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México D.F. Viernes 26 de marzo de 2004
Jorge Camil
Sexenios perdidos
ƑQuiénes fueron Luis Echeverría, José López Portillo, Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari? ƑQué papel jugaron en la historia de México? Según el diario Reforma (21/3/04), su legado está en riesgo de desaparecer y pronto pudieran convertirse en personajes mitológicos cuyas andanzas, en ausencia de archivos oficiales, se transmitirán a las futuras generaciones por simple tradición.
(Como personajes mitológicos pudiesen no ser recordados por sus merecimientos, sino por las imágenes que de ellos guarde la memoria popular. José López Portillo corre el riesgo de no ser recordado como el hombre que nacionalizó la banca para beneficio de los pobres, sino como la encarnación del Cid Campeador, luciendo patillas de hidalgo español y trotando en los campos del Estado Mayor. Las futuras generaciones pudieran olvidar que Carlos Salinas de Gortari privatizó la banca, modernizó la economía y suscribió el TLC, pero seguramente lo recordarán calvo, bigotón, inteligente, hiperactivo, con ojillos de lince, siempre en el ojo del huracán y proclive a operar en las sombras, como el hombre que dirigió al país durante la debacle de los asesinatos políticos. Echeverría, en cambio, rígido, nacionalista y percibido por la izquierda como brazo armado de Gustavo Díaz Ordaz en el 68, sería candidato ideal para asumir en la mitología mexicana el papel de Fouché, el policía de Napoleón. Miguel de la Madrid, bien parecido, y habiendo reconocido recientemente a La Jornada que nunca aspiró a conducir un sexenio brillante, pudiese quedar en la memoria colectiva como Gregory Peck en El hombre del traje de franela gris.)
En un titular inverosímil ("Esfuman archivos de cuatro sexenios") Reforma informó el domingo pasado que el Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) confirmó que ni Los Pinos ni el Archivo General de la Nación tienen documentos sobre la forma en que gobernaron los presidentes que estuvieron a cargo del Poder Ejecutivo entre 1970 y 1994. Francisco Ciscomani, secretario de acuerdos del IFAI, reveló que cuando se solicitan esos documentos Presidencia no reconoce que "se los llevó tal presidente". Simplemente informa que se enviaron al Archivo General de la Nación. Y allí, en el típico juego del tingo al tango, la entidad manifiesta que "nunca llegó la información". (šIncreíble!, la información de Luis Echeverría ha tomado 30 años en viajar la corta distancia que separa Los Pinos del Archivo General de la Nación.) Así, sin más. Nada sobre quién fue responsable de llevarla, a quién se encargó la custodia y por qué no se rindió un informe detallado de la entrega (o de los motivos por los cuales el mensajero no pudo cumplir la encomienda).
ƑExisten copias de esos documentos esenciales para reconstruir la historia patria? ƑCómo investigarán las futuras generaciones quiénes somos y cómo transitamos de la "dictadura perfecta" a la transición democrática en la que seguimos empeñados?
La noticia, que en un país democrático ocasionaría un escándalo que pudiera derrocar al gobierno, es consistente con nuestra forma de vida. Ante la ausencia de información oficial continuaremos tejiendo sexenios presidenciales con base en anécdotas, rumores, humorismo y mentiras, que crecen con el tiempo y se transmiten de generación en generación, para después embellecerse o deslucirse con el paso de los años. ƑAsí queremos llegar al fondo de los misterios de la guerra sucia? ƑEn esa forma pretendemos esclarecer las dudas que rodean los temas de Luis Donaldo Colosio, Tlatelolco y muchos más?
Para el IFAI la historia patria se detiene en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz en 1970, y se reanuda durante la presidencia de Ernesto Zedillo. Entre esas dos presidencias "nada, no hay nada", dice Lina Gabriela Ornelas, directora de clasificación del IFAI.
ƑQuién sustrajo esos documentos que son patrimonio nacional: terceros o los propios ex presidentes antes de abandonar Los Pinos? (šNo hay mejor protección que borrar el pasado!) ƑEs posible que hayan desaparecido ahora, en medio de la batalla campal por la primera Presidencia verdaderamente abierta de nuestra historia? En otros países se crean bibliotecas y fundaciones para rescatar la información bibliográfica y videográfica de los ex presidentes. Fotos, correspondencia y aun notas garabateadas en sesiones de gabinete son celosamente guardadas para rendir testimonio del pasado. Aquí, el propósito es ocultar ("después de mí, el diluvio") o vanagloriarse ("yo soy el alfa y el omega de la historia patria").
El ocultamiento de documentos resulta además innecesario, porque las historias más dramáticas de esos sexenios han quedado grabadas entre los mexicanos, como dice la canción, "con tinta sangre del corazón". Adivinando la podredumbre tal vez sea mejor olvidar el pasado: el saludable "borrón y cuenta nueva". ƑQuién desearía presenciar los videos de los "sexenios perdidos"? Tal vez resulten más sangrientos que la polémica pasión del Cristo de Mel Gibson.
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