México D.F. Jueves 25 de marzo de 2004
Coinciden investigadores
''Sospechosa'', la actividad de los británicos
KARINA AVILES
Científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México exigieron al gobierno mexicano impedir que los seis militares británicos atrapados en las cavernas Alpazat, en Cuetzalan, Puebla, se lleven ''un gramo de piedra'' de aquel sitio y proceder conforme a derecho ante esta situación ''a todas luces sospechosa''. Benjamín Ruiz Loyola, quien fue inspector de la Organización de Naciones Unidas en Irak, consideró que podría existir una amenaza de conflicto internacional por esta razón, pero ''es mejor enfrentar un riesgo que perder la soberanía''.
Los seis extranjeros tienen visa de turista, sin embargo, las propias autoridades británicas confirmaron que este grupo realizaba una misión ''científica'', con lo cual violan la Ley General de Población. Además de lo anterior, rechazaron el auxilio del gobierno mexicano. ''Es claro que les interesa lo que tenemos, pero no nosotros'', destacó Ruiz, al señalar que si ciudadanos mexicanos hubieran hecho esto en otro país ''ya los hubieran metido a la cárcel y los investigarían por espías''.
El científico explicó que el radón -gas que supuestamente encontraron los militares extranjeros en las cavernas- proviene del uranio. ''Podría decirse que el uranio es el padre y el radón es el hijo''. El uranio tiene un uso pacífico y otro guerrero. El primero es cuando se purifica dicho elemento para hacer barras que van en ''el corazón de las centrales nucleoeléctricas''. El uso belicista es cuando se purifica el uranio en centrífugas ''y se transforman en combustible para bombas atómicas''.
El académico de la Facultad de Química enfatizó que la actitud del grupo británico es ''sospechosa'' y sería ''indigno'' que el gobierno mexicano permitiera el abuso: ''Las autoridades nacionales no deben permitir que ni la tierra de sus zapatos se lleven. šSi quieren una muestra que la pidan!''
Por su parte, el investigador del Instituto de Geología (IG), Rafael Huízar, señaló que el solo hecho de que los extranjeros se nieguen a ser auxiliados indica ''que lo que éstos hacen no es legal''. Subrayó que el procedimiento que utiliza cualquier científico para hacer una exploración en otro país se da en un marco legal, ético y moral. Primero se pide un permiso y generalmente se establece contacto con una institución dedicada a la investigación del país que se visita.
A su vez, el también investigador del IG, Juan Pablo Bernal, dudó que dichos extranjeros ''tengan un interés oscuro''. Dijo que ''esta gente sabe lo que está haciendo'' y consideró ''normal'' que se realicen ''este tipo de actividades en estas cuevas, que son las más grandes de Latinoamérica''.
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