Diversidad
de formas de familia: ¿origen de la crisis social?
¿Es el vínculo sanguíneo lo que define
la conformación de una "familia", o más bien el respeto,
los afectos y los compromisos? ¿Es problema o una oportunidad la
expresión de diversas familias que desplazan, en mayoría,
a la "familia" tradicional? ¿Es acaso esto una crisis?
Son preguntas convocadas por una realidad, cambiante,
desafiante e iconoclasta que nos muestra que las familias tradicionales
de mamá, papá e hijos no son las únicas y que cada
vez con más fuerza convivimos con diversas formas familiares: mujeres
jefas de familia con esposos que han migrado o que han muerto; abuelas
o abuelos viviendo con nietos y nietas cuyos progenitores tuvieron que
salir hacia las ciudades para huir de la pobreza; parejas homosexuales;
hermanos mayores que asumen la responsabilidad de menores; en fin, sólo
tenemos que ver nuestras propias historias para constatar que casi ya nadie
tiene una "familia" tradicional.
Pero recurramos a las expertas para comprender algo más
de esta realidad. Según la investigadora Alicia Itiatí Palermo1
son dos las tendencias investigativas más importantes en América
Latina que se han ocupado de "las familias". Una de las corrientes pone
énfasis en estudiar las variaciones que se han producido en los
indicadores sociodemográficos y en detectar en qué medida
han impactado en sus estructuras y en la coexistencia de diversos modelos
de "familia"; la otra indaga la distribución de tareas dentro de
"las familias", las relaciones entre los géneros y las generaciones,
las responsabilidades y proyectos personales en cada miembro del grupo
familiar.
Dicha investigadora concluye que fuera de estos dos grandes
grupos de estudio, existe una variedad de definiciones de "familia" y que
provienen de distintos puntos de vista disciplinarios y diferentes concepciones
teóricas, lo que en resumidas cuentas refleja la dificultad para
analizar las múltiples estructuras y dinámicas familiares
existentes en la actualidad.
La familia: ¿en crisis?
Esta variedad de definiciones da cuenta de que la comprensión
de una institución tan heterogénea como "la familia" sigue
siendo un desafío no sólo para la academia, sino para la
sociedad en su conjunto y de forma específica para cada una y cada
uno de nosotros. La definición de familia nos coloca frente a un
debate que trasciende los límites del mundo privado y pasa a constituir
una unidad en continua interacción con lo sociopolítico (Colomo,
Palermo, Schmukler; 1994) y nos pone, ante todo, frente a nuestra propia
reflexión de lo que significa la convivencia en la diversidad.
Retomamos la afirmación de la investigadora Palermo:
"La familia actual no está en crisis. Están en crisis las
definiciones de familia que no incorporan la historia, las relaciones y
los vínculos sociales entre sus miembros y entre éstos con
el conjunto de la sociedad, las definiciones que la consideran como el
ámbito de lo privado en contraposición al ámbito público,
que sólo la conciben como una institución reproductora..."
Agregamos que dichas definiciones son reduccionistas, ya que señalan
a las diversas formas familiares como las únicas responsables de
la "crisis social, moral y ética" y no consideran que estas crisis
devienen de complejos problemas estructurales como la mala distribución
de la riqueza y la injusticia; o culturales como la discriminación,
el machismo y la posición de subordinación de las mujeres,
las niñas y los niños. Y que más bien es en estos
espacios donde se encuentran los orígenes de la llamada crisis social.
Para nosotras, la diversidad de formas familiares no es
problema que resolver ni expresión de crisis; es una oportunidad
para la convivencia en el marco de la tolerancia, el respeto y aceptación
de las diversidades; es la ocasión para experimentar la riqueza
de la diversidad.
1 Coordinadora del Área de Estudios Interdisciplinarios
de Género y Educación de la Universidad Nacional de Luján. |