México D.F. Domingo 28 de marzo de 2004
Octavio Paz y Marie José Paz
Figuras y figuraciones
Como adelanto para nuestros lectores, reproducimos
parte del capítulo Figuras y figuraciones (1991-1994) del
segundo tomo de Obra poética, último de los 15 volúmenes
de Obras completas de Octavio Paz. El Fondo de Cultura Económica
(FCE) presentará el volumen, que coedita con Círculo de Lectores
de Barcelona, el miércoles 31, cuando se cumplirán 90 años
del natalicio del Nobel de Literatura mexicano. En el capítulo citado,
cada poema del maestro es acompañado por una creación de
su viuda, Marie José Paz. Agradecemos al FCE su autorización
para publicar estas obras
LA CHIMENEA IMPERIO
Las llamas se volvieron piedras
y las piedras una asamblea de pirámides,
quieta geometría bajo un cielo sin tacha.
La
defienden dos zarpas de esfinges,
la velan dos leones sedentes,
hacen guardia en el pórtico
otros dos leones alados, revestidos
con las armas acuáticas del Nilo.
Doble emblema del desierto y del agua,
las potencias estériles
que al juntarse procrean.
Pequeño monumento de fuego
en un ángulo del salón.
Egipto incandescente
incrustado en la frente del invierno.
Octavio Paz
CALMA
Luna, reloj de arena:
la noche se vacía,
la hora se ilumina.
Octavio Paz
LOS PINCELES DESPIERTAN
Criatura
de viento, remolino de espuma,
un dragón entre nubes flotantes
y una bola de fuego rodando
en un cielo parecido a la tierra.
Dragoncillo, tú trotas
en un sueño de pinceles dormidos
y eres un soplo apenas
que entreabre sus párpados.
La caja abre las alas y comienza a volar.
Octavio Paz
INDIA
Estas
letras y líneas sinuosas
que en el papel se enlazan y separan
como sobre la palma de una mano:
¿son la India?
Y la pata de metal leonado
-forjado por el sol, enfriado por la luna-
su garra que oprime una dura bola de vidrio
y la esfera iridiscente
donde arden y brillan los millares de velas
que, cada noche, los devotos
lanzan a navegar por lagos y por ríos:
¿son una profecía, un acertijo,
la memoria de un encuentro,
los signos dispersos de un destino?
-Son el cetro del azar.
Lo dejó, al pie del árbol del tiempo,
el rey de este mundo.
Octavio Paz
CIFRA
Muro
tatuado de signos
como el cuerpo de la noche estrellada.
Arriba, ni nubes ni astros:
una arquitectura de madera,
arcadas, oquedades pobladas de ecos.
Horizonte de tiempo petrificado:
cada sello es una cifra,
cada cifra una ventana,
cada ventana una mirada
que perfora los días
y desvela su rostro:
no el de ayer o mañana, el de ahora.
Las ventanas son sellos
y los sellos son signos
resueltos en sinos:
la pareja se encuentra y se enlaza.
Ella y él son el sello viviente,
la desnudada cifra del diario recomienzo.
Octavio Paz
TU ROSTRO
Una
mano -¿de quién?-
la piel azul, las uñas rojas,
sostiene una paleta.
Quiero ser cara, dice la paleta.
Y la mano la convierte en espejo
y en el espejo aparecen tus ojos
y tus ojos se vuelven árboles, nubes, colinas.
Un sendero serpea entre la doble hilera
de las insinuaciones y las alusiones.
Por ese sendero llego a tu boca,
fuente de verdades recién nacidas.
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