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México D.F. Domingo 28 de marzo de 2004
Laura Alicia Garza Galindo/V
Ser o no ser... privatizador
Sí, ya no existe la celebración oficial de la expropiación petrolera. "En vez de conmemorar la nacionalización petrolera, el Presidente prefirió festejar la desnacionalización de la banca." Así lo asienta, asertiva siempre, Rayuela de La Jornada el 19 de marzo. Y así es, el Ejecutivo federal prefirió asistir a la 67 Convención Bancaria y de Valores para celebrar la trasnacionalización tanto bancaria como la de las áreas y empresas estratégicas de la nación.
Antes, ya se había festinado en el campo tamaulipeco, también expropiado, mostrando su obra majestuosa -la única- para almacenar el gas inconstitucionalmente arrancado de las entrañas de la tierra mexicana, en cantidades y destino desconocidos, afirmando categórico: "Pemex ni se desincorpora ni se concesiona ni se privatiza". No, sólo se saquea. Eso sí, demandó una reforma que la dote de autonomía. La esperamos... si antes no se extingue Pemex a golpes de endeudamiento. Con esa impunidad se mueve el Ejecutivo, al tiempo que se quejan del "poco cooperador Congreso", que no entiende de los compromisos con los de afuera. Pareciera que el voto del 2 de julio fue el de aquellos y no el del esperanzado futuro mexicano.
ƑQué esperábamos los mexicanos respecto de los energéticos, incluyendo la electricidad? Pues al menos que se robustecieran las grandes empresas públicas nacionales, se les revitalizara, se agregara valor a la producción; que los recursos se administraran racionalmente; pero, sobre todo que se les liberara, en etapas pactadas, de la entrega de sus ganancias al erario federal, para destinar mayores recursos a la transformación de la energía bruta, en productos industrializados, para generar más riqueza y distribuirla mejor, generando empleos y mayor calidad de vida al colectivo nacional. Así es como entiende el Congreso, al menos su mayoría, la autonomía, que dados los antecedentes, no creemos que sea la visión de Fox, misma que está impugnada jurídicamente por el Senado, cámara de origen en materia energética. Ya los enteraremos, para que haya opción popular de apoyar o no nuestras acciones.
Antes, en el vilipendiado pasado, las empresas gozaban de autonomía relativa para contratar tecnología y trabajo privado. Se respetaba la soberanía. Sí, admito que la carga de abastecer el erario era muy amplia, pero no de la magnitud actual por el exagerado endeudamiento que ahora se aplica, para privatizar silenciosa y arteramente los energéticos, lo que reduce el presupuesto nacional. Coincido con el ex director de Pemex Adrián Lajous, en que los contratos de servicios múltiples (CSM) -hoy restringidos a la cuenca de Burgos- son sólo el inicio de la acometida sobre el resto del territorio nacional donde se localicen recursos energéticos. La presión que ejercen las empresas extranjeras es excepcional. Nada es suficiente. Ahí está Electricité de France, exigiendo que se eliminen las barreras que le impiden alcanzar sus metas de ganancias anuales: ƑSólo 350 millones de dólares anuales, cuando su aspiración son 600 millones? Y sólo son cinco plantas instaladas en Tamaulipas. Este es el problema, secretario Calderón, no la eficiencia de la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Empuje la aprobación de la Ley de Cogeneración Pemex-CFE y constate la eficiencia factible; así se abatirían costos y tarifas eléctricas. No es el precio de los combustibles. ƑDónde queda el gas de Burgos? Y sí, señor Lajous, Burgos sólo es el pretexto para entrar al resto del país. Detenga ya, señor Presidente, la privatización de la riqueza nacional.
No miento. Infórmese amable lector, sobre cómo las grandes petroleras exigen para los próximos CSM, que pretende licitar Pemex en 2004, el beneficio de registrar en sus balances contables las reservas de gas y de petróleo que encuentren en el país, en el Golfo, desde Matamoros hasta Progreso, donde ya iniciaron sus trabajos de exploración. Sí, quieren marcar como niños golosos las piezas de pan con cruz salivosa antes de tener derecho al postre. Y si no hacen la tarea, saben lo que les espera: el despido, como a los directivos de la Shell, porque las reservas se abatieron en su balance 20 por ciento. Y ahora Hacienda se preocupa de que el gran endeudamiento impacte las tasas de interés y advierte que, de no realizarse las reformas estructurales, habrá más ajustes al gasto y más endeudamiento. ƑPero qué tal las ganancias por una mayor plataforma de exportación y 35 dólares por barril de crudo? ƑEso no le preocupa al gobierno? Porque no obstante las ganancias, la deuda crece galopante, acortando vida y patrimonio a Pemex y CFE. ƑY después? La nada. Con ese futuro, es un acierto que al menos una parte de los actuales excedentes petroleros se asignen a estados y municipios.
En algo difiero del señor Slim. El presupuesto es la única vía para redistribuir la riqueza. Y sí, las leyes se deben reformar, pero sólo las secundarias, para agregar valor a los energéticos, sin injerencia extranjera y que las ganancias sean para los mexicanos. Claro que así sería preferible invertir en estas empresas y generar empleos. Y le significó que no hubiera incorporado en la ley de Ingresos los excedentes petroleros y su reparto más equitativo en la Cámara de Diputados. Todo sería para Pemex si fuera otra la visión del Estado. La marginación del pueblo, la impunidad y la violación al estado de derecho obligan a la disputa, señor Slim.
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