José Cueli

Y mañana qué...

Hace un par de semanas comenzó a circular la traducción en español de un libro que ostenta el sugerente título Y mañana qué, cuyos autores son Jacques Derrida, prestigiado filósofo francés, y la destacada sicoanalista e historiadora del sicoanálisis Elizabeth Roudinesco. Un interesante encuentro que ésta califica como ''una suerte de complicidad sin complacencias".

En el inicio del prólogo hay una cita que además de representar la introducción al texto parece ser la pregunta que, en momentos tan convulsos como los que vivimos, es una inquietud compartida acerca del futuro. ''ƑDe qué estará hecho el mañana?", interroga Víctor Hugo en uno de sus poemas de Le chants du crépuscule (Los cantos del crepúsculo). Y como introducción subraya: ''Hoy todo, tanto en las ideas como en las cosas, en la sociedad como en el individuo, se halla en estado de crepúsculo. ƑDe qué índole es ese crepúsculo qué lo seguirá?"

Con esta reflexión como punto de partida, Roudinesco y Derrida dan paso a un proyecto pensado 30 años atrás, que según la sicoanalista representa ''un intercambio cuya lógica se construye con el correr de dos discursos que se cruzan sin fusionarse jamás y se responden sin oponerse realmente; un texto a dos manos en el que cohabitan dos (idiomas), dos maneras de expresarse en una misma lengua".

Los autores privilegian, de común acuerdo, nueve temas que, a su juicio, representan algunos de los grandes interrogantes de nuestra época y en los que se mezclan diferentes aproximaciones de carácter filosófico, histórico, literario, político y sicoanalítico que enriquecen aún más la reflexión de dichos tópicos. Entre ellos encontramos: la herencia intelectual de los años 70; los múltiples usos de la noción de diferencia sexual, étnica, cultural, etcétera; las transformaciones de la familia occidental; la cuestión de la libertad humana; la relación del hombre con los animales; el espíritu revolucionario tras la caída del comunismo; la pena de muerte y su necesaria abolición; las forma modernas de antisemitismo, y un capítulo final acerca del sicoanálisis, que viene a ser referencia común a lo largo de todo el diálogo entre ambos autores.

El texto refleja el encuentro de dos grandes pensadores que intentan hacer una lectura reflexiva acerca ''del rostro de nuestro tiempo".

Me parece que el tema del futuro, del mañana, se ha tornado para nosotros en una pregunta acuciante. Lo que vemos y experimentamos no sólo en nuestro entorno inmediato (engaños, corrupción extrema inseguridad sobre el futuro político social y económico) sino a lo largo y ancho del planeta resulta en extremo desalentador.

Si bien la guerra ha sido un elemento conocido desde los albores de la humanidad, el siglo XX podría ser pensado en un juicio histórico como el más vergonzoso de la muy cuestionable civilización humana signado por dos conflagraciones mundiales y múltiples guerras civiles. A su vez, el siglo XXI arranca con otros dos desastres ignominiosos como las guerras en Afganistán y en Irak, así como un repunte brutal del terrorismo, cuyos actos más atroces han sido el 11-S en Estados Unidos y el reciente 11-M en España. Ni qué decir del conflicto de Medio Oriente, que no hace sino alterar todavía más la precaria estabilidad del mundo.

Violencia engendra violencia y no será por esa vía mediante la que podremos cambiar el rostro del futuro. Textos como el que hoy comento pueden ser la única alternativa posible en la que la razón y la mesura sumadas a la reflexión profunda del origen de las desigualdades puedan, quizá, abrir nuevas vías que nos den luz para poder encauzar la parte oscura del ser sobre la que tanto nos alertó Sigmund Freud.