservidoras fueron recibidas en cuatro ocasiones -la más
reciente por el mismo Alvarez Icaza-; de ellas se tienen registrados 13
casos integrados en ocho quejas, además de que la CDHDF organizó
talleres y les dio capacitación sobre justicia cívica el
1O, el 9 y el 16 de marzo, pero en la última sesión
nadie se presentó.
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