Empresarios e investigadores descartan que las reformas estructurales sean la solución

La "dictadura macroeconómica" hunde al país

ANTONIO CASTELLANOS

Las reformas estructurales no son la solución y es necesario modificar el modelo económico porque está agotado, afirmaron los industriales de transformación e investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Coincidieron en que "la dictadura macroeconómica" está hundiendo al país y ha provocado un crecimiento de la actividad informal, y advirtieron que si no se adoptan medidas inmediatas el país corre el riesgo de padecer una "argentinización".

En conferencia de prensa hablaron Yeidckol Polevnsky, dirigente de la Canacintra; Roberto Escalante, director de la Facultad de Economía, y los académicos Clemente Ruiz Durán y Enrique Dusel. Este último dijo que las utilidades vinculadas a la Bolsa Mexicana de Valores han crecido 16 veces, mientras los ingresos de los asalariados sólo lo han hecho cuatro. En años recientes los grandes beneficiados han sido los comerciantes y los inversionistas en Cetes y la bolsa, y los grandes perdedores los trabajadores.

Manifestó que de acuerdo con indicadores del Banco de México, el tipo de cambio sigue sobrevaluado 25 por ciento, en un escenario en el que la banca comercial se dedica a financiar el consumo de manera exclusiva. Al sector productivo no le presta y su apoyo ha caído 80 por ciento. De esta forma nunca se va a recuperar.

Los expertos fueron respaldados por Polevnsky y Escalante. Plantearon que lo anterior ha desembocado en una seria crisis en materia de empleo. Sólo el sector manufacturero ha perdido 17 por ciento de la ocupación. Un hecho concreto, precisó Dusel, es que por definición, no porque evadan, existe un creciente sector exportador que no paga impuestos.

Ruiz Durán hizo ver que la economía nacional ha tenido un nivel de estancamiento en los dos años pasados, agravado por una caída en la actividad manufacturera que en forma acumulada de 2000 a 2003 ha sido de 2.6 por ciento. La capacidad instalada de ese sector llega a 37 por ciento, superior a la observada en 1995.

El investigador universitario afirmó que el producto interno bruto por habitante es 2 por ciento menor en 2003 al prevaleciente en 2000, y destacó que la cuestión más preocupante es que la tasa de desempleo abierto continúa creciendo, alcanzando en febrero 3.92 por ciento.

Aseguró que el número de asalariados como proporción de la población ocupada bajó al pasar de 63.1 por ciento en 2000 a 62.6 en 2003. La cifra de trabajadores del sector formal bajó entre el segundo semestre de 2000 y el cuarto trimestre de 2003 en más de 50 mil personas.

Lo anterior ha provocado que la población busque formas de subsistencia. El número de personas ocupadas en micronegocios sin local pasó de 7.8 millones en 2000 a 8.5 millones en 2003.

Escalante y Polevnsky fueron tajantes: "Las reformas estructurales no resolverán la crisis en que se encuentra el país; buscan sólo la privatización de las empresas públicas en materia de energía, que no han dado resultado en otras partes del mundo".

Enfatizó que el modelo económico requiere ajustes. "No debe haber un desempleado más", precisó por su parte el director de la Facultad de Economía. La visión del crecimiento debe ser por regiones, para responder a las necesidades reales de la población, concluyeron.