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México D.F. Sábado 27 de marzo de 2004

Santiago Domínguez Aké

Alux

Poco más de 50 años atrás, el campesino que hacía su milpa utilizaba al alux como guardián de su sementera. Se dice que el alux es un muñeco de barro que cuida la milpa del campesino, asusta a los ladrones y le hace bromas a toda persona que pase o se quede a descansar cerca del lugar donde habita.

El alux se hace remojando barro con miel, dándole la forma de un muñequito y con este mismo barro le agregan su honda y su perro. Para darle vida al alux, el milpero ofrenda la bebida de saka' en trece ocasiones. La ofrenda debe hacerse en el centro de la milpa, donde también se pone al alux, debajo de una piedra. Esta actividad se efectúa los días martes y viernes, hasta completar las trece ofrendas correspondientes. Al bajar la bebida de las ramas de los árboles donde la colgó el milpero, no la bebe y sólo la entierra debajo del altar en que hizo la ofrenda. Luego le unta nueve gotas de su sangre en la boca del alux y en el hocico del perrito. Después de haber completado las trece ofrendas, el milpero sólo alimenta con sangre al alux y su perrito, los días martes y viernes, para que éste pueda cumplir como guardián de los productos de la milpa.

Porque si alguien quiere entrar a robar en la milpa, apenas intente brincar el cerco, le silbarán y le arrojarán piedras. Además escuchará ladrar al perro dentro de la milpa, aunque no lo vea. El presunto ladrón al ver cómo se hacen pedazos las piedras que le tiran sobre el hueco de la albarrada donde quiere penetrar, lo que hace es huir.

Cuando el milpero termina de trabajar el terreno, destruye el alux, estrellándolo contra una piedra. De esta manera, el terreno se puede volver a trabajar libremente, porque ya no tiene guardián. Si no se hace de esta manera, apenas se inicie el acondicionamiento del terreno que custodia al alux, éste comienza a chiflar o a tirarle pedradas al intruso, lo que podría ocasionarle una distracción y que se corte con la coa o el machete una mano o el pie.

Para que el alux deje de fastidiar, el campesino deberá ofrendar la bebida de saka', procurando invocar al alux en el momento de hacer entrega de la bebida. Esta invocación la deberá efectuar cada vez que haya que hacer la ofrenda, para tener contento al alux y pueda tomar la gracia del saka'. En caso de que el campesino se quiera librar definitivamente del alux, es necesario que encuentre el lugar donde está escondido el muñeco de barro para destruirlo. Esto se puede hacer exactamente a las doce del día, ya que en ese momento el alux duerme.

En la actualidad son pocos los milperos que utilizan el alux para que cuide sus milpas. La mayoría de ellos desconoce lo que realmente es un alux y su utilidad en la milpa. Se dice que esto se debe a que las personas mayores que saben cómo trabajar con el alux, conocimiento adquirido de los h'menes, no se lo transmiten a los jóvenes. Por lo tanto, conforme van muriendo estas personas mayores, el número de milperos que utilizan el alux disminuye.

En vista de que los h'menes de ahora no enseñan a los milperos a utilizar el alux, se cree que ellos no tienen los mismos conocimientos que poseían los antiguos sacerdotes mayas. El transmitir este conocimiento para enseñar la utilidad del alux, haría que se deje de creer que los aluxes sólo se dedican a asustar y causar enfermedades a los que se topen con ellos.

Los relatos que escuchamos frecuentemente de que el alux asusta a la gente con sus travesuras y que causa muchos males, no lo hace sin justificación alguna porque sólo cumple con la función para la que fue creado. Lo que sucede es que toda persona que entra al terreno donde mora el alux, es asustada con tal que se salga de ahí y deje intacta la cosecha del milpero.

Se dice también que la persona que ve al alux solamente puede enfermarse si lo cuenta de inmediato. Esto no le agrada al alux y lo molesta.

Por eso, si no quieres enfermarte en caso de que llegues a ver un alux en tu casa o el monte, no vayas a comentárselo a alguien enseguida de tu experiencia. Espera que pasen unos días para que puedas hacerlo sin peligro. Porque de lo contrario, tendrás tu castigo.

Versión española de Joaquín Bestard, a partir de una traducción del autor

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